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La gerencia del Hospital de Toledo, ante la falta de camillas, propuso la semana pasada que los niños con cáncer recibieran quimioterapia sentados en sillas.
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Médicos y enfermeros pediátricos se negaron a seguir esa dirección.
La semana pasada, el viernes para ser más concretos, se vivió en el Hospital ‘Virgen de la Salud’ de Toledo un episodio que dividió a la gerencia y a los altos cargos del centro de los médicos y enfermeros que trabajan en él.
A primera hora de la mañana había una escasez importante de camillas en la pediatría del hospital, hasta el punto de que no había para todos. Se juntaban el comienzo de las cirugías e intervenciones que necesitan obligatoriamente una camilla junto al comienzo de los procesos del Hospital de Día así como la acumulación de pacientes hospitalizados. Todo ello hizo que en determinado momento no quedaran camillas en ninguna parte para cirugía.
Por ello la dirección del centro propuso que los niños con cáncer que tenían que recibir su tratamiento de quimioterapia (proceso en el que están con una vía intravenosa varias horas con una medicación muy agresiva y que les debilita al máximo) lo recibieran en butacas y sillas de las zonas de espera del centro. Así sus camillas quedaban libres para las cirugías pediátricas aunque estos niños tuvieran que estar varias horas usando los espacios que usan los familiares de los pacientes.
Este «consejo» o doctrina no se realizó porque los propios médicos y personal de enfermería se negó a ello, los médicos aseguraron que no podían permitir que los pequeños llevaran este tratamiento en semejantes condiciones. Al final el servicio se acabó ofreciendo rotando las camillas que había de cirugía para que los niños oncológicos pudieran tener una camilla mientras recibían la quimioterapia.
Esta situación es una consecuencia más de la colapsada sanidad toledana que no tiene espacio físico para llevar a cabo los procesos que debe asumir. El ‘Virgen de la Salud’ no da para más, con los pacientes hospitalizados directamente donde haya un hueco, mientras que el ‘Virgen del Valle’ mantiene una planta cerrada que se abre y cierra en función de la saturación de pacientes que haya en la ciudad. Todos los efectivos médicos señalan la necesidad inminente del nuevo centro hospitalario proyectado que pueda asumir todos los casos que ahora mismo se abordan en Toledo.
Aparte de la falta de espacio, los recortes son el otro punto que provoca estos colapsos. Así pasa por ejemplo en el Hospital de Día, donde niños con cáncer reciben quimioterapia pero si llegan las 15:00 horas, hora del cierre, y su ciclo está a medias, son trasladados estén como estén a planta del hospital para cerrar el Hospital de Día. Ni aunque los propios sanitarios se ofrezcan a esperar hasta que esos chicos acaben sus ciclos completamente y ya puedan marcharse, se les permite hacerlo por parte de la dirección, que tiene estipulado que a las 15:00 horas en el Hospital de Día no puede quedar nadie, aunque ello conlleve mover a un niño en medio de su quimioterapia por pasillos del hospital.
Las sociedades médicas indican que bajo ningún concepto un paciente (sea niño o adulto) debe moverse mientras recibe una quimioterapia, recomendando que esté en una cama lo más cómodo posible por lo lesivo del proceso. Desaconseja totalmente, más aún en pacientes pediátricos, que reciban la quimioterapia en sillas o butacas, indicando que necesitan el máximo descanso durante el largo proceso.