LIMOSNA, CASTIGO Y PREMIO
La productividad variable
La productividad variable es un incentivo que se paga a los trabajadores de la sanidad en Madrid como “premio” por haber cumplido unos objetivos anuales. Sin embargo, lo que para unas categorías es una tercera paga anual, para otras es una humillante limosna.
Este año la asignación se ha teñido de un carácter aún más político. La Dirección de Recursos Humanos ha dejado fuera de la productividad a 90 centros de salud y un total de 3.000 profesionales de atención primaria como represalia por haberse enfrentado a los planes privatizadores. El pretexto legal es que estos centros sanitarios se han negado a firmar el Contrato-Programa obviando –como dice la Plataforma de Centros de Primaria- que en dicho programa no se hace referencia en ningún lugar a la productividad variable. Vemos por tanto como esta “paga” se utiliza como instrumento político para “castigar a los malos” y premiar a los buenos.
Más aún, la productividad variable es un sistema de incentivos totalmente discriminatorio e injusto. Un sistema que, para más escarnio, oculta la cantidad que se les asignan a los Gerentes y a las cúpulas dirigentes de los hospitales. Hace dos años el diario “El Mundo” publicó el monto retribuido a estos directivos y gracias a ello nos enteramos que algún gerente había llegado a cobrar -en productividad variable- el salario bruto anual de una enfermera del SERMAS.
¿Cómo es posible que se estén recortando recursos en personal o atención hospitalaria y después los que tienen que dar ejemplo disfruten de cuantiosas asignaciones extraordinarias? ¿No recuerda esto a los famosos bonos de los directivos bancarios?
Siguiendo con los ejemplos. Se supone que un concepto como la productividad debería ser lo más equitativo posible. Parece más que razonable que las diferencias salariales, que ya están establecidas en los salarios mensuales, pagas, guardias, festivos u otros conceptos específicos, no aumenten a la hora de conceder la productividad variable. Pues no, al contrario, esta asignación anual es un factor más de desigualdad, división y estratificación de los trabajadores de la sanidad pública. Es una auténtica vergüenza que un Jefe de Servicio cobre 2.911 euros y un celador 266,55 euros. ¿Es que la diferencia de responsabilidades no queda suficientemente reflejada en el salario neto anual de cada categoría? Y así podríamos continuar: un médico 2.633,13 euros; una supervisora 1.180 euros; una enfermera 639,51; una auxiliar de enfermería 282 euros; etcétera.
En resumidas cuentas, limosna para unos y premio para otros. De esta manera aumentando las divisiones salariales se construye una pirámide socio-profesional donde se penaliza a los que menos ganan.
La solución no es que todos y todas ganemos lo mismo –como nos han llegado a decir alguna vez- sino que se diferencie lo que es la masa salarial por un lado, y, los incentivos –la productividad- por otro. Es lógico que un médico tenga una retribución de acuerdo a su responsabilidad y su formación profesional; pero no es lógico que el dinero destinado a la productividad variable no se distribuya de una manera más justa o equitativa, y sobre todo mucho más trasparente.
Tiene que llegar el día en que dejemos de ver esta “paga” (para unos) y miseria (para otros), con la complacencia de que “a nadie le amarga un dulce”. No nos están regalando dinero (como antes las empresas te daban la cesta de Navidad); lo que están haciendo es una distribución discriminatoria, opaca e injusta de un dinero que forma parte de la masa salarial de 65.000 profesionales en Madrid.
Jesús Jaén (miembro del MATS)
Estimado Jesus sigo con interes tus comentarios que comparto en la mayoria de las ocasiones. El tema de la productividad variable es bastante confictivo y hasta ahora no parece un tema motivador.
No estoy en contra de utilizar incentivos en la empresa pública siempre que sean transparentes y justificados, evitando la arbitrariedad.
Los incentivos deben estar ligados a objetivos concretos y su cuantia relacionarse con la importancia del objetivo; es decir con la repercusion en la salud de las personas atendidas y, aunque hay que ser cuidadosos, con su incidencia en el costo.
Por lo tanto, la diferencia de cuantia entre un Jefe de Servicio y un celador no se puede juzgar en general sino dentro de esas consideraciones.
En mi centro de salud la productividad se reparte por igual, el año pasado todos recibimos alrededor de 1000 euros. Para los administrativos representa un porcentaje no desdeñable, para los médicos una cantidad poco considerable dentro del conjunto de sus retribuciones. Esta claro que no constituye para estos un incentivo demasiado moivador para los administrativos podría serlo pero dudo que lo sea.
En fin quizas sea en este contexto mejor retirarla.
Estoy completamente de acuerdo con el comentario de Koldo acerca de los incentivos, como de los criterios que deberían utilizarse. El ejemplo que pone respecto al reparto en su centro de salud, es justamente lo que debiera hacerse en el resto.
Si las cantidades que se perciben en concepto de productividad variable son públicas y todos sabemos lo que nos van a asignar según categoría y jefatura (aunque no se esté de acuerdo con el reparto), ¿por qué se permite que no se divulguen las que se asignan a los directivos?
¿No pueden los representantes sindicales exigir esta información?.
¿Es legal que se publique para unos y se oculte para otros?
Es una constante del MATS la de solicitar esos datos a la Dirección del centro. En todas las reuniones que se celebran en los centros para informar del pago de la productividad, se les pregunta por la productividad de los directivos. La última respuesta que hemos recibido es que no iban a dar mas información que la publicada en la Resolución de RRHH de la Consejería, en la cual, no viene nada de ese punto.
Nos gustaría saber no solo las cantidades, sino los objetivos que tienen asignados los equipos directivos. Nos imaginamos que pueden estar relacionados con el desmantelamiento de la sanidad pública, cuanto mas desmantelen, mas objetivos cumplen.
El único año que salió a prensa este tema, no sabemos quien lo filtro, se hablaba de cantidades alrededor de 20.000€ por directivo. No me extraña que no quieran publicarlo….
Totalmente de acuerdo con Jesús, este tipo de incentivos, que no están sujetos a compensaciones por riegos derivados del trabajo, arbitrarios que no hay manera de poner las medidas de claridad, participación y objetividad imprescindible, son un arma en manos de las direcciones, para perseguir dos objetivos fundamentalmente, la división, utilizándolos como premio y castigo del grado de docilidad y por otro lado reventar los ritmos de productividad por medios humanos y no de organización y tecnológicos.
Los trabajadores no nos debemos permitir entrar en ese juego, que por unas migajas, de sobras esforzadas, favorecer la situación del desmembramiento del mundo laboral, aumentando rentabilidades que multiplican sus beneficios, o en el caso público ahorros que se reparten en los chanchullos que todos conocemos