El exconsejero de Sanidad Manuel Lamela busca ahora el negocio sanitario en hospitales de América

Lamela, querellado por la anterior oleada de privatizaciones en Madrid, abre una oficina de su consultora en Panamá, al calor del desarrollo sanitario en la zona. La Justicia tumbó el paso de la gestión de seis hospitales a operadores privados, uno de ellos procedente de Puerto Rico.

Manuel Lamela, el nombre en boca de todos en la Sanidad madrileña, busca nuevos horizontes para sus negocios particulares, también relacionados con el sector sanitario, ahora que la nueva oleada de privatizaciones de la gestión de hospitales públicos en Madrid, que se inició bajo su mandato, ha sufrido un fuerte varapalo por parte de la Justicia. BAPP, la consultora que creó tras su salida del Gobierno de la Comunidad de Madrid, también rodeada de polémica, ha abierto oficina en Panamá, al calor del desarrollo que en la zona está teniendo el negocio sanitario.

Lamela fue consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid entre 2003 y 2007, periodo en el que puso en marcha la primera oleada de privatizaciones de gestión de hospitales públicos. Tras su renuncia a seguir al frente de la Consejería, arrinconado por la polémica de las sedaciones en el hospital Severo Ochoa de Leganés, y un fugaz paso por la Consejería de Transportes, Lamela decidió iniciar una carrera empresarial por su cuenta sin alejarse del sector sanitario.

Así, comenzó a tejer un conglomerado de sociedades en torno a la consultoría sanitaria y también para impulsar el proyecto para crear la Ciudad de la Salud en Madrid, uno de tantos que los efectos de la crisis económica se llevaron por delante.

La polémica surgió cuando empresas asesoradas por las sociedades de Lamela comenzaron a beneficiarse de los procesos de privatización que él mismo había impulsado desde la Consejería de Sanidad y que, por lo tanto, conocía al dedillo.

Protagonista de querellas

De hecho, la asociación de médicos Afem se querelló contra Lamela y también contra su sucesor en el cargo, Juan José Güemes, que tramitó la privatización de los servicio de ensayos clínicos que se adjudicó Unilabs, compañía para la que después comenzó a trabajar.

El nombre de Manuel Lamela ha estado en boca de todos durante la nueva oleada de privatizaciones en la Sanidad madrileña que, de nuevo, ha provocado una gran polémica y ha vuelto a desencadenar la renuncia de un consejo de Sanidad, en este caso, de Javier Fernández Lasquetty.

Además, la Justicia tumbó el proceso de privatización, denunciado por los médicos, lo que obligó al Gobierno regional asuspender el proceso cuando ya se habían adjudicado los contratos.

Relaciones empresariales

Entre las tres empresas que lograron hacerse con la gestión de los seis hospitales que formaban parte del plan de privatizaciones se encuentra Ribera Salud, cuya compra negoció en su día Capio, una de las empresas que en su día fue asesorada por el entorno de Lamela y que figura como compañía asociada a Madrid Medical Destination, una de las sociedades de Lamela, que trabaja para fomentar el turismo sanitario en Madrid.

En su día, Bankia, accionista de Ribera Salud, concedió a Capio un derecho exclusivo para negociar la adquisición del paquete de acciones que la entidad financiera tenía en la gestora de hospitales. Lamela llegó a trabajar para Bankia.

Otra de las adjudicatarias fue el grupo puertoriqueño HIMA San Pablo, cuya estrategia en la isla del Caribe coincide, paradójicamente, con la del conglomerado liderado por Lamela: atraer a su país el turismo sanitario, en su caso, especialmente el proveniente de EEUU.

Tras el fiasco de la segunda fase de la privatización de la gestión sanitaria en Madrid, detenida a golpe de manifestación, de mareas blancas (como se conoce al movimiento reivindicativo de los profesionales del sector) y de sentencias judiciales, Lamela probará suerte en otro entorno, quizá donde su historial no sea tan conocido.

Vozpópuli

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