Las urgencias del Hospital La Paz, del Gregorio Marañón, del Clínico o del Infanta Sofía atraviesan una semana de saturación, mientras los Puntos de Atención Continuada (PAC) continúan funcionando con una plantilla insuficiente, tal y como denuncian sanitarios y sanitarias.
La madre de Susana Camacho, vecina de Leganés (Madrid) ha pasado este fin de semana tres días en las urgencias del Hospital Severo Ochoa. Enferma crónica, durante esos tres días, en los que no tuvo opción a cama en planta, vivió su recaída hacinada en un boxes, que duplicó su capacidad. “Mi madre vivió una situación estresante, había mucha gente y poca atención. No había ningún médico al que preguntarle. Había gente que llevaba cinco días sin camas. Llevamos tiempo yendo a urgencias y nunca hemos visto nada así. Había cuatro veces más de lo que pueden soportar”, relata Camacho a El Salto, quien estuvo sin noticias sobre el estado de su madre hasta 24 horas, ya que no permitían acompañamiento continuado y pernocta de acompañantes. Comienza la campaña del frío, llegan las gripes acompañadas del covid y los sanitarios denuncian que, ante esta situación, se encuentran desarmados, con unas urgencias extrahospitalarias, que antaño hacían de muro de contención, en precario.
En Leganés existen dos dispositivos de urgencias extrahospitalarias, los ahora conocidos como Puntos de Atención Continuada (PAC). Ninguno de los dos —La Fortuna y Mª Ángeles López Gómez— cuenta con médico en sus plantillas. Desde que el pasado 27 de octubre la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, desplegará su plan para reorganizar las urgencias extrahospitalarias, 80 centros funcionan con la plantilla de 40. En su última versión de este plan, ejecutada el pasado 12 de diciembre, 49 centros funcionan con todas las categorías, los antiguos Servicios de Atención Rural (SAR), y 29 lo hacen sin médicos, los antaño Servicios de Urgencias de Atención Primaria (SUAP) que se encuentran en las ciudades.
Según los datos que recopila la plataforma SAR, compuesta por trabajadores de las urgencias extrahospitalarias, ni siquiera en los centros donde en teoría se cuenta con todas las categorías se funciona al 100% de rendimiento. De hecho, desde hace un mes, de media solo el 57% de los centros han abierto con plantillas completas y nunca se ha conseguido abrir más del 74% de los centros con todo el personal.
“La gente sabe que los PAC no funcionan bien, muchos no tienen médico, y acuden a las urgencias hospitalarias”, explica Santiago Zarapuz, portavoz del MATS y trabajador del Hospital Clínico San Carlos. Para Zarapuz, detrás del colapso en las urgencias, que esta semana se vive en su propio hospital, pero también en La Paz, en el Gregorio Marañón o en el Infanta Sofía, está el plan de Ayuso para reestructurar los PAC, que ha dejado a estos dispositivos funcionando a medias. “En nuestra zona, Latina y Chamberí, en los PAC no hay médico”, añade.
“Al mal funcionamiento de los PAC se suma la situación de las plantillas, con muchas bajas tras la pandemia y puestos sin reponer. Un cóctel que, mezclado, provoca la explosión”
En el Clínico, desde comienzos de la semana, la sala de agudos, equipada para 30 pacientes, ha llegado a alcanzar picos de hasta 75, con estancia media mínima de 24 horas, llegando a pasar 48 horas, según los datos que aporta el representante del MATS. Todo ello con un pico de gripe que va en aumento y un covid que parece remontar cuando comienza la campaña de frío, la más complicada en las urgencias. “Al mal funcionamiento de los PAC se suma la situación de las plantillas en los hospitales. Unas plantillas deterioradas, con muchas bajas tras la pandemia y muchos puestos sin reponer. Un cóctel que, mezclado, provoca la explosión”, valora Zarapuz.
Situación “de juzgado de guardia”
Los trabajadores de La Paz, que llevan arrastrando esta situación desde hace unos meses, han vuelto a denunciar ante el juzgado la saturación en urgencias. El martes, esta unidad de este hospital amanecían con 168 pacientes, 89 pendientes de ingreso. Había varias camas por los pasillos y 39 pacientes llevaban allí más de 36 horas.
Guillén del Barrio, enfermero de este hospital y representante del MATS, explica que esta situación es consecuencia también del deterioro de la Atención Primaria. “Estamos notando que vienen muchos más pacientes y que vienen más graves, hay pacientes crónicos que no se les ha podido controlar tan bien como se hacía antes y tenemos pacientes con tumores que se están detectando cuando ya están muy avanzados. Empezamos a sospechar que esto es un deterioro intencionado, se está destruyendo la Atención Primaria para que la gente se haga una póliza”, asegura a El Salto.
Percepción similar traslada Marcos —nombre ficticio— enfermero de urgencias del Hospital Gregorio Marañón, donde este miércoles había 122 pacientes, 107 pendientes de cama. 258 pacientes llegaron desde las 8 de la mañana mientras había 30 pacientes en pasillo. “El colapso empezó el lunes, teníamos que ir sorteando pacientes que estaban en el suelo. Llego a haber 125 pacientes para cinco boxes, en cada box 14 sillones, casi la mitad no estaban sentados. Nos quedamos sin camas, sin sillas de ruedas, no había personal suficiente”, enumera.
“En los antiguos SUAP se atendía a 700.000 personas al año, y ahora los han reabierto sin médico ¿Dónde va la gente? Al hospital”
Detrás de esto, a su juicio, dos factores: una Atención Primaria saturada que ya no puede hacer seguimiento a los pacientes crónicos, que llegan descontrolados, y la reorganización de las urgencias extrahospitalarias. “En los antiguos SUAP se atendían a 700.000 personas al año, y ahora los han reabierto sin médico y, en ocasiones, sin enfermero. El punto de Villaverde, por ejemplo, está cerrado muchos días. ¿Dónde va la gente? Al hospital. Estamos viendo complicaciones de enfermedades comunes que antes no veíamos”, alerta.
Incumplimiento de acuerdos
Un escenario de colapso similar denuncian desde el Infanta Sofía, en Alcobendas, centro en el que los trabajadores declararon una huelga en las urgencias, paro aplacado por unos acuerdos alcanzados con la Comunidad de Madrid para reforzar el personal que no se han cumplido, tal y como denuncian desde el sindicato médico AMYTS.
“En el año 2022 han renunciado 14 personas de su puesto de trabajo en esta urgencia por el déficit de personal y por la sobrecarga de trabajo, lo que nos llevó a una huelga en octubre para conseguir nuevos contratos. No se han cumplido los acuerdos de la salida de huelga”
“Ayer cogimos 80 pacientes entre cinco médicos. 46 estaban pendientes de ingreso. Los pacientes están en el servicio de urgencias del Infanta Sofía tres y cuatro días antes de subir a planta. No se merecen esta atención”, expresa Marina Parras, urgencióloga de este hospital, miembro del comité de huelga que firmó el acuerdo con la Comunidad de Madrid y delegada de AMYTS.
“En el año 2022 han renunciado 14 personas de su puesto de trabajo en esta urgencia por el déficit de personal y por la sobrecarga de trabajo, lo que nos llevó a una huelga en octubre para conseguir nuevos contratos y reorganizar las tareas con el resto del hospital. No se han cumplido los acuerdos de la salida de huelga. Y no podemos más, ni nosotros ni nuestros pacientes”, relata Parras.
Menos camas
Desde la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Madrid (ADSP) apuntan a otro factor que contribuye a este escenario de colapso: la escasez de camas hospitalarias. Y aportan datos: Madrid tiene 2,13 camas públicas por cada 1.000 habitantes por debajo de la media del país, que es uno de los que menos camas tiene de la UE (con un promedio 5 camas por cada 1.000 habitantes). Por otro lado, entre 2015 y 2021 las camas de titularidad pública de la región disminuyeron en un 8,29%, lo que significa 1.288 camas menos.
Es por ello que, ante una situación como la actual donde hay un pico en la demanda asistencial, “hay pacientes esperando camas en las urgencias desde el sábado pasado”, añaden. “Y también ponen en evidencia la inutilidad del llamado hospital de pandemias que carece de recursos y personal para ser utilizado como un hospital en los casos graves”, indican desde ADSP, en alusión al Hospital Isabel Zendal, el centro para combatir las pandemias ideado por Isabel Díaz Ayuso.
“La infrafinanciación de la Sanidad Pública madrileña, unida a la política de privatización de los sucesivos gobiernos del PP son la causa principal de esta situación que provoca escenarios inadmisibles que son incompatibles con la dignidad de las personas”
“Por supuesto la infrafinanciación de la Sanidad Pública madrileña, unida a la política de privatización de los sucesivos gobiernos del PP, son la causa principal de esta situación que provoca escenarios inadmisibles que son incompatibles con la dignidad de las personas y con una atención sanitaria de calidad”, concluye Marciano Sánchez Bayle,portavoz de la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Madrid.
FUENTE: El Salto
Por: Sara Plaza Casares