El Boletín
Las cuentas de 2018 relatan que los centros están lejos de contar con el gasto real de un hospital; así la Comunidad de Madrid tiene que endeudarse para hacerlo frente.
Lo que presupuesta la Comunidad de Madrid para la sanidad madrileña es mentira. Ficción. Se presupuesta ‘x’ millones y el gasto real al acabar el año es ‘y’. Siempre cumpliendo un patrón: se redactan unas cuentas y la liquidación final es mucho mayor. Los últimos datos disponibles (2016) evidencian cómo en el Servicio Madrileño de Salud (SERMAS) finalmente se gastaron 676,5 millones de euros más de lo que se presentó en la Asamblea de Madrid. Un gasto oculto que explica, entre otros factores, el endeudamiento que se vive en la región.
Sin ir más lejos, por ejemplo en el Hospital La Paz, en 2016 se gastaron 73,3 millones más de lo que se redactó en el Presupuesto de la Comunidad de Madrid para dicho año. Un desbarajuste que sucede año tras año aunque se va corrigiendo al aumentar el presupuesto. En las últimas cuentas presentadas por Ciudadanos y Cristina Cifuentes no habrá excepción: mientras que en 2016 este centro hospitalario acabó con un gasto de 552 millones, para 2018 se han presupuestado 506,9 millones.
De hecho, según los cálculos realizados por el PSOE a los que ha tenido acceso EL BOLETÍN, a los hospitales 100% públicos (excluyendo a los ‘siete hospitales de Aguirre’ ya que se integraron en el SERMAS recientemente) se les ha presupuestado para 2018 y 339,3 millones de euros menos de lo gastado en 2016. “Hay que hablar de un presupuesto ficticio”, advierte José Manuel Freire, portavoz socialista de Sanidad en la Asamblea de Madrid, a este medio, mencionando que estamos ante “un problema de mala gestión”. “En cualquier organización esto sería motivo de despido”, afirma.
96millones El Hospital Ramón y Cajal contó en 2016 con el récord de desajuste entre lo presupuestado y lo gastado al cerrar el año.
Esta irrealidad también es apreciable por Mónica García, portavoz de Podemos de Sanidad en el Parlamento madrileño. “No tiene sentido. No se adecúan a la realidad. En los grandes hospitales en 2016 se presupuestó un 30% menos de lo que se gastó”, relata. Siguiendo con los ejemplos, en el Hospital Ramón y Cajal, la anarquía presupuestaria en 2016 ascendió hasta los 96,2 millones de euros. Algo que volverá a suceder en 2018: se ha presupuestado para el próximo año 66,4 millones menos de lo que se gastó en este hospital este año pasado.
Buscando una explicación
“Todo esto es difícil de entender. Es una manera de tomar el pelo. Que nos digan el gasto real cuando nos presentan los presupuestos a los diputados y a los ciudadanos”, reclama Freire tras asegurar que desde el Gobierno regional “claramente son conscientes” de esta ingeniería. ¿Pero por qué sucede esto? ¿Por qué se infrafinancia a la sanidad madrileña? Una de las explicaciones se encuentra en cuadrar las cuentas que se presentan; el techo de gasto (Cristóbal Montoro) aprieta.
Los hospitales gastan lo que ellos consideran, luego aparecen las restricciones
Otro de los motivos para los que sirve esta estrategia es, según el diputado socialista, para ocultar deuda. “Hemos podido saber que para 2018 han pasado 500 millones de deuda que no pagaron en 2017. Y luego lo tienen más fácil argumentando que el gasto sanitario es imposible de calcular”, completa el parlamentario. Experiencia que pudo evitar en trabajos anteriores: “Una de las exigencias que pedí cuando me ofrecieron ser consejero de Sanidad del País Vasco fue contar con presupuestos iniciales correctos”, recuerda Freire.
Los problemas de este truco
En este sentido, ambos portavoces coinciden plenamente en que este error premeditado tiene sus consecuencias al no conseguir que el presupuesto sea una herramienta de gestión. “Los hospitales gastan lo que ellos consideran, luego aparecen las restricciones y, por ejemplo, se retrasa el pago a los proveedores o se les paga los últimos”, analiza García. Al mismo tiempo, el control parlamentario de la oposición se hace imposible. “Es incapaz de seguir el rastro del dinero”, reprocha la diputada de Podemos.
Así, llevándolo al ámbito familiar, lo que está haciendo la Comunidad de Madrid con esta trampa sería como si un hogar contase con 3.000 euros mensuales de ingresos, gastase luego 5.000 y tuviera que pedir un préstamos (endeudarse) para pagar esos 2.000 euros de diferencia. “No hay manera de mantener una disciplina presupuestaria en los hospitales”, recalca el portavoz del PSOE.
21millones El Hospital Gregorio Marañón contará en 2018 con 21 millones menos de lo que se gastó realmente en 2016. Misma cifra que el Hospital de la Princesa
Y así sucedió, volviendo a poner sobre la mesa otro dato, en el Hospital 12 de Octubre: en 2016 se gastó realmente 70,8 millones más de lo que se presupuestó. Tampoco será excepción este año ya que se han destinado 37,1 millones menos para 2018. El sindicato MATS, en su análisis de las cuentas recientemente presentadas, no pasa por alto esta cuestión. “Se repite de forma reiterada el presupuestar año tras año por debajo del gasto real”, reseñan desde la organización.
Madrid, un pequeño paraíso fiscal
A esta ecuación hay que añadirle otro elemento determinante para las dos formaciones de la oposición: la baja recaudación en la Comunidad de Madrid por las políticas fiscales de Cristina Cifuentes. Siguiendo con el símil doméstico, sería como si nuestro hogar protagonista no buscase nuevos ingresos (véase un nuevo trabajo, por ejemplo) para poder ir pagando el crédito reclamado al banco y así hacer frente a los gastos. “Lo más grave es lo que se deja de recaudar que en Madrid asciende a los 3.000 millones. Y luego ves lo que se gasta por habitante en sanidad y estamos los segundos o los terceros por la cola”, alerta Freire.
En dos años que lleva gobernando Cifuentes la deuda se ha disparado en 5.461 millones de euros
Por ello, ambos portavoces no terminan de comprender las medallas que se colocan en el PP y Ciudadanos hablando de que se aumenta el presupuesto de los hospitales. “Luego se hacen enmiendas a la totalidad de sus propios presupuestos”, asevera la parlamentaria de la formación morada a este medio. “Se ve que el Hospital Clínico San Carlos nace con 55 millones menos de presupuesto de lo que se gastó realmente en 2016”, apostilla Freire.
Esto no significa que luego, en realidad, se destine más dinero a la sanidad pública (algo de lo que no se alardea en el Ejecutivo) sino que se sigue engrandando la bola de la deuda para hacer frente al coste real de un hospital. “En dos años que lleva gobernando Cifuentes la deuda se ha disparado en 5.461 millones de euros, es decir, un 20% más que en junio de 2015 cuando llegó a la Presidencia”, rememoran desde MATS.
95millones. Esta es la diferencia entre el gasto en 2016 y lo que se presupuesta para 2018 al Hospital Puerta del Hierro, al de Alcalá de Henares, al de Alcorcón, Getafe, Fuenlabrada y Móstoles, al Niño Jesús, al Santa Cristina, al del Escorial, al de la Cruz Roja y al de Rodríguez Lafora, José Germain, Virgen de la Poveda, La Fuenfría y Guadarrama
Por último, cabe destacar otro aspecto fundamental en esta problemática. Mientras lo destinado para los hospitales 100% públicos cuenta con una “infrafinanciación” inicial, en los centros de gestión privada sucede todo lo contrario. En la Fundación Jiménez Díaz se gastó en 2016 cerca de 308 millones y para 2018 se ha presupuestado 372 millones. Es la magia de las cuentas. O más bien de un presupuesto ficticio.