Según publica hoy el diario.es, una de las primeras reformas que va a afrontar el nuevo gobierno de Rajoy es la reforma de las pensiones. Y una de las ideas que parecen estar barajando es la de sacar del sistema de pensiones las de viudedad, que pasarían a ser gestionadas por las CC.AA y se convertirían en una prestación asistencial.
¿Qué significa esto?
En primer lugar acabar con un derecho, ya que estas pensiones se han generado por la contribución de un trabajador.
En segundo lugar no tendrían por qué ser iguales en todos los territorios, ya que las CC.AA. no tienen un mínimo para las prestaciones asistenciales que le corresponden.
En tercer lugar se estaría maquillando un agujero que ha provocado el gobierno al meter mano en la hucha de las pensiones cuanto ha podido y siempre con fines electoralistas y partidistas.
Y en cuarto lugar, y creo que lo más importante, es un agravio tremendo a millones de mujeres (son las que cobran la mayoría de los casi 2 millones y medio de pensiones por viudedad actuales). Con un acto así se despreciaría el trabajo doméstico y la labor que han realizado durante muchos años cientos de miles de mujeres que, en muchas ocasiones, no han tenido acceso al mercado de trabajo. Sin olvidar, por supuesto, que en muchas ocasiones es la única fuente de ingresos en la unidad de convivencia y que su reducción supondría sumir en la pobreza a muchas mujeres agravando la situación en que ya se encuentran muchas de ellas actualmente.
En unos tiempos en los que se plantea el reparto del trabajo doméstico dentro del hogar y en el que se hacen campañas para que no suponga una sobrecarga para las mujeres, una medida como esta lo que viene a decir es lo que ya sabemos: que el bienestar de las mujeres y la igualdad entre mujeres y hombres no es una prioridad para el gobierno del PP, del de antes y del de ahora.
Las mujeres son, hemos sido, monedas de cambio en las políticas del PP. Un ejemplo lo tuvimos con la ley del aborto de Gallardón. Ahora, después de la mala administración de la hucha de las pensiones (hay que recordar que cuando Rajoy asumió el poder estaba en máximos históricos) lo que se plantea es recortar eliminando como prestación contributiva la viudedad que, en alguna media, intenta reconocer y equiparar el trabajo dentro y fuera de casa.
Fátima Báñez tiene suficiente con rezar a la virgen. Nosotras, no.
Elena Martínez