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Regiones como Madrid, Galicia, Castilla y León o Baleares tendrán entre un 15 y un 20% más de puestos sin uso respecto de 2013
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Los sindicatos recuerdan que algunas de estas regiones baten récords en la lista de espera quirúrgica
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El director del Servicio Catalán de Sanidad esgrime que bloquear camas en las plantas no afecta a la saturación en Urgencias
El cierre de camas hospitalarias en verano es garantía de atasco en las listas de espera de los centros sanitarios españoles. Dejar estas plazas sin uso es una práctica habitual de todos los gobiernos autonómicos. El argumento oficial es que la demanda asistencial cae durante estos meses. Pero mientras en muchas comunidades autónomas se suman las plantas de hospitales que no están operativas en junio, julio y agosto, las citas para consultas especializadas, pruebas y operaciones sufren un embudo cada vez mayor.
La cuestión es que varios ejecutivos autonómicos han decidido reducir todavía más este año el número de plazas funcionales en los centros sanitarios este curso. Como si hubieran decidido que los hospitales trabajaran menos. Madrid, Castilla y León, Galicia e Islas Baleares están bloqueando entre un 15 y un 20% más de camas que en verano de 2013.
Otras, como Cataluña y la Comunidad Valenciana, mantienen un número parecido (ya bastante significativo) de puestos inoperativos. También existen casos como Aragón y Asturias en donde el plan de verano 2014 está más dotado que el de hace 12 meses. Con el recuento que ofecen algunos servicios públicos de sanidad y los sindicatos, no menos de 13.000 camas estarán sin uso. En el Sistema Nacional de Salud, según el Catálogo de Hospitales del Ministerio de Sanidad, hay en total 92.589.
Galicia: un 86% más en cuatro años
La Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, para junio, julio y agosto, ha considerado que puede prescindir de 300 camas más que el curso pasado. De 1.500 plazas sin uso se pasa a 1.800, según los sindicatos del sector. Es un incremento del 20%. Se da la casualidad de que Madrid bate su récord de listas de espera cada vez que las recuenta. La última vez fue en marzo de 2014 y eran 75.184 personas.
En la misma línea está Castilla y León que en junio bloqueó 924 camas por las 757 de 2013. Otra vuelta de tuerca al desabastecimiento sanitario de un 22%. Este recuento lo ha ofrecido el sindicato UGT mediante los datos de sus delegados sindicales en los propios hospitales porque es algo extendido que no haya un listado público de cómo quedan los recursos en esta época. De hecho, la central prevé que en agosto el número de camas sin uso crezca y se convierta en «el 20% del total de camas instaladas de la región, que asciende a 7.205». El Ministerio de Sanidad define como camas instaladas «las que constituyen la dotación fija del hospital y que están en disposición de ser usadas, aunque alguna de ellas puedan, por diversas razones, no estar en servicio».
Otro sistema de sanidad pública que ha apretado las tuercas con el calor es el gallego. Sólo de 2013 a 2014 Sanidade deja sin funcionar 163 camas más: de 932 a 1.095 (un 17%). Pero es que en 2010, el número de plazas que no se usaban en verano fue de 588. Un salto del 86%. La Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Galicia asegura que en los tres meses estivales, las listas de espera de pacientes que aguardan un quirófano crecen, de media, un 21%. Es decir, la infrautilización de recursos en junio, julio y agosto se traduce directamente en más demora para los ciudadanos que necesitan una operación. En 2010 había 36.700 personas esperando cirujano. A día de hoy: 38.100.
Culmina este grupo de comunidades que han optado por cerrar más plazas las Islas Baleares. Allí, una de cada cinco camas instaladas quedan en suspenso. La cifra alcanza las 300 de las 1.102 que componen el sistema insular. Se le han sumado 40 a las de 2013, dejando el porcentaje de cierres estivales en el 27%.
Motín de pacientes en Cataluña
Hay algunas regiones como en Valencia –que clausura 1.000 puestos– o Cataluña, donde el margen no les daba para cerrar mucho más que en otros años. El director del Servicio Catalán de Salud, Josep María Padrosa, ha explicado que para esta ocasión han planificado dejar fuera 2.091 camas, que ya supone el 16% de toda la capacidad de Cataluña. Aunque la previsión alcanza las 3.100 camas menos en agosto.
Padrosa ha ofrecido una explicación: «El cierre de camas en planta no repercute en las urgencias, en las que todo el mundo que vaya tendrá una cama si la necesita». Esto contradice la dinámica hospitalaria que precisa de camas operativas y libres en las plantas para absorber las urgencias o las operaciones programadas, como expilcaron a eldiario.es trabajadores de diversos hospitales durante la saturación de servicios de urgencia que vivieron varias regiones el pasado invierno y que los gobiernos atribuyeron a la gripe.
En ese sentido Padrosa además ha abundado que «las intervenciones quirúrgicas urgentes están garantizadas». Pero las listas de espera en los quirófanos no están compuestas por las operaciones urgentes sino las programadas. Esa es la parte de actividad asistencial que caerá en verano al no haber disponibilidad de recursos.
Desde luego las explicaciones del director se oponen a la oleada de protestas que están viviendo los hospitales catalanes como el de Bellvitge. En este centro, los trabajadores se han negado a que se cierren 170 camas para el verano porque «ya hemos perdido 200 camas desde 2009» con los recortes presupuestarios del Ejecutivo. La situación ha llegado a tal punto que este lunes, 13 pacientes se han negado a ser trasladados. Los trabajadores han contado a siete personas de Neurología, cinco en Cirugía Cardíaca y un joven de 18 años que hace 15 días que está en Traumatología.
Pero gran parte de la actividad que se deja de realizar en los hospitales, y que justifica el cierre de camas planificado por las consejerías de Sanidad, es decisión de las direcciones de los centros. El Sindicato de Enfemermería SATSE explica que en el origen de estos cierres está el «menor número de profesionales que hay en los centros hospitalarios, al no sustituirse convenientemente a las personas que se van de vacaciones».
A menor plantilla, para ahorrar en personal a cargo de las plantas, menos camas realmente operativas. «Se produce un aumento en las listas de espera tanto de consultas como de operaciones, altas de forma precipitada, amontonamiento de pacientes en Urgencias…», asegura SATSE. En el otro extremo de las explicaciones, la Unión Catalana de Hospitales (patronal de clínicas) aplaudió el plan de cierres de la Generalitat en un comunicado que decía que se trata de un hecho «excepcional» y que siempre se pueden derivar pacientes a centros concertados.
Otras comunidades autónomas con planes estivales son La Rioja que repite 50 camas cerradas, Castilla-La Mancha que deja de usar 900 (igual que en 2013), Andalucía que ha pasado de 3.000 a 2.900 o País Vasco, que bloqueará 1.145 puestos hospitalarios.