El pasado 24, una banda de 15 neonazis entró por la fuerza en el Centro Social El Barco. Destrozaron varios muebles y cestas de comida de la despensa de alimentos de la Red de Cuidados de Fuencarral y, lo más importante, agredieron a 4 voluntarias y compañeras del espacio. Las golpearon en la cabeza con un casco de moto y una porra extensible, teniendo que ser una de ellas trasladada al hospital para comprobar la gravedad de las lesiones.
Por desgracia, este suceso no es un hecho aislado. Hace ya unos meses que un grupo neonazi se instaló en Fuenarral, concretamente en un local alquilado en la travesía Vistas a la Moraleja. El nombre de su organización fascista es Bastión Frontal y entre sus dirigentes están la ya famosa Isabel Peralta, a la que pudimos ver hace unos meses en el telediario, dando un discurso contra los judíos, al más puro estilo de la Alemania neonazi.
Cabe destacar que, aunque este grupo fascista a veces lleve un discurso de apoyo a las familias trabajadoras (solo las qe ellos consideren suficientemente españolas, excluyendo al resto), lo que buscan es promover el conflicto y el odio en el barrio, enfrentar a las personas de clase trabajadora y aprovecharse de ese enfrentamiento. Lo único que estos neonazis han aportado al barrio desde que vinieron (ninguno de ellos es vecino de la zona) ha sido propinar varias palizas, agresiones e intimidaciones a vec@s únicamente por su procedencia, etnia, identidad u orientación sexual. Y, por si fuera poco, la madrugada del 18 de abril la policía desalojó su local, debido a la celebración de una de sus fiestas ilegales, ya que no era la primera que hacían. En esa intervención los agentes les incautaron machetes, cuchillos y otras armas blancas y detuvieron a 19 personas. Pese a que el local fue precintado, los neonazis han vuelto a instalarse en él.
Consideramos que Fuencarral siempre se ha caracterizado por su diversidad, conviviendo personas de diferentes lugares, etnias, edades… y todas ellas tenemos en común la humildad y la pertenencia a la clase trabajadora. Hemos creado un barrio donde el respeto y el apoyo mutuo han sido la norma y nuestras mayores fortalezas. Aunque, como en todas las comunidades, también hay diferencias y dificultades, estas no han sido nunca un obstáculo para la convivencia en nuestro barrio. De echo, muchos de los problemas que hemos sufrido nos han unido más aún, como la subida del precio de las viviendas, el abandono por parte de las instituciones, un centro de salud precario…
Ninguna de estas problemáticas reales se soluciona con el odio que las organizaciones fascistas tratan de promover La solución que nosotr@s planteamos se basa en la organización y solidaridad vecinal, la reivindicación de nuestros derechos y la defensa de nuestros servicios públicos. Estos ideales son los que marcan nuestro trabajo. Por ejemplo, la Red de Cuidados de Fuencarral apoya con alimentos y otros bienes básicos a 64 familias, llegando a más de 285 personas del barrio que están en una situación de vulnerabilidad, en algunos casos producida o agudizada por la crisis del Covid 19.
Os animamos, vecin@s, a organizaros, a construir un barrio mejor y más justo y a rechazar los discursos que solo tratan de romper la convivencia y agudizar las diferencias
¡Contra su odio en Fuencarral, solidaridad obrera y vecinal!
¡Por unos barrios obreros y multiculturales!