¿Y si hablamos de lo innombrable?

¿Y si hablamos del acoso sexual en el ámbito sanitario?.

Nadie se atreve a decirlo en voz alta, pero existe. Ya va siendo hora de que pongamos las cartas sobre la mesa y dejemos de ver como «natural» comportamientos que no lo son.

El colectivo sanitario reúne características e historia que son un caldo de cultivo ideal para que se den casos de acoso sexual y acoso por razón de sexo de forma frecuente. Así sucede pero pasan inadvertidamente comportamientos que hemos naturalizado y que distan mucho de ser naturales.

La estructura jerárquica de los centros sanitarios se organiza en forma de pirámide.
Actualmente existe una enorme precarización laboral que lejos de mejorar tiende a ser cada vez mayor.

A pesar de ser un colectivo feminizado, los cargos de poder los siguen ostentando hombres y mayores.

Recordemos también que culturalmente aun nos retumba que la autoridad es el médico, el cura y el Alcalde. No dejaremos de tener en cuenta que creemos que nuestras vidas, cuando estamos enfermas, están en sus manos, lo cual endiosa y nos coloca en situación vulnerable y de dependencia, y a la autoridad nos enseñaron que no se la cuestiona…

Pensaremos que las cosas están cambiando, pero el acoso sigue oculto.

Las antes descritas características del ámbito laboral sanitario componen factor favorecedor perfecto para que nos encontremos con casos de acoso que aun se quedan en el ámbito de lo privado. ¿Que compañera puede afirmar que nunca se sintió intimidada?

Y ¿quien es la valiente que se atreve a decir y menos a denunciar teniendo, un contrato temporal, siendo mujer y teniendo por jefe a un hombre, mayor y supuestamente experto por edad, rango y estudios?
Y si lo haces??
No sabemos bien en que repercutiría para la mujer, porque sencillamente no se hace y si se hace se niega en las resoluciones de salud laboral o bien se invisibiliza resolviendo como un simple moobing laboral.
No hablamos de nada nuevo, el ámbito sanitario reproduce aquello que ocurre en la sociedad y nuestro silencio nos hace cómplices.
Hablemos claro, si no comenzamos quitando los vejatorios calendarios de mujeres desnudas que aun vemos en vestuarios, estamos siendo cómplices de las intimidaciones que mas tarde ocurran. Y si reímos machiruladas chistes o piropos también. No es gracioso, es violencia de genero.
Las mujeres pedimos respeto para nosotras y para las personas de las diferentes opciones sexuales, alguna doblemente discriminada si además de ser mujeres tienen una condición sexual diferente.
Las mujeres y personas no Cisgenero estamos dispuestas a apoyarnos y a acabar con estas situaciones de una vez. Exigimos formación en genero obligatoria en los servicios de salud laboral y en altos cargos y cargos intermedios.
Gracias compañera anónima que denuncias por tu valentía, estamos contigo.

 

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