Los pacientes ingresados en las U.C.I.S. por Covid-19 son pacientes muy graves, complejos y con altas demandas asistenciales ( especialmente en lo que hace referencia a sus cuidados) y si estas Unidades se saturan o colapsan con este tipo de pacientes se pueden crear graves problemas de Salud pública, pues otros pacientes con otras patologías no podrán ser atendidos adecuadamente y muchos centros se verán obligados a derivar y seleccionar a quienes atienden.
Metidos de lleno en la 5ª ola de Covid-19 la presión asistencial en estas Unidades empieza a ser preocupante y con respecto al año pasado, en pleno repunte de la 2ª ola, la situación es aún peor (168 pacientes por Covid-19 en UCIS del SERMAS en Agosto de 2020 frente a 269 a 24 de Agosto de 2021).
Sin embargo, poco ha cambiado desde entonces en la Gestión de estas Unidades, donde quedó evidenciado que la Planificación improvisada, pone en serio peligro la seguridad y salud de pacientes y trabajadorxs.
Todxs recordamos como en plena crisis sanitaria por el coronavirus,una de las U.C.I. del Hospital Infanta Sofía totalmente equipada con 16 camas permanecia cerrada mientras que en la otra UCI con 8 camas doblaba los puestos hasta lacanzar un total de 14 camas en la unidad durante la 1ª ola, o como la Planta 22 del Gómez Ulla ( una unidad de aislamiento para enfermedades infectocontagiosas de riesgo) estuvo sin utilizar mientras la UCI estaba saturada. El Hospital la Paz, tenía el 24 de Agosto de 2020, 6 camas de UCI bloqueadas, en pleno repunte de casos.
La falta de material adecuado ( como los sistemas de aspiración cerrada en pacientes con ventilación mecánica) y la obligación de reutilizar E.P.I.S., dejó expuestos a pacientes y trabajadorxs, provocando cientos de contagios y largas bajas laborales que en algunos casos ocasionaron secuelas de por vida, tanto física como emocionalmente.
Sin embargo los mayores problemas durante todas las olas por covid-19, han sido las Políticas de Recursos Humanos .
En las U.C.I.S, donde se tratan pacientes con posibilidad de trasmitir enfermedades al propio personal (y estos a su vez a sus familiares) la sobrecarga de trabajo y el estrés emocional de lxs trabajadorxs exige que se deban cumplir escrupulosamente los periodos de descanso, que en ningún caso deben ser menores de los recomendados legalmente.
Actualmente estos periodos de descanso no están siendo respetados y en Hospitales como el Gregorio Marañón o el Clínico se suspenden, posponen o limitan vacaciones o no se respeta el descanso de 12 horas entre jornadas marcado por la legislación.
Más grave aún, es que ante la falta de plantillas, la limitación del número de sustituciones y la precariedad estructural se esté ofertando a lxs trabajadorxs de UCI la posibilidad de realizar jornadas complementarias( doblajes de turnos , horas extras, aumento de guardias etc) y que los mandos intermedios de estos Servicios, estén actuando de trasmisores de estas prácticas de dudosa legalidad poniendo en grave peligro la seguridad y salud de pacientes y trabajadorxs.
En el 12 de Octubre, un cartel Público anuncia la posibilidad de doblajes con la cuantía de las cantidades en concepto de horas extras. En el Príncipe de Asturias y la Fundación de Alcorcón, también se ofertan doblajes y en el Gregorio Marañón la Supervisora a través de un mensaje de wasaps, comunica con frecuencia a lxs trabajadorxs las necesidades de la semana, anunciándolo como “ doblajes económicos”.
Junto a los problemas de descanso se encuentran los de distribución de cargas. En estas unidades, el aumento de cargas de trabajo por el Covid-19 se relaciona con una mayor probabilidad de que los pacientes experimenten insuficiencia orgánica múltiple y por tanto se debería garantizar que las UCIS tengan el personal adecuado . 1 Intensivista para 3 pacientes como máximo, 1 enfermera por turno por cada dos pacientes críticos con un refuerzo de 1 enfermera por cada 4-6 camas y 1 TCAE por cada 4 camas con un refuerzo por turno cada 8-12 camas. En personal no Sanitario incremento del número de celadores debido al aumento de cargas de trabajo especialmente en el manejo del paciente ventilado en decúbito prono y un amplio refuerzo del personal de limpieza ante el incremento de las medidas de limpieza habituales.
Sin embargo, nos hemos encontrado situaciones como la UCI del Gregorio Marañón donde una enfermera puede estar a cargo de 3 pacientes o en el Clínico donde la falta de plantilla ha provocado que la Unidad Coronaria con 6 pacientes, haya sido atendida en más de 1 ocasión por 2 enfermerxs.
Por último tenemos que hablar de las responsabilidades asistenciales que hace que la falta de Planificación y la improvisación genere situaciones como la del Hospital del Henares, donde se llegó a cesar a 5 enfermeras de UCI para contratarlas en vacunación cobrando 16 € la hora, mientras en esta Unidad permanecía de baja de larga duración 2 enfermeras y 3 más estaban de excedencia o la del Hospital de Arganda del Rey donde la falta de personal de UCIS se llega a cubrir hasta con personal de Neonatos.
En el Hospital Isabel Zendal se han alineado todas estas carencias lo que ratifica la nefasta gestión de los responsables Políticos. La apertura de un control más de UCI ha provocado las quejas de sus profesionales a través de un escrito. Según dicho escrito hay 2 Intensivistas para 36 pacientes y la falta de contratación, supondrá que el ratio enfermera/paciente y T.C.A.E/paciente sea de 1/3. Lxs trabajadorxs advierten en el escrito que cuando el número de pacientes está por encima de 2,5 por enfermera el riesgo de muerte se incrementa en 3,5 veces el promedio y que no se puede hipotecar la salud y las vidas de las personas de esta manera además de trasmitir su agotamiento, su cansancio y sus nulas fuerzas para continuar.
Desde el M.A.T.S. pensamos que el OBJETIVO en estas Unidades (cómo señalan los expertos) debe ser proporcionar una asistencia competente a lxs pacientes a través de estímulos a sus trabajadoxs, en lugar de los castigos que permanentemente propone la Administración.
- Fomentando unos equipos de trabajo estables, con perspectivas laborales a largo plazo (contratos de larga duración) y con una dotación adecuada (según los ratios descritos anteriormente) basados en las demandas asistenciales y no en la dotación presupuestaria, que genera incertidumbre laboral y huida de profesionales.
- Estimulando la cobertura de bajas (ante la previsible probabilidad de contagio de lxs trabajadorxs) desde el primer día y ausencias por descansos ( que deben cumplirse escrupulosamente) para no recurrir al uso de jornadas complementarias que aumenten la penosidad laboral.
- Fomentando un Plan de Reubicación de Personal hacia las áreas de Críticos, de lxs trabajadorxs mejor formadxs en estas especialidades y de los menos formados que realizan su actividad en estas Unidades, facilitando su formación dentro de su jornada laboral.
- Vigilando la Salud de lxs trabajadoxs para evitar la sobrecarga, el estrés laboral y los riesgos de sufrir accidentes laborales o enfermedades profesionales.
[Imagen cedida por Maria Carrasco Galeano]