Desde el MATS no compartimos la huelga indefinida convocada por el sindicato SATSE que comenzó el día 7 de octubre. Es una huelga sin alma, se trata de una huelga con un mecanismo que se aleja de los principios y formas de proceder del MATS, como es el corporativismo con reivindicaciones que afectan por igual al resto de categorías, que aleja a un colectivo del resto, y sin consultar ni hacer partícipes a las/os trabajadoras/es. No se ha tenido en cuenta su opinión al respecto, su visión de la situación y sus propuestas, además de haber sido convocada con apenas el mínimo tiempo legal establecido. Esto ha supuesto una preparación casi inexistente, sin apenas difusión en los centros de trabajo. Gran parte de las trabajadoras/es desconocen los motivos, cuándo se ha decidido y cómo está planteada. A esto cabe sumar la falta de movilizaciones, siendo fundamental movilizarse y salir a luchar, en centros de trabajo y en la calle.
Creemos que una huelga estaría justificada si ésta es para mejorar las condiciones laborales del personal sanitario y no sanitario, así como la calidad asistencial de las usuarias y usuarios del sistema de salud. Creemos que dicha huelga debería haber sido planteada:
- De forma unitaria. Se tiene que llevar a cabo una lucha de todas las personas implicadas y con los mismos objetivos en relación a la Sanidad, es decir, usuari@s y trabajador@s de todas las categorías. Y con el apoyo conjunto de todas las organizaciones sindicales de la sanidad madrileña.
- De forma democrática. Consultando a las/os trabajadoras/es, realizando asambleas en los centros de trabajo y que sean quienes decidan directamente realizar la huelga, y no un sindicato quien convoque a la espera de que las/os trabajadoras/es la secunden.
- Teniendo en cuenta que la lucha social es la forma de cambiar las cosas. El contexto actual en el que nos encontramos ante el covid19 también se tenía que haber tenido en cuenta de manera conjunta, con una valoración de la situación y posibilidades de tener el seguimiento y la repercusión necesaria para lograr los objetivos. Todo ello sin dejar de respetar las precauciones frente al virus, pero habrían sido necesarias las herramientas de lucha como las concentraciones y acciones en los centros de trabajo y en las calles.
- Bien organizada. La forma de proceder debe pasar por asegurarse de que todas las/os trabajadoras/es son informados, tienen la oportunidad de participar en la toma de decisiones, y están enteradas/os de las acciones que se van a hacer. Para ello es esencial hacer reuniones de organización, pegar carteles en centros de trabajo y en los barrios y difundir en medios de comunicación y redes sociales de forma activa, de cara a tener el mayor alcance posible y llegando a la población para disponer también de su apoyo en la lucha.
Estamos inmersos en una situación en la que es necesario unir todas las fuerzas posibles, teniendo en cuenta a todas las trabajadoras y trabajadores implicados. Carece de sentido enfrentarnos divididos y por parcelas a un enemigo común, que es responsable de la precariedad laboral y del desmantelamiento del sistema sanitario madrileño. Además, el sistema de salud lo conformamos tod@s, esto es, trabajador@s y usuari@s. Son precisamente las vecinas y vecinos de los barrios madrileños quienes se han movilizado desde el comienzo de la pandemia, quienes han salido a apoyar incondicionalmente a las puertas de hospitales y centros de salud (superando en número a las/os trabajadoras/es en muchas ocasiones), y quienes siguen dando la batalla por los centros de salud actualmente. No es posible llevar a cabo una lucha dejando de lado a la mitad de las personas que conforman el sistema sanitario, firmes defensoras de la sanidad pública.