Celadores, un eslabón invisibilizado: mismo riesgo, misma protección.

¡Hola! Me llamo Cristina Rivas, soy celadora del Hospital Ramón y Cajal y delegada del Sindicato MATS.

Estoy convencida que mucha gente se va a sorprender de las distintas tareas o funciones que tenemos. A pesar de estar considerados como personal no sanitario, tenemos contacto directo y estrecho con los pacientes.

Podemos ser destinados a cualquier zona del hospital, con la diversidad de funciones y tareas que eso conlleva en función del destino. Por ejemplo, esta noche pasada he estado destinada en el servicio de urgencias donde entre otras cosas:

• Recibimos a los pacientes a su llegada al hospital. Si el paciente llega en un vehículo y tiene algún tipo de dificultad o limitación a la hora de moverse, le ayudamos a salir del vehículo.

• Realizamos el traslado del paciente a las diferentes pruebas que el personal médico designa.

• Ayudamos la personal sanitario en la movilización de los pacientes siempre que sea necesario

• Trasladamos a los pacientes a las plantas correspondientes.

Otros destinos que puede tener el celador en el hospital son:

• Una planta o una UVI donde:

– Movilizamos a pacientes encamados o que tienen movilidad reducida durante el aseo.

– Realizamos los traslados a las diferentes pruebas que puedan surgir.

– Nos encargamos de recoger y llevar hasta la planta material de lencería como sabanas, mantas, almohadas, etc.

– Nos encargamos de ir a por medicación sí en la planta se encuentran desprovistos de algo necesario para el turno.

• En un quirófano donde:

– Nos encargamos de preparar y trasladar todo el material de las mesas quirúrgicas y equipos como las torres de artroscopias o microscopios al quirófano.

– Trasladamos al paciente desde la habitación hasta el quirófano.

– Colocamos al paciente en la mesa del quirófano. En función de la operación que se le va a realizar, el paciente debe de ir colocado de una forma determinada.

– Realizamos el traslado del paciente, una vez acabada la cirugía, hasta el despertar, la Unidad de Reanimación o la UVI

Como puedes observar, en todo momento el contacto que tiene el/la celador/a con l@s pacientes es directo. Nuestro día a día contradice lo que expone el Ministerio de Sanidad en su “Procedimiento de Actuación para los Servicios de Prevención de Riesgos Laborales frente a la Exposición al SARS-CoV-2”, en el que nos considera personal de bajo riesgo de contagio. Esto demuestra que las personas que toman las decisiones importantes, no tienen ni idea de la importancia del celador en el funcionamiento de un hospital… Y es una verdadera pena. Estamos totalmente desprotegid@s. Parece que desde las altas instancias quieren conducir esta profesión hacia la extinción como categoría.

Somos un colectivo totalmente autodidacta. No hay una formación profesional que pueda formar a la gente que se quiera dedicar a esta profesión. Únicamente hubo un atisbo de cualificación profesional de nivel 1 para celadores y celadoras a través del Real Decreto 1790/2011, de 16 de diciembre, por el que se complementa el Catálogo Nacional de Cualificaciones Profesionales y sus correspondientes módulos formativos.

Los recortes en sanidad y educación, que soportamos desde hace tanto tiempo, han impedido el desarrollo de la misma y su incorporación a los certificados y títulos de FP.

Respecto a los protocolos de protección, estos han variado en función de las existencias de EPIS. El hospital va lanzando protocolos nuevos, y cada vez se van reduciendo las medidas de protección de todo el personal que trabaja en el hospital. Los celadores y celadoras seguimos estando expuestos al contagio, pues estamos en contacto directo con los pacientes que son positivos. Seguimos “al pie del cañón” por el bien del paciente… Y nos consideran personal de bajo riesgo.

No nos han dado cursos para ponernos y quitarnos los EPIS. Hemos aprendido sobre la marcha, a través de vídeos y de compañeras y compañeros.

Cada día hay algún/a compañero/a que se ve en la situación de negarse a entrar en alguna habitación porque hay personal sanitario que, siguiendo instrucciones del supervisor correspondiente, no nos facilita el equipamiento de protección correspondiente. Afortunadamente, no es así en todos los casos, de ahí la importancia que tiene estar informado de cuáles son las medidas de protección que tenemos que adoptar en función de la exposición al riesgo. Información que ha escaseado bastante por parte de nuestros superiores.

En cuanto al aspecto emocional, el hospital ya no es el mismo para ningún profesional.

La forma de trabajar ha cambiado por completo. La tensión que tenemos es palpable en todos los servicios del hospital. Estamos ante una situación desconocida y ante la que es imposible estar preparado.

Lo estamos viviendo con mucho miedo… Y estamos viendo en primera persona y muy cerca por el contacto directo que tenemos con los pacientes, los efectos que esta pandemia está causando en la población, etc, y es para echarse a temblar. Nosotros hemos tenido tres compañeros en la UVI intubados. Esto ha sido un palo muy duro para todos los celadores del hospital. Han estado muy malitos. Por suerte, los tres ya han sido dados de alta, lo que para nosotras ha supuesto un cóctel de sensaciones… Alegría, alivio, esperanza… pero sobre todo, nos ha dado “un chute” de moral, ánimo y energía a todos los celadores y celadoras, que no quieren ser ni héroes, heroínas, ni soldados que van al frente con tirachinas.

No queremos símiles bélicos, sólo las mismas medidas de protección en función del riesgo y la exposición.


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