La nueva presidenta de la Comunidad de Madrid Isabel Diaz Ayuso representa el continuismo con Esperanza Aguirre, Ignacio González y Cristina Cifuentes. El nuevo gobierno huele por todos sus poros a vieja política; la diferencia es que no es un gobierno monocolor del PP, sino de coalición con Ciudadanos dentro y con VOX fuera. Esto no le hace mejor, sino todo lo contrario.
El nuevo gobierno retoma el ultraliberalismo económico de los tres partidos, y aumenta su carácter reaccionario al tener que apoyarse en la extrema derecha. Los datos son determinantes: el anuncio de una bajada de impuestos o los guiños al catecismo de la extrema derecha respecto a su negacionismo con la violencia machista.
Las derechas entienden la bajada de impuestos como una disminución de la presión fiscal para las clases altas o para aquellas con mejores rentas; eso aumentará la desigualdad social con respecto a las clases trabajadoras y el conjunto de la población. Así mismo, no hay otra manera de compensar la bajada de impuestos que recortando todas las inversiones sociales o privatizando sectores, ya sea en la sanidad, la dependencia, la violencia de género, o la educación. De esto se va a encargar J. Lasquetty, que tiene como misión bajar los impuestos desde la consejería de hacienda. Quien ya intentó privatizar la sanidad madrileña, ahora recortará los presupuestos, más todavía, dedicados a sanidad, educación o servicios sociales. Nuevo gobierno, viejas políticas.
Las cuestiones relacionadas con la violencia machista sufrirán tanto o más que las políticas sociales, por una parte porque están relacionadas unas con otras a través de unas bases presupuestarias ultraliberales; y por otra, porque VOX es enemigo declarado de los derechos de las mujeres y del colectivo LGTB. Por lo tanto, no esperamos de este gobierno más que recortes sociales, privatizaciones, aprobación de una legislación más reaccionaria que la actual y un aumento de la corrupción política.
No quedará otra salida que enfrentar estas políticas desde la calle y con movilizaciones. La debilidad y falta de voluntad de los sindicatos mayoritarios, así como la crisis política entre los partidos de izquierda, nos obligará a plantar cara al nuevo gobierno desde posiciones más desfavorables que en los últimos cuatro años. Sin embargo también es cierto que, tanto en esta ciudad como en el conjunto del país, las luchas más importantes en los últimos ocho años, han venido de la mano de los movimientos sociales. Así fue el 15M, las Mareas, la lucha de los pensionistas, el movimiento feminista y, ahora, el incipiente movimiento de los jóvenes para evitar la destrucción de nuestro planeta.
Desde el minuto uno el calendario de movilizaciones ya está marcado. En primer lugar tenemos que evitar que en septiembre el gobierno cierre el espacio social de la Ingobernable. En segundo lugar, ya hay convocadas movilizaciones el día 27 contra las políticas que provocan la destrucción del medio ambiente. Además de todo eso, vamos a tener que unir fuerzas y salir a las calles para defender la sanidad pública y recuperar la jornada laboral de 35 horas.. También apoyar a los que cada día intentarán impedir desahucios y nuevos recortes sociales.
Para llevar a cabo todo esto, el MATS, pone a disposición de todas las personas que luchan, nuestros medios materiales y humanos.