Los colapsos en las Urgencias hospitalarias no solo son cosas del invierno y la gripe. Los centros más allá de estos picos de crisis siguen resintiéndose. Y dos componentes no ayudan: la falta de camas ya sea por el cierre continuo o programado del verano y la siempre presente falta de personal. Así se está viendo este miércoles en el propio Hospital Clínico San Carlos de Madrid.
Allí, según denuncia el sindicato MATS, la situación se está complicando. En este sentido, la sala de agudos de Urgencias no da para más. De un total de 18 camas y 12 sillones, el número de pacientes se desborda hasta los 48; 18 más de su capacidad. Y aún, tal y como advierten, ni ha comenzado el cierre de camas programado por el verano.
Los cálculos varían en función de la quincena, pero la previsión es que se cierren, por ejemplo, en todo agosto unas 325 camas. En total, la media es de 261 unidades menos por la programación veraniega. Pero antes de este paso, las Urgencias ya se resienten.
“La saturación suele comenzar a partir de las cinco de la tarde, pero hoy desde las ocho de la mañana tenemos de media 48 pacientes para una capacidad de 30 pacientes”, alerta Santiago Zarapuz, delegado sindical de MATS en el centro.
Mientras, las auxiliares de Enfermería y de enfermeras también tocan a su límite: hay seis enfermas y cinco auxiliares de Enfermería. Pero no solo el espacio tiene que convivir con los pacientes, sino que esto “se agrava” y “se triplica” después de la orden de la Consejería de Sanidad de permitir el acceso a los familiares.
“La gente está muy cabreada. La sala se triplica; los familiares entran, salen, ven a enfermos graves, a enfermos haciendo sus necesidades. No es agradable”, lamenta este delegado sindical. Por su parte, lo que vuelve a sobrepasar es el número de camas, pero no en el buen sentido: muchas de ellas están inhabilitadas.
Si el centro, según los datos de la organización sindical, cuenta con 861 camas instaladas, hay 124 camas inhabilitadas. Algo que la Memoria del SERMAS de 2018 constata. Y es que en los datos oficiales del promedio de camas funcionantes en el año pasado el Hospital Clínico San Carlos pasó de esas 861 camas instaladas a las 703 funcionantes, 155 menos.
Desde el sindicato MATS lamentan que el colapso en las Urgencias del centro está siendo una tónica habitual. “No son hechos puntuales”, relatan. Es más, la salida normal que toma la Dirección es “dar de alta, ingresar pacientes o derivarlos a la Fundación Jiménez Díaz”.
“También es posible que muchos pacientes permanezcan en la sala más de 24 horas y hablamos de 48 horas o en algunos casos hasta 72 horas”, reprocha el delegado sindical de MATS tras recordar que en el centro se tiene “un cierre de camas permanente”.
Desde el hospital, en declaraciones a EL BOLETÍN, aseguran que las Urgencias están “en una situación totalmente normal donde se atienden a todos los ciuidadanos”. Asimismo, señalan que el tiempo de Urgencias “depende del proceso de cada uno”.
En todo caso, el Departamento de Comunicación señala que “ningún paciente ha permanecido 24 horas a la espera de ingreso o alta salvo en casos pendientes de evolución”.