El Ejecutivo de Garrido respalda que la empresa a la que le retiró la concesión en Alzira el gobierno valenciano recompre las acciones en Torrejón de Ardoz
El vicepresidente del Gobierno (PP) reduce el traspaso a un «puro acto administrativo» y considera que el interés renovado de Ribera Salud por la sanidad madrileña «refrenda que está en buenas manos»
El centro atiende a 147.000 pacientes y recibe 80 millones de euros al año de dinero público. Sus trabajadores han negociado mejoras en sus condiciones con la antigua concesionaria, Sanitas, que ahora están en peligro
El Diario
Ribera Salud vuelve al mercado de los hospitales públicos madrileños seis años después. En 2012, la contratista vendió sus acciones del hospital de Torrejón de Ardoz a Sanitas (60%) y ahora pretende recuperarlas comprando su antigua participación, además de la de Asisa (26%) y la de Concessia (10%) para hacerse con el control total de la concesión del centro, que atiende a 147.000 pacientes de la red pública. Una operación de recompra que aplaude el Gobierno de la Comunidad de Madrid como una noticia que «refrenda que la sanidad madrileña está en buenas manos».
«Lo refrenda que una de las principales compañías sanitarias confíe en el modelo de funcionamiento», manifestó el vicepresidente del Ejecutivo, Pedro Rollán, sobre el renovado interés de Ribera Salud por entrar en este nicho de mercado. «Dará el do de pecho para mejorar las excelentes notas de atención sanitaria», añadió el número dos de la Comunidad en un mensaje que refuerza el respaldo del PP de un modelo de privatización extendido en cuatro hospitales de la región –Villalba, Valdemoro, Móstoles y Torrejón de Ardoz– y que implantó Esperanza Aguirre en Madrid a imagen y semejanza del símbolo, ahora caído, del hospital Alzira en Valencia. El primer hospital privatizado de España que ahora gestiona directamente la Generalitat valenciana.
La vuelta de Ribera Salud ha sido bendecida por el Ejecutivo hasta el punto de que el vicepresidente se ha comprometido a que los trámites administrativos se completen en un plazo de «semanas». «Se trata de un puro acto administrativo y a seguir disfrutando de ese hospital tan fantástico», ha dicho.
Fuentes de la Consejería de Sanidad aseguran a eldiario.es que «se ha pedido toda la documentación» a la compañía para «verificar que cumplen con las condiciones que establece el pliego de cláusulas administrativas» y dar la autorización que se necesita, junto a otra de la Comisión del Mercado de Valores, para cerrar la venta. La interlocución del Ejecutivo es en realidad con American Centene porque Sanitas y Asisa no han venido sus acciones a Ribera Salud sino a esta multinacional, que tiene el 50%, de la compañía. La otra parte corresponde a Banco Sabadell.
Ribera Salud vuelve a poner los ojos en Madrid tras perder el volumen de negocio que le daba Alzira, cuya reversión a la sanidad pública a principios de este año ha restado a la compañía la gestión de casi 200 millones de euros anuales que tiene que compensar de alguna manera. En este caso, con la recompra de acciones de la sociedad Torrejón Salud S.A, concesionaria del hospital por 30 años. Esta nueva adquisición se suma a la gestión que la compañía hace desde 2009, por decisión de Esperanza Aguirre, del Laboratorio Clínico Central de Madrid, que da servicio a seis hospitales semiprivatizados a través de una concesionaria, BR Salud, en la que participa al 45%.
Ribera Salud solo confirma, a preguntas de eldiario.es, que la «operación en Madrid está en marcha», pendiente de «recibir las autorizaciones pertinentes» de la Comunidad y de la Comisión del Mercado de Valores. Sanitas tampoco da detalles a este medio de los motivos que le han conducido a prescindir de la participación en la sociedad concesionaria que gestiona el hospital, Torrejón Salud S.A.
En 2012, la compañía presumía de que entraba a participar en el «modelo de futuro» que «ofrece beneficios a todas las partes». Hoy, para emprender el camino contrario, solo justifica que quiere liderar «nuevos proyectos en el ámbito de la provisión asistencial privada dentro de la Comunidad de Madrid».
El cambio de manos es solo una modificación en la propiedad de la sociedad que tiene la concesión. Es decir, el contrato no se rescinde para hacer uno nuevo porque en 2011, cuando abrió el hospital, se hizo a 30 años. La sociedad, por tanto, sigue siendo Torrejón Salud S.A y el modelo de financiación será el mismo, según fuentes de la Consejería de Sanidad. eldiario.es ha preguntado a Ribera Salud, sin obtener respuesta, si intentará renegociar las contrapartidas públicas para la gestión.
La «incertidumbre» de los 250 trabajadores
Este centro hospitalario recibe de las arcas regionales alrededor de 80 millones de euros anuales. La última partida para el hospital, de 2018, se consignó en 85,8 millones y la misma cifra está presupuestada para 2019. Torrejón Salud S.A gestiona, además del hospital, el Centro de Especialidades del municipio. Atiende en total a una población de 147.000 personas, tiene 700 camas, 10 quirófanos y 250 empleados.
Los trabajadores y trabajadoras describen la «incertidumbre» que les provoca la nueva situación. Fueron informados el pasado martes a través de una comunicación interna sobre el cambio de manos de las acciones. Sin embargo, según CCOO, la dirección del centro aún no se ha reunido con el comité de empresa ni ha informado sobre posibles cambios en las condiciones laborales de los empleados. Los sanitarios de Torrejón de Ardoz perciben complementos que en su día fueron negociados con Sanitas y que hoy no tienen garantías de mantener. Y la Consejería de Sanidad no tiene capacidad para controlarlo.
«Le exigimos que mantengan las condiciones sociolaborales. Los empleados tienen el convenio de clínicas privadas pero con unos complementos adquiridos a base de negociación con la actual empresa. Esos derechos no están blindados ahora», explica Rosa María Cuadrado, responsable de Sanidad de CCOO Madrid, que asegura que su convenio no contempla la subrogación pero es un escenario que «ni se plantea» porque en realidad no se acaba el contrato. «Sí nos preocupa que la Comunidad, como garante de la prestación del servicio, esté ajena a lo que se haga con las mejoras laborales».
Desde CCOO critican, además, que compraventas como esta muestran que «la salud sigue siendo un negocio muy apetecible para el mejor postor». «El beneficio lo amplifican por las peores condiciones, plantillas minoradas y peores condiciones», zanja Cuadrado.
La defensa del Gobierno regional del modelo privatizador, según las declaraciones de los últimos días, se producen a pocos días de que la Cámara de Cuentas publique su informe definitivo sobre la fiscalización del gasto público sanitario entre 2011 y 2015. El anteproyecto, al que tuvo acceso eldiario.es y susceptible de alegaciones de la Comunidad de Madrid, certificó que la Consejería de Sanidad no había aportado en una década ningún informe o estudio que avalara su principal tesis para emprender la privatización sanitaria: una mayor eficiencia en el gasto público.