Año 2007. Sale a concurso el contrato de mantenimiento de la electromedicina del Hospital Clínico San Carlos. En febrero de 2008 lo gana Asime por 2,8 millones de euros. Su duración era de un año con opción a otro más, pero casi una década después este servicio sigue en manos de la misma empresa a base de prórrogas exclusivamente. Ya van más de un centenar en total con un valor que superaría a fecha de hoy los 22 millones de euros. Algo que incumpliría la Ley de Contratación Pública.
Legalmente, según se aprecia en los pliegos del contrato, el servicio debería haber finalizado en febrero de 2010. Aun así, la relación entre el Clínico San Carlos y Asime, filial del Grupo Empresarial Electromédico (compuesto por Iberman, Mantelec y Asime) sigue presente. En 2014 –ya con cuatro años de retraso- se intentó poner punto y final a este contrato iniciando los trámites de un nuevo expediente que no ha llegado a buen puerto (fue desistido). Por ello, el de 2008 sigue prorrogándose en la actualidad con la misma empresa. «El servicio se viene prestando de manera ininterrumpida por el adjudicatario del contrato inicial», han confirmado desde el centro ante las preguntas de este medio.
Las obras en el centro, la justificación que da el hospital
El argumento del Hospital Clínico San Carlos para justificar este largo periodo de cuatro años hasta la redacción del nuevo expediente ha girado en torno a las obras que se han ido realizando en el centro: “En esa fecha [cuando terminó el contrato], se iniciaron las obras de reforma de la Fase II del Plan Director, que supondría el cierre (desde el año 2010 al 2012) del Ala Norte de Hospitalización, Lavanderías, y otras zonas adyacentes, con la distribución de los servicios implicados, así como el cierre posterior en 2013 del Centro de Especialidades Quirúrgicas Pabellón 8, por lo que el Hospital, bajo el criterio de prudencia, entendió oportuno continuar con la prestación del servicio”.
22millones
El gerente del Hospital Clínico San Carlos, José Soto Bonel, ha firmado prórrogas a Asime en los últimos años por el valor de 22 millones de euros
Pese a esta justificación, las dudas se mantienen: el importe de las prórrogas no se ha reducido aunque varias zonas estuvieran inutilizadas. Además, según informan fuentes del centro, en la planta de hospitalización hay muy pocos equipos implicados, así como que el único servicio con bastantes equipos de electromedicina fue el de la zona de Nefrología y nunca dejaron de funcionar. En cuanto al cierre de la Lavandería, esta zona se clausuró de manera definitiva con la centralización y la posterior externalización que realizó la Comunidad de Madrid, por lo que no está dentro del concurso protagonista.
Respecto al “cierre posterior en 2013 del Centro de Especialidades Quirúrgicas Pabellón 8”, el edificio en cuestión se encuentra a más de 300 metros del hospital dentro de la ciudad universitaria, por lo que no tendría que influir directamente al trabajo del hospital. Un argumento que no termina de comprar una experta en contratación pública, consultada por este medio: “Las obras no se improvisan y tienes que detallarlo todo en el expediente. Un hospital siempre necesitará un contrato de electromedicina. Que no hubieran licitado un año más opción a otro si sabían lo de las obras”.
Prórrogas de 965.328 y 106.987 euros
De esta manera, el gerente del Hospital Clínico San Carlos, José Soto Bonel, -tal y como aparece su firma en los documentos a los que ha podido acceder EL BOLETÍN en exclusiva-, ha estado firmando más de un centenar de prórrogas vinculadas con este contrato de electromedicina. Pese a que no se ha conseguido sacar un nuevo contrato se han ido dando algunos cambios. En un primer momento y hasta el 14 de junio de 2013 se rubricaban cada cuatro meses con un importe de 965.328 euros cada una. Un proceder que reportó 11,5 millones de euros a Asime.
A partir de junio de 2013, la cita para la firma cambió: de cada cuatro meses a cada quince días bajo un importe de 106.987 euros. Y así hasta la actualidad. No obstante, el “nuevo contrato” supondría el punto y final de varios años de prórrogas. Nada más lejos de la realidad porque, según se ha comentado en líneas anteriores: el nuevo expediente ha sido desestimado (en próximas entregas ahondaremos en las curiosidades de esta decisión), por lo que, como han confirmado desde el Hospital Clínico San Carlos de Madrid, “el servicio se viene prestando de manera ininterrumpida por el adjudicatario del contrato inicial”, aunque no se ha dado respuesta al importe total que se ha aportado a esta compañía en forma de prórrogas.
Las leyes hablan
Sin embargo, ¿qué dice la legislación acerca de las prórrogas? Los pliegos del propio contrato apuntan que se tiene que tener “en cuenta que los contratos de consultoría y asistencia y servicios no podrán tener un plazo de vigencia superior a dos años”. Algo que, inicialmente, se cumplía: era de un año con opción a otro si se prorrogaba. “El contrato podrá prorrogarse de forma expresa y por mutuo acuerdo de las partes antes de su finalización, sin que las prórrogas, consideradas aislada o conjuntamente, puedan exceder del plazo fijado originariamente”, se puede continuar leyendo.
Esto significa, según responde la experta en contratación pública, que los contratos de servicios pueden tener una vigencia total de seis años, “pero si la duración inicial es de dos años, las prórrogas máximo pueden durar otros dos años”. Para alcanzar los seis años de servicio tendría que tener un plazo de ejecución de, por ejemplo, cinco años con opción de un año de prórroga: “No vale un año de ejecución y cinco de prórrogas”. De hecho, un informe de la Junta Consultiva sobre la duración de los contratos ya incidió en esta cuestión en 2006 recordando que estos límites se realizaron para “evitar prórrogas sucesivas e indefinidas del plazo inicial”.
Es más, para clarificar el conflicto, la Junta Consultiva puso un nuevo ejemplo: “Si la duración inicial del contrato fue de ciento doce días y la de la primera prórroga de otros ciento doce días, ya no cabía una segunda ni posteriores prórrogas”. En la página web contratacionpublicacp.com coinciden con esta visión apoyándose en varios artículos de la legislación: “En los contratos de servicios [que es el caso del Clínico San Carlos] si su duración fuese de un año, la prórroga no podría ser superior al año”.
Regatear los controles
No obstante, este no es el único aspecto a destacar de la firma de las prórrogas del Hospital Clínico San Carlos y que regatearían la ley. El importe de éstas también llama la atención de la experta en contratación: “Parece que hay una clara intencionalidad de eludir controles”. Ahora bien, ¿qué controles? En las propias leyes madrileñas se encuentra la respuesta. En la Resolución de 15 de enero de 2010, de la Viceconsejería de Asistencia Sanitaria, se decretó que los gerentes de los hospitales tendrían que pedir una autorización previa de la viceconsejera de Asistencia Sanitaria cuando las firmas “excedan de 1.200.000 euros”. “Esto cuadra con que las prórrogas fuesen de 965.728€: eludir la autorización previa de la viceconsejera de asistencia sanitaria”, resume la experta en contratación a este medio.
Aun así, el 14 de junio de 2013 se pusieron punto y final a este tipo de prórrogas en el Clínico San Carlos y se dieron paso a las de 106.987 euros. Un cambio que también podría tener explicación: escapar del Tribunal de Cuentas. El artículo 29 del Real Decreto Legislativo 3/2011, de 14 de noviembre, por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley de Contratos del Sector Público señala que “deberá remitirse al Tribunal de Cuentas u órgano externo de fiscalización de la Comunidad Autónoma una copia certificada del documento en el que se hubiera formalizado, acompañada de un extracto del expediente del que se derive, siempre que la cuantía del contrato de servicios exceda de 150.000 euros”. En su punto dos se asevera que el proceder será igual si se tratan de “modificaciones, prórrogas o variaciones de plazos”.
Un caso que llega a la Asamblea de Madrid
Un abrazo a las prórrogas que también se ha reproducido en otros centros de la Comunidad de Madrid y con este mismo grupo empresarial (ya sea Asime, Iberman o Mantelec), aunque en algunos sí se ha publicado la autorización de la prórroga, tal y como ha sucedido en el Hospital Santa Cristina o en el Puerta del Hierro. Asimismo, el desestimiento de los nuevos contratos (y, por ende, seguir prorrogando) se ha visto en otros centros como el de Getafe o el Niño Jesús.
Por el momento, este conflicto en el Hospital Clínico San Carlos ya ha llegado a la Asamblea de Madrid. La Comisión de Sanidad, a iniciativa de la portavoz de Sanidad de Podemos, Mónica García, trata este martes en uno de sus puntos del día el “desarrollo de los procesos de adjudicación de los contratos de mantenimiento de electromedicina en los hospitales públicos de la Comunidad de Madrid”. Al mismo tiempo, la parlamentaria ha registrado una pregunta concreta para conocer el “motivo por el cual se ha desestimado el proceso de adjudicación del contrato de mantenimiento de electromedicina del Hospital Clínico”.
Desde EL BOLETÍN se ha preguntado al Grupo Empresarial Electromédico para conocer su versión sobre las prórrogas en el Hospital Clínico San Carlos y no se ha encontrado respuesta.