La Comunidad de Madrid necesita otro Gobierno

Si alguien pensaba que la política sanitaria del Partido Popular en la Comunidad de Madrid iba a cambiar con la llegada de Cristina Cifuentes, ya ha tenido ocasión de comprobar que las cosas continúan por el mismo camino. Y, a pesar de una propaganda muy cuidada, se puede constatar que continúa sin interrupción su programa de descapitalización de la sanidad pública.

Después de más de 20 años de gobiernos del PP en la CM la sanidad es el sector donde se han empleado más a fondo tanto Esperanza Aguirre como Crisitina Cifuentes, pasando por Ignacio González ( actualmente en prisión ). Su visión de la sanidad pública pasa por hacer todo tipo de concesiones al sector privado (constructoras, bancos, aseguradoras del sector sanitario, fondos de inversión…) que de esta forma ha ido ganando parcelas de la sanidad pública, a través de conciertos, concesiones, convenios singulares, y –por supuesto- privatizaciones de todo aquello que entendían que no era propiamente sanitario. Toda esta connivencia público-privado ha generado con la construcción de siete hospitales de gestión mixta primero, y más tarde cuatro totalmente privados una deuda que ha hipotecado por 30 años a las/os madrileños. A esto hay que sumar los recortes presupuestarios que usaron como coartada perfecta con la llegada de los años de la crisis.

Hoy la característica principal de la sanidad pública madrileña es la ausencia total de planificación y organización, una gestión opaca y un maltrato generalizado de las y los profesionales sanitarios, unido a una elevada deuda que han generado ligada en ocasiones a casos de corrupción.

Los sucesivos consejeros de Sanidad del PP no han tenido ningún interés en fortalecer el Servicio Madrileño de Salud. Los resupuestos siguen siendo insuficientes, y hoy hemos vuelto a los niveles de 2009 de gasto en sanidad. No existe una planificación que responda a las necesidades de salud de la población madrileña, -no existe un Plan de Salud– , ni estrategia alguna para disminuir las desigualdades de salud. Tampoco se ha cuidado de las y los profesionales, que han visto retroceder no solo sus derechos, sino sus condiciones laborales y su poder adquisitivo. Los recortes se centraron en las plantillas con 5.500 profesionales menos que en el año 2009, y una precariedad del 35 %.

Cristina Cifuentes debió pensar que con poner a un buen comunicador como consejero de Sanidad se arreglarían todos los problemas que arrastraba la sanidad madrileña. No sólo se equivocó, sino que la situación se ha agravado. Y la falta de conocimiento y experiencia en la gestión sanitaria del consejero de Sanidad, han hecho de él blanco de todas las críticas: carece de liderazgo y ha sido incapaz de mejorar los problemas más acuciantes, desde las listas de espera hasta el colapso de las Urgencias, pasando por el deterioro de la Atención Primaria o la falta de inversión en el mantenimiento y reforma de los grandes hospitales públicos. Igualmente hay que destacar la mala relación que ha cultivado con las y los trabajadores sanitarios y sus representantes, entre otras cuestiones por el incumplimiento de compromisos contraídos con las organizaciones sindicales.

La orientación de la política sanitaria de Cristina Cifuentes no se ha apartado de la de sus antecesores como Ignacio Gonzalez, cuyo intento de privatizar lo que quedaba de público en los “seis hospitales de Aguirre” acabó desencadenado la Marea Blanca. Y ahora su consejero de Sanidad ha lanzado la idea de que sobran 4.500 camas de agudos, cuando – con cifras de la propia Consejería – el promedio de camas ocupadas de agudos es de 1,5 por 1000 habitantes, ( la media del Estado es de 2,6) y sabiendo perfectamente – es su obligación – que hay numerosas intervenciones quirúrgicas que no se realizan por falta de camas. Tampoco avalan ésta ocurrencia las interminables esperas de los pacientes en urgencias, esperando una cama libre para poder ingresar… Claro que en la CM se necesitan camas de media y larga estancia, pero la solución pasa por un estudio de las necesidades en el que también participen profesionales y ciudadanía.

Del consejero también partió la brillante idea de reconvertir 130 camas de agudos a camas de media y larga estancia en el Hospital Universitario de Móstoles, lo cual con unas 300 camas lo hacía prácticamente inviable, esto provocó una nueva movilización ciudadana y de los profesionales en defensa de su hospital que consiguió que el Plan se retirase. Sin embargo el consejero no dio su brazo a torcer, y anuncio que el mismo plan se llevaría a cabo en otros hospitales, como La Paz, 12 de Octubre, Gregorio Marañón, Principe de Asturias y Getafe.

La población madrileña tiene que continuar movilizándose junto a los/as trabajadoras sanitarias, como ya lo ha hecho en muchas ocasiones para frenar el desmantelamiento de la sanidad madrileña, y en la Asamblea de Madrid, Podemos pedirá la reprobación y cese de este consejero.

Carmen San José es diputada de Podemos en la Asamblea de Madrid y portavoz adjunta de la Comisión de Sanidad.

Madridiario

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