El pasado 22 se produjo un encierro en el Hospital Ramón y Cajal convocado por la Plataforma Salvemos Ramón y Cajal. Era la primera respuesta a un desmantelamiento que es alarmante. Desde 2011, hemos perdido 500 puestos de trabajo, unas 460 camas, y los quirófanos están infrautilizados y pretenden cerrar definitivamente 14.
Las consecuencias: más de 7.000 personas en lista de espera quirúrgica; esperas de más de seis meses para consulta en muchas especialidades y frecuentes hacinamientos en las Urgencias. También las repercusiones son nefastas para la plantilla: la mencionada pérdida de empleos, el consiguiente aumento de las cargas de trabajo, de los accidentes laborales y una precariedad superior al 40%. Los beneficiados: las clínicas privadas adonde son derivados miles de pacientes y las empresas que han entrado al hospital, especialmente en el área de mantenimiento y reformas.
Tal desmantelamiento no tenía la respuesta adecuada. A diferencia del momento de auge de la Marea Blanca, el contexto general también es de pasividad. La política privatizadora y de recortes continúa, pero Cifuentes utiliza mecanismos no tan visibles y la prepotencia se ha tornado disimulo y engaño.
Los inicios
Ante esta situación, el MATS, como organización de trabajadores que conocen lo que está pasando en el hospital, se propuso contactar con otros grupos de Barajas, San Blas-Canillejas, Ciudad Lineal y Hortaleza. El resultado ha sido la constitución de la Plataforma Salvemos el Ramón y Cajal, formada por asociaciones de vecinos, grupos del 15M, Asamblea de Parados de S. Blas, MATS-Ramón y Cajal, los círculos de Podemos de estos barrios y Ganemos, así como el apoyo de las concejalas Marta Gómez Lahoz, que nos prestó mucha ayuda desde el principio, y Yolanda Rodríguez, de las diputadas de Podemos Carmen San José y Mónica García, y de los diputados de PSOE José Gómez Chamorro e Isabel Ardid.
Tras la conformación inicial de esta plataforma, comenzamos las tareas de información y difusión. Hemos repartido 25.000 octavillas en 20 centros de Salud, en el Centro de Salud Municipal, en los dos ambulatorios y en el hospital, y nos hemos dotado deTwitter y Facebook.
El encierro realizado tras estos repartos ha sido hasta ahora nuestra primera acción de protesta, y nos ha dado gran satisfacción ver que logramos una importante repercusión. Trataremos de que a esta acción la sucedan otras.
Permanencia y participación para enfrentar un ataque sistémico
Hoy sabemos que el ataque a la sanidad pública es permanente y sistémico, propio de la actual fase del capitalismo neoliberal. También sabemos que la mejor garantía para defender y mejorar la sanidad pública está en la participación coordinada de usuarios y trabajadores: permite entender con mayor antelación las modalidades de los ataques privatizadores y facilita reunir la fuerza ciudadana para impedirlos. No debe olvidarse que una condición fundamental para que la privatización tenga éxito es el engaño. Asimismo, una condición para mejorar es que quienes prestan el servicio y quienes lo reciben puedan intercambiar opiniones e influir en su planificación.
Estas ideas nos han llevado a proyectar una plataforma que tenga los siguientes rasgos:
— Que sea un agrupamiento permanente. Independientemente de las variaciones coyunturales de la actividad.
— Que busque los medios para conseguir hacer efectiva la participación en la marcha del hospital
— Un agrupamiento cuyos agentes principales han de ser vecinos y profesionales, pero tratando de lograr que representantes políticos defiendan nuestras propuestas.
— Con vocación de coordinarse: la lucha, además de local y cercana, es esencialmente global.
Los pasos los iremos definiendo teniendo en cuenta la coyuntura, pero sobre todo buscando desarrollar estos ejes.
Javier Cordón, miembro de la Plataforma Salvemos Ramón y Cajal y del Mats
Para contactar:
Twitter: @SalvemosRyC.
Facebook: Plataforma Area4 Salvemos Ramón y Cajal