MORIR SUFRIENDO
Repasamos la legislación en nuestro país y su aplicación en comunidades y por edades
- ¿Morir bien, con dignidad, sin dolor ni sufrimiento está garantizado en España?
No. Es un derecho y una prestación que está reconocida desde el año 2006 en la Cartera de Servicios Básicos del Sistema Nacional de Salud pero ni una cosa ni la otra están garantizadas en España para miles de personas.
- ¿Cuántas personas necesitan cuidados paliativos en nuestro país?
Aproximadamente 250.000 cada año. Los necesitan para aliviar los síntomas y para mejorar la calidad de vida perdida a causa de una enfermedad incurable muy avanzada o en estado terminal. Los necesitan para afrontar las últimas horas con mayor tranquilidad, paz y rodeados de la familia.
- ¿Cuántos de ellos no están atendidos?
Prácticamente la mitad de esos 250.000 pacientes. Son enfermos que tienen por ejemplo un cáncer terminal o una enfermedad neurodegenerativa y que fallecen con sufrimiento por falta de esta cobertura y atención especializada.
- Ahora mismo, ¿con qué prestaciones cuentan estos enfermos?
España dispone actualmente de unas 425 unidades de cuidados paliativos. Se necesitaría casi el doble, unas 750. Y estos son servicios que han sufrido mucho los recortes. Muchas de estas unidades han perdido al médico, al enfermero, al psicólogo o al trabajador social.
- ¿Qué diferencias hay entre comunidades autónomas? ¿Cuál presta más atención y cuál menos?
Existen muchas diferencias que provocan falta de equidad de los pacientes a la hora de acceder a los cuidados paliativos en función de donde vivan. Los expertos señalan a Cataluña como una comunidad modélica y a Valencia la sitúan en el extremo opuesto. Además hay que destacar las graves carencias en las zonas rurales.
- ¿Y los cuidados paliativos para niños?
Los menores son los grandes olvidados. El propio ministerio de Sanidad reconoce que los recursos para paliativos infantiles son prácticamente inexistentes y parece todavía más cruel no poner los medios necesarios para evitarles dolor, sufrimiento y darles mayor seguridad en un momento tan duro. Se calcula que solo un 10% de los menores que necesitan atención al final de su vida la recibe. Suelen ser casos de enfermedades incurables y malformaciones congénitas.