Llueve sobre mojado en la infrafinanciada sanidad madrileña

  • Especialmente en los últimos tiempos, el sistema de salud de la Comunidad de Madrid ha experimentado recortes y despidos de personal

  • No obstante, su presupuesto está por debajo de la media nacional desde hace años

Los últimos presidentes de la Comunidad de Madrid, Ignacio González y Esperanza Aguirre.  PP DE MADRID

                                Los últimos presidentes de la Comunidad de Madrid, Ignacio González y Esperanza Aguirre. PP DE MADRID

Madrid tiene «la mejor sanidad de España» y la que «ofrece las mayores garantías». De ello presumía el presidente de la Comunidad, Ignacio González, cuando el pasado mes de septiembre el misionero Manuel García Viejo –que posteriormente falleció por ébola– fue ingresado en el Hospital Carlos III de la región. Pero los datos le desmienten: no sólo la financiación de la Consejería del ramo no ha hecho más que caer en los últimos años, sino que decisiones tan controvertidas como el cierre de dos organismos dedicados a controlar las crisis de salud pública o el frustrado propósito de privatizar la gestión de siete hospitales han puesto la sanidad madrileña en el punto de mira de las quejas de usuarios y profesionales.»Las políticas de la Comunidad llevan a una gestión deficiente de los problemas, que no se nota tanto si las cosas van bien, pero es escandalosamente evidente cuando el sistema se enfrenta a una crisis como la del ébola». Así lo asegura José Manuel Freire, portavoz de Sanidad del Partido Socialista de Madrid (PSM), que hace referencia a los recortes tanto a nivel presupuestario como de personal. Sin embargo, el problema no es de ahora, sino que «viene de lejos», asegura Freire, que señala que el desmantelamiento previsto por la comunidad del Hospital Carlos III que ahora acoge a los enfermos de ébola es tan sólo la punta del iceberg de un sistema de sanidad con evidentes carencias.

Las cifras no engañan: según datos del Ministerio de Hacienda recogidos por el Análisis del presupuesto sanitario 2014 de CCOO, el Gobierno dirigido por Ignacio González gastó 144 millones de euros menos en sanidad en 2014 que en 2010, lo que supone una reducción del 1,5%. El dato no es especialmente escandaloso, pero el problema es que llueve sobre mojado: el madrileño es uno de los sistemas de salud con una financiación más deficiente, ya que en 2010 ya contaba con un 14% menos de fondos por habitante que la media nacional.

Esto se traduce a que en el año 2013, según señala Freire citando los últimos datos del Ministerio de Sanidad, la Comunidad de Madrid fuese «la quinta por la cola» en gasto sanitario por habitante; mejor, no obstante, que en 2012, cuando ocupó el lugar 15 de 17 en la clasificación. Pero no todo son recortes en los presupuestos de sanidad de la autonomía. Hay un indicador que sí ha crecido: el presupuesto destinado a los diferentes conciertos que la Comunidad de Madrid mantiene con empresas privadas para la gestión de diferentes partes de algunos de sus hospitales. Y el aumento ha sido muy considerable: entre 2002 y 2012, el gasto en esta partida casi se ha cuadruplicado, pasando de casi 225 millones a más de 834.

Casi 6.900 profesionales menos

Lo peor del recorte se lo lleva el gasto en personal, que desde 2010 se ha reducido un 7,6%. Ese tajo, unido a la política emprendida por el Gobierno central de renovar sólo a uno de cada diez funcionarios que se jubilan, conlleva que los hospitales y centros públicos madrileños cuenten con 6.873 profesionales menos en 2014 que en 2010, según el estudio de CCOO. Y eso con datos referentes a enero: actualmente, el doctor Marciano Sánchez Bayle, portavoz de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP), estima en 7.500 la cifra de puestos perdidos desde el año 2009.

«Los efectos más graves se vienen viendo en los últimos dos o tres años,porque se han hecho recortes sobre recortes«, denuncia Sánchez Bayle, que denuncia que la eliminación en 2008 del Instituto y la Dirección General de Salud Pública «por razones económicas» han perjudicado la capacidad de respuesta de la Comunidad de Madrid para contenter potenciales epidemias como la actual. Y lo mismo, según el portavoz, ocurrió con el hospital Carlos III, el centro para tratar enfermedades infecciosas está destinado a convertirse en un mero centro de apoyo del hospital de La Paz, un proceso que sólo ha retrasado el estallido de la crisis del ébola.

Sánchez Bayle muestra este caso como la prueba de la, a su juicio, falta de visión del Gobierno de González, ya que explica que es normal que el Carlos III tuviese un uso «irregular, porque estas enfermedades vienen por epidemias». Pero para el médico los problemas vienen de antiguo y son resultado de un sistema sanitario «infrafinanciado» desde hace años. «Siempre el gasto en sanidad en Madrid ha estado por debajo de la media, y esto lleva pasando ya desde la transferencia de las competencias a la comunidad en 2001, cuando la entonces ministra [de Sanidad, Celia] Villalobos hizo una oferta a la baja y [el por aquel tiempo consejero de Sanidad, Ignacio] Echániz la aceptó sin pelear a cara de perro como las demás comunidades».

Más hospitales, menos camas

«El aumento de la lista de espera quirúrgica [de un 24% entre 2011 y 2013], las derivaciones a la privada… todo eso ha ido descapitalizando la sanidad pública», asevera el portavoz, que relata cómo «los centros públicos han visto cómo se cerraban camas y plantas, o que no se podían utilizar algunas máquinas porque no se contrataban profesionales para ello». No le falta razón. Según datos del Ministerio de Sanidad recogidos en el informe de CCOO, las políticas de recorte provocaron que la Comunidad contase en 2012 con 288 camas hospitalarias menos que en el año 2010.

En este sentido, José Manuel Freire da un dato aún más esclarecedor: conforme a los datos proporcionados por la misma fuente, «en el año 1997 había 13.338 camas en la Comunidad, y en 2009 tan sólo eran 13.306, a pesar de que se habían construido varios hospitales«. Y en cuanto a la falta de profesionales de atención primaria, Madrid tampoco sale bien parada: Freire denuncia que la región es «la segunda comunidad con más personas por médico de familia, tras Baleares: con datos de 2012, cada médico atendía a 1.513 personas, un 12% más que la media nacional».

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