Los trabajadores se plantaron ante la rebaja salarial de 1.100 a 645 euros al mes
El Ejecutivo de Ignacio González (PP) aprobó el 3 de octubre del año pasado la adjudicación del servicio por 45,9 millones de euros por un periodo de 48 meses. La Comunidad calculó que ahorraría 36 millones con la concesión y centralización de las labores de lavandería. El canon anual que debía abonar la concesionaria era de 521.140 euros por el uso de las instalaciones y el equipamiento de la lavandería.
Los trabajadores de la lavandería central del Sermas comenzaron el 19 de noviembre un plante indefinido tras conocer que las adjudicatarias del servicio, Flisa y Lavandería Industrial Laundry Center, pretendían rebajarles el sueldo un 46%. De un día para otro, un celador pasaría a tener una nómina de 600 euros al mes frente a los 1.100 que cobraba por la misma labor. A su vez, el salario de los conductores de los camiones de transporte de la ropa o de los mecánicos de mantenimiento se reduciría de 1.400 a 680 euros.
Flisa argumentó frente a las críticas que no les bajaría el sueldo, sino que les aplicaría el convenio colectivo de las lavanderías industriales de la región. Tras 42 días de huelga, los trabajadores aceptaron que Flisa rebajase sus sueldos de una media de 1.100 euros a 800, y no a 645 como la firma tenía inicialmente previsto.
La capacidad productiva de la lavandería fue disminuyendo durante la tramitación del expediente de contratación, “bajando sustancialmente sus niveles a partir de la adjudicación, especialmente en fechas próximas a la firma del contrato” entre el Sermas y la UTE de compañías concesionarias, señalaba el pasado junio el interventor general de la Comunidad, Antonio Luis Carrasco. El parón de la lavandería hizo que el Sermas acordase del 21 al 30 de noviembre la prestación del servicio con Flisa, que en principio no se iba a encargar del proceso hasta el 1 de diciembre. El contrato consistía en la recogida de la ropa sucia, su transporte, clasificación, lavado, secado, calandrado, plegado, costura, empaquetado, expedición, transporte y reparto ya limpia.
La Comunidad pagó a Flisa 0,63 euros por cada kilogramo de ropa limpio. En total, fueron 269 toneladas de 13 hospitales. La empresa pasó una factura de más de 46.000 euros por la ropa procedente de La Paz; 31.500 euros por el servicio dado al Doce de Octubre; 23.300 euros por la ropa procedente del Clínico San Carlos; 16.800 euros por la del centro de Getafe; 14.000 euros por la del Severo Ochoa; más de 11.000 euros por la del hospital de La Princesa; y 10.500 euros por la del hospital Príncipe de Asturias. La Comunidad realizó el pago una vez finalizado el servicio y tras comprobar su “correcta ejecución”.
Con 27 lavanderías industriales propias, Flisa cuenta con más de 3.600 trabajadores, de los que el 87% son personas con discapacidad.
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