- Empleo reclama a Fremap que devuelva 43 millones de dinero público gastados indebidamente
- La mutua, que no tiene ánimo de lucro, recurre en los tribunales para rebajar esas cantidades
- GRÁFICO Gastos indebidos en Fremap
La mutua —organización sin ánimo de lucro que en 2012 gestionó 2.300 millones de cotizaciones— ha recurrido a la Audiencia Nacional las decisiones del Ministerio de Empleo sobre las cuentas de 2006, 2007 y 2008. Para las de 2009, 2010 y 2011 todavía cabe la vía de reclamaciones y alegaciones ante la Seguridad Social. La mutua confía en que los tribunales bajen la cantidad que les reclama y sus responsables sostienen que Fremap sufre una persecución que comenzó con el Gobierno del PSOE.
Las mutuas están tuteladas por Empleo y las audita la Intervención de la Seguridad Social, que les reclama que devuelvan dinero cuando detecta gastos no asumibles para el Estado, un proceso que puede alargarse siete u ocho años. Son asociaciones de empresarios que básicamente gestionan cotizaciones a la Seguridad Social para atender, sobre todo, accidentes y bajas laborales.
La cúpula directiva de Fremap está presidida desde hace nueve años por Mariano de Diego, un ganadero salmantino experto en vacas charolesas que es presidente de la patronal de mutuas. Entre los 16 vocales están José de la Cavada, ex director de Relaciones Laborales de la CEOE, de la que fue despedido en febrero pasado, meses después de afirmar que los permisos de cuatro días cuando fallece un familiar cercano no tienen sentido en la actualidad “porque los viajes no se hacen en diligencia”. También pertenece a ella Pedro Barato, presidente del sindicato agrario Asaja y de la Federación Española de Autónomos, integrada en la CEOE, o el consejero de Presidencia de Madrid, Salvador Victoria (desde 1999 hay un miembro del Gobierno madrileño). También hay un representante de los trabajadores (es de UGT), como marca la norma. Formalmente la directiva la eligen las 392.846 empresas asociadas con el visto bueno del Gobierno. En la práctica, son seleccionados a propuesta de la propia Junta Directiva.
La Intervención destapa las partidas en la organización sin ánimo de lucro
La Junta Directiva no puede tener sueldo, pero sí recibe dietas. En marzo de 2010, Fremap aprobó que la dieta por asistir a una junta directiva sería de 2.000 euros, más 600 por desplazamiento si se celebraba fuera de Madrid. La reunión se celebró un mes después de que el Ejecutivo dictara una orden que limitaba a 800 euros el dinero a percibir por reunión de junta directiva o de la comisión de prestaciones especiales. Las dietas aprobadas oscilaban entre 2.000 y 360 euros para siete órganos de Gobierno, cuando solo hay dos autorizados para cobrar estos pagos.
Mariano de Diego recibe abiertamente en el cuidado edificio de Fremap en Majadahonda (a 20 kilómetros de Madrid). Está en medio de un pinar y el presidente aparece a la entrevista con el gerente y la interventora que fichó de la Administración en 2009 para controlar las cuentas. Reciben en una sala con una mullida alfombra, alrededor de una mesa de madera. “Los ajustes [las reclamaciones de la Seguridad Social] son de una discrecionalidad sumamente grande”, sostiene. Él cree que la Intervención se ceba con Fremap por ser la mayor y por una orden que comenzó con el Gobierno del PSOE: “Soy del campo pero no soy gilipollas”. De Diego no critica las dietas de 2.000 euros. “He llegado a esta casa y me he encontrado una dieta que se estaba cobrando de toda la vida. Dijeron que había que bajarla, se bajó y sanseacabó”. Meses después de la aprobación por la junta, las dietas se ajustaron a los 800 euros y según Fremap devolvieron el exceso.
Las reclamaciones de la Seguridad Social por retribuciones excesivas percibidas en “asistencia a órganos de gobierno” se repiten en las auditorías: en 2007 reclama 284.642 euros, el año siguiente 328.741 euros, en 2009 baja hasta 152.200 euros, en 2010 son 18.000 euros y en 2011 la reclamación es de 21.469 euros.
El representante de los trabajadores afirma que la dieta que percibe desde noviembre de 2010 la cobra la federación sindical.
Mariano de Diego, presidente de Fremap. / AMAT
Las dietas se redujeron en 2010, con la orden ministerial, pero los viajes siguen. Cada año Fremap realiza la conocida como “junta directiva itinerante” por España. Dura un fin de semana largo e incluye acompañantes y un completo plan de actividades para una reunión de dos horas. El gerente admite que se pagan con cuotas de la Seguridad Social.
En 2010 la Junta Directiva anual se celebró en el Parador Nacional de Santo Domingo de la Calzada, según el programa del viaje al que ha tenido acceso este diario. Comenzó el viernes con una visita a las bodegas Muga y concluyó el domingo con una comida en el restaurante Echaurren.
Allí acudió el entonces consejero de Presidencia de Madrid, Antonio Beteta, hoy secretario de Estado de Administraciones Públicas y encargado en 2012 de recortar la paga extra a los funcionarios. Un portavoz de Beteta dice que siempre devolvió las dietas.
En octubre de 2013, la junta se celebró en Santiago de Compostela. Entre la llegada, un viernes por la mañana, y la vuelta, el domingo a las cinco de la tarde en avión, hubo una reunión de junta de dos horas y una visita a una empresa asociada. Pero la mayor parte del tiempo lo ocupó el ocio: comida en el Pazo de San Lorenzo, cena en la marisquería Carretas, paseo por el Pazo Quinteiro da Cruz —amenizado por gaiteros—, cata de albariño, comida en el restaurante Solla, visita al monasterio de Poio, cena en el Parador, visita a la catedral de Santiago y comida en el hotel de la cadena Relaix&Chateuax. A la comida con los trabajadores acudieron entre 50 y 70 personas, según el gerente.El presidente de Fremap critica “la discrecionalidad” de las reclamaciones
El consejero Salvador Victoria afirma que solo fue el sábado, cuando se celebró la junta, según una portavoz, que añade que nunca ha cobrado dietas.
De la Cavada, que no fue a esas juntas los dos años anteriores, sí acudió a Santiago, aunque sin acompañante. “Me gustaría que las juntas itinerantes fueran algo más modesto. Para estimular la actividad de la mutua una región no hace falta eso”, afirmó ayer.
El presidente defiende que esas juntas son útiles por visitar a los empleados y animarlos: “Le tenemos que dar moral. ¿Qué le dices a un padre o una madre de familia donde le has quitado la paga extraordinaria y no son funcionarios? Les anima que vayamos. Les decimos que estamos luchando para que esto no suceda”.
A la entrada de Fremap hay cuatro Audi A6 aparcados. En la auditoría sobre las cuentas de Fremap de 2008 figura la contratación de automóviles para los directivos. Revela que “tenía suscritos con Mapfre Renting 34 contratos de arrendamiento financiero para sus directivos (23 BMW, tres Volvo, cinco Audi, un Mercedes, un Lexus y un Saab) por los que se abonaban mensualmente hasta el 30 de junio de 2008 la cantidad de 41.796 euros. Entonces, Fremap pone los coches a nombres de los directivos y a cambio les paga un “plus de jefatura” para “compensar a los referidos directivos del coste económico del renting”. Ese año gastó en ese plus 586.446 euros. La Seguridad Social no presentó ninguna reclamación por el gasto en coches.La mayor mutua de accidentes laborales gestiona al año 2.300 millones públicos
En 2012, Fremap publicó en el BOE un nuevo contrato por el que los directivos pasan a llevar un Opel Insignia (contrató 27), en vez de BMW, y cuatro Audi A6, los que el pasado jueves estaban a las puertas de la mutua. Ese año, el Ejecutivo anunciaba el recorte del parque público de vehículos.
El gerente de Fremap, Josu Esarte, no revela su sueldo, aunque según la auditoría de 2011 ese año cobró 199.000 euros por contrato más 46.221 euros en retribución variable, gastos de representación, retribuciones en especie y póliza de pensiones. Esarte no comprende el interés en preguntar por la flota de la mutua aunque sí admite que él tiene asignada una de las berlinas que hay en la puerta. “Se lo merece”, tercia De Diego, como los directores territoriales: “Tienen que viajar y no les puedes martirizar más”.
El mayor ajuste corresponde a los 24,2 millones que Fremap destinó a colaboradores entre 2006 y 2011. Por ley, las mutuas no pueden realizar actividad comercial. Aun así, a veces la llevan a cabo pero la Seguridad Social les reclama la devolución si detecta el pago a comerciales.
Antonio Beteta y Pedro Barato, en una visita a una bodega en La Rioja en 2010 durante una junta directiva de Fremap. /EL PAÍS
En 2008, antes de que llegara Esarte, la Intervención destacó en su primer informe “el elevado importe abonado por la mutua a los directivos, en concepto de dietas, por las comidas celebradas tanto con el personal de la propia mutua como con empresarios asociados o potenciales empresarios asociados. El gasto por este concepto, a 248 directivos, ha ascendido a 748.416 euros sin incluir aquellas comidas que se facturen directamente a Fremap o se sirvan en el Hospital de Majadahonda”. Cada directivo salía a 3.017 euros en comidas de empresa.
Además, ese ejercicio hubo “compras de productos alimenticios por importe de 14.137,59 euros relativos a pescados y mariscos de carácter de lujo (caviar, angulas, carabineros…) en los que no quedaba demostrado por la mutua su suministro a los pacientes del hospital de Majadahonda ni su consumo en las comidas celebradas por los directivos de Fremap en el referido hospital”.
La Seguridad Social no asume facturas por 14.000 pero apunta a una partida más de 10 veces superior. Ese año, Fremap abonó a “Pescaderías Coruñesas 225.925 euros por el suministro de pescado al hospital de Majadahonda, que según información de la mutua corresponde tanto a comidas suministradas a los pacientes del hospital como a comidas celebradas por los directivos”. La intervención señala que “el tipo de producto comprado así como los precios pagados pudieran resultar excesivos y, por tanto, contrarios al uso eficiente de los fondos públicos”, según la auditoría provisional, de marzo de 2011.
La empresa alega que fue un director del hospital el que sacaba el pescado por la puerta de atrás y que al descubrirlo lo despidió y se querelló contra él. De Diego no enseña la querella. “Está descubierto por nosotros y encima nos lo meten en una auditoría. Como dicen en mi pueblo, ‘después de cornudo, apaleado’. Pero esto sucede. ¿Por qué? No lo sé. No encuentro explicación”.
Otro de los aspectos que ha criticado la Intervención es el despido con indemnización de directivos cerca de la jubilación. Esto mereció el rechazo de los representantes de CC OO en la comisión de control. En abril de 2013, el Tribunal Superior de Madrid dio la razón en parte a la Seguridad Social en el caso del exdirector de Prevención, en el cargo entre 1972 y julio de 2008. Ganaba al año 126.549 euros al año y fue despedido con una indemnización de 436.307 euros. El tribunal ordenó devolver dinero al Estado porque ese despido “desde un punto de vista empresarial resulta incomprensible”, ya que habría sido más barato dejarle dos años en su puesto que indemnizarlo para que pasara dos años al paro.Tiene una flota de cuatro Audi A6 y 27 Opel Insignia para sus directivos
La última reclamación firme de la Seguridad Social está firmada por el secretario de Estado de la Seguridad Social el 10 de marzo pasado. Reclama 2,594 millones por las cuentas de 2009. Las auditorías de 2006, 2007 y 2008 están recurridas en la Audiencia Nacional. Las de 2010 y 2011 todavía están en fase de alegaciones y, por tanto, las reclamaciones de casi dos millones y de 334.427 euros pueden bajar, como ha sucedido en años anteriores. La suma provisional asciende a 43,2 millones.
De Diego confía en los tribunales. En su discurso —en el que destaca que la mutua tiene todos los años excedentes que devuelve a la Seguridad Social— recuerda las obras del hospital en Majadahonda: la Seguridad Social le reclamó 25 millones y el Tribunal de Cuentas lo dejó en 2.500 euros.
Las fuentes consultadas del Ministerio de Empleo también citan ese caso y pese a que son ellos los reclamantes piden prudencia —“no hay que extraer conclusiones excesivas”—. En las últimas sentencias sobre ajustes, la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo han sentenciado contra la mutua. Sobre las reclamaciones de 2004 ambos tribunales fallaron contra Fremap. Sobre los de 2005, la Audiencia estimó parte de la demanda, lo que rebajó la reclamación de 8,3 a 7,8 millones.
Con la ley actual, Fremap debe pagar las reclamaciones de Empleo con su patrimonio privativo. En Fremap, ese capítulo ascendía a final de 2012 a 15,8 millones. A eso la empresa suma los 12,7 millones en los que valora su sociedad de prevención —aunque en 2013 intentó venderla por 100.000 euros con el rechazo del representante de los trabajadores, de UGT, en la junta—. En caso de tener que pagar la reclamación completa de la Seguridad Social sus fondos actuales (28,5 millones) no serían suficientes y podría tener que recurrir a una derrama entre sus empresas asociadas. No hay precedentes, pero fuentes de Empleo no descartan que ocurra: “Nunca se ha aplicado la derrama, pero la mutua pagaría lo que tenga que pagar”.
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¿Qué son las mutuas?
Las mutuas de accidentes de trabajo son asociaciones de empresrios sin ánimo de lucro. Hay 20. La ley les encarga la atención y cuidados de los trabajadores accidentados y de las enfermedades profesionales. También la gestión de las prestaciones por bajas provocadas por una enfermedad común.
Para esto, la Seguridad Social les transfiere los fondos recaudados con este destino (las cotizaciones por contingencias profesionales, que oscilan según el sector al que se dedique la empresa y su nivel de riesgo). En 2012 fueron unos 8.300 millones. De estos, unos 2.300 fueron a Fremap, la mutua más grande que cubre a 3,3 millones de trabajadores.
Las mutuas también ingresar dinero por la explotación de su patrimonio histórico, el que conservaron al integrarse en el sistema de la Seguridad Social en 1967. Esta cantidad es mínima respecto al conjunto del dinero administrado. La Ley General de la Seguridad Social afirma “este patrimonio se halla igualmente afectado estrictamente al fin social de la entidad”, es decir, la colaboración con la Seguridad Social. Con el excedente anual las mutuas dotan tres reservas para asegurar su funcionamiento y el resto lo devuelven. Casi siempre sobra dinero. Hasta julio de 2012 se acumulaba en un fondo que llegó a 4.600. Entonces Empleo usó para pagar pensiones y así se sigue haciendo.