Un verano más, hemos asistido al ya conocido cierre de camas en los hospitales de la Comunidad de Madrid, cercano a las 1800.
Algo que por ser habitual no es menos preocupante. Reduciéndose así capacidad asistencial en un momento en el que las urgencias están y han estado desbordadas por la falta de personal y
el desmantelamiento de la Atención Primaria. La orden de mantener el cierre de los 37 SUAP ha provocado un aumento en la atención en las urgencias como hemos venido denunciando.
Estos servicios evitaban que el 90% de los casos que atendían acabaran en el hospital.
Así que hemos asistido a la tormenta estival perfecta en nuestros hospitales, menos camas, más saturación de las urgencias y menos personal. Cabe recordar que al finalizar el mes de
marzo pasado no se contrató a 6000 trabajadores de la sanidad que tenían contrato COVID.
Si una gerencia cierra más camas de lo debido solo se nota cuando en las urgencias se forma un embudo por no poder enviar a los pacientes a la planta de hospitalización. Produciéndose
situaciones de esperas de muchas horas, e incluso días, en estos servicios para poder ser ingresado al no existir camas disponibles. La forma de actuar en general siempre es la misma,
se espera a dar las altas por la mañana para ver cuántas personas pueden ir ingresando en planta sin tener que abrir camas cerradas.
En el mes de Agosto se registra el mayor cierre de camas hospitalarias;
el Hospital Universitario de Móstoles ha cerrado 119 camas,
el Hospital Doce de Octubre 245,
el Hospital Clínico 302,
el Hospital Ramón y Cajal 287,
el Hospital Puerta de Hierro 150.
En muchos casos supone cerrar más del 40% de las camas funcionantes como ha sucedido en el Hospital de Móstoles y en el Hospital Clínico.
También cabe destacar que se reducen las consultas externas, las pruebas diagnósticas o las intervenciones quirúrgicas. Según los datos del Registro Unificado de Lista de Espera
Quirúrgica de la Comunidad de Madrid, en julio 2022 el número total de pacientes en lista de espera era de 91182, más de un 2.3% respecto al julio pasado y un 22% mayor que antes de la
pandemia. Si hablamos del número de pacientes en espera para ser visto en consultas y realización de pruebas diagnósticas y terapéuticas, estas cifras también se han visto
incrementadas respecto al año pasado.
Un año más, desde el Sindicato MATS nos hemos manifestado en contra de este habitual cierre de camas, puesto que ese personal es desplazado de sus unidades, con el único fin de cubrir las vacaciones de verano en detrimento de la calidad asistencial.