Una enfermera del hospital madrileño de Villalba denuncia un despido improcedente “por actividad sindical”
EL PAÍS
ISABEL VALDÉS Follow Isabel Valdés
Ainara M. pasó de ser uno de los perfiles más polivalentes del hospital de Villalba, en Madrid, a tener en la mano una carta de despido en menos de una semana. El centro, de la red pública pero gestionado por Quirónsalud, alega “indiligencia”, lee Ainara en esa carta. También una bajada de rendimiento y falta de implicación, interés, esfuerzo y resolución. Dice esta enfermera de 25 años que, aunque el hospital justifique que es porque ella rechazó realizar una formación en neonatología en la Fundación Jiménez Díaz, “sabe perfectamente que no es cierto y que es un despido improcedente”. Está convencida de que se debe a la labor de protección de derechos de los trabajadores que viene ejerciendo desde hace meses, y, sobre todo, desde que se convirtió en delegada sindical del Mats (Movimiento Asambleario de Trabajadores de la Sanidad Pública).
Su despido, apunta Guillén del Barrio, de ese mismo sindicato, “tiene el mismo trasfondo que los otros dos, intimidatorios, que ocurrieron este verano”. Las tres personas despedidas tienen en común “haber sido parte visible de las quejas y las exigencias de los trabajadores”, explica Ainara. En septiembre, cientos de personas se manifestaron en Collado Villalba para exigir condiciones dignas para el personal laboral del hospital y para los pacientes y exigir “la readmisión inmediata” de los dos primeros trabajadores despedidos. Más de 30 organizaciones locales, sindicales, políticas, movimientos sociales y colectivos en defensa de la sanidad pública, además de IU, Más Madrid y Podemos, firmaron el comunicado que acompañó a aquella marcha.
El centro explica que “con el cambio en la dirección de enfermería en el hospital se ofreció a esta trabajadora un periodo de formación en neonatología, en la Fundación Jiménez Díaz, necesario para completar su experiencia en Pediatría” y que ella inicialmente dijo que sí, “pero luego dijo que no le interesaba”. Cuenta Ainara que el 18 de octubre le ofrecieron esa formación y que, de entrada, le sorprendió: “Llegué hace un año y las formaciones suelen ofrecerse a quien lleva más tiempo o a quien las solicita”. Pero le pareció una oportunidad y, en principio, dijo estar interesada, aunque quiso primero resolver algunas dudas que tenía sobre el nuevo contrato y su vuelta tras el periodo de formación.
Ese mismo lunes, el 21 de octubre, habló con la nueva directora de enfermería, Mercedes Adriá: “Me dijo que me mantendrían la antigüedad, tendría el mismo contrato porque solo suponía un cambio de centro, no tendría periodo de prueba aunque sí un tiempo tutorizada… Y le comenté lo del tema del sindicato, que yo estaba afiliada al Mats y que era delegada sindical desde que se había abierto una sección en el hospital en marzo”. Al día siguiente, dice Ainara que la dirección la buscó, pero ella estaba librando. La encontraron el miércoles.
Fue a hablar con ella uno de los directores de recursos humanos de Quirónsalud. Entonces los detalles fueron distintos: “Sí tendría que cambiar de contrato porque a pesar de ser el mismo grupo no es la misma empresa la que paga, es decir, que tendría que renunciar a mi contrato en Villalba, ya no eran tres meses y no me aseguraban que fuese a volver”.
Ainara se fue a su casa “dándole vueltas”. Está estudiando para el examen del EIR (enfermera interna residente) el próximo 25 de enero, y pensó que todos los cambios afectarían a su calendario de estudio: “La formación era una oportunidad, pero si la cogía me estaba desviando de mi objetivo. Además, si aprobaba, tendría que irme de Villalba y no tenía ningún sentido quitar esa formación a otra persona que se fuese a quedar 100% seguro. Decidí que no y pedí hablar el lunes con la dirección porque no quería hacer perder el tiempo a nadie a espera de mi respuesta”.
El lunes 27 de octubre comunicó su respuesta. El 3 de noviembre entró para el turno de noche y el día 4 por la mañana, saliente de aquella guardia, la llamaron de recursos humanos. “En ningún momento me imaginé que iba a estar allí la abogada de la empresa y que me iban a despedir, pero así fue”. Ahora, dice, va a “luchar por la readmisión”. “Aunque me pongan un millón de euros encima de la mesa no voy a claudicar, es cuestión de principios y de ideología. A esta empresa le sale gratis despedirme y yo no voy a parar”.
Para el Mats, esto es solo “un ejemplo más de la dura represión laboral que sufre la plantilla del hospital de Villalba, ejercida por QuirónSalud con total intencionalidad, despidiendo específicamente a quienes encabezan la lucha por mejorar sus condiciones laborales y derechos”. Apunta Guillén del Barrio que exigen “la readmisión inmediata” de la trabajadora en este hospital, que califica de “cortijo”. “Esto genera tensión en los trabajadores y trabajadoras y repercute en la calidad de la asistencia. Al final, perdemos todos, trabajadores y pacientes”.