Viva el cambio climático, viva el circo mediático

 Los principales culpables del cambio climático se venden como los defensores del clima sin dejar de vender sus productos. Son una marca de tabaco que te vende el remedio contra el cáncer

 Nos distraen con medidas coyunturales, acuerdos mínimos y consejitos prácticos, pero evitan señalar al elefante en la habitación: para acabar con el problema del clima hay que acabar con el neoliberalismo que lo provoca

La Cumbre del Clima está patrocinada por el Ibex 35, formado por las empresas más contaminantes de España. Horas de radio y televisión dedicadas al tema son interrumpidas por publicidad de coches, petroleras o eléctricas. El mayor productor de emisiones de CO2 de España, Endesa, compra las portadas de los periódicos para anunciarse como compañía verde. A las puertas de la COP25 se proyecta un enorme cartel a favor del reciclaje de una de las tres corporaciones que más contaminan el mar con plásticos: Coca Cola.

Podríamos seguir la lista hasta aburrirnos. Los principales culpables del cambio climático se venden como los defensores del clima sin dejar de vender sus productos. Son una marca de tabaco que te vende el remedio contra el cáncer. El anuncio de Coca Cola es paradigmático. Sigue comprando el plástico que produzco pero recíclalo. Nosotros limpiamos conciencias, no océanos.

El cambio climático es un producto del mercado en un doble sentido. El mercado lo produce y el mercado lo transforma en producto para venderte su solución. El capital es tan perverso que convierte en negocio su propia enfermedad para seguir multiplicándose como un tumor. Te vendo cigarrillos y parches de nicotina para que sigas enganchado en cualquier caso.

Todos estos programas de tele y radio, las cumbres mundiales, hacen los mismo, reproducen el tumor al tiempo que tratan de esconderlo. Nos distraen con medidas coyunturales, acuerdos mínimos y consejitos prácticos, pero evitan señalar al elefante en la habitación: para acabar con el problema del clima hay que acabar con el neoliberalismo que lo provoca. Por eso los ultraliberales se niegan a hablar del cambio climático. Tontos no son. Admitirlo sería admitir su culpa y su extinción. Al menos son más sinceros que el resto del capitalistas que se mueve entre la hipocresía y la contradicción de defender el sistema y denunciar sus efectos.

No se puede ser capitalista y ecologista como no se puede ser neoliberal y feminista porque el capitalismo destruye el planeta y se alimenta de la desigualdad. La única solución pasa por cambiar por completo el modelo de producción y nuestro modo de vida. Producir, comprar y ensuciar infinitamente menos. Transformar el trabajo que destruye en trabajo para la conservación del planeta y la producción sostenible que redistribuya la riqueza y los recursos. Hay que decrecer. Pero seguimos creciendo.

Y mientras, celebramos cumbres contra el tabaquismo en las que los médicos nos recetan parches de nicotina porque trabajan para las tabacaleras. Viva la cumbre del clima, viva la economía china. Viva el mercado, viva el reciclado. Viva el cambio climático, viva el circo mediático

Video

Fuente: eldiario.es

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *