El sindicato MATS llama a visibilizar las cientos de horas que adeudan los hospitales a sus trabajadores por la falta de personal.
El Boletín.
Marco González.
Las horas extras en la sanidad madrileña parece un melón difícil de abrir, incluso un tema tabú: todo el mundo las hace y está hasta normalizado. Las cifras en algunos servicios y hospitales llegan a ser hasta sorprendentes. Sin embargo, los hospitales empiezan a agitarse contra esta realidad “vergonzosa”.
Casos como los que se dan en las Urgencias del Hospital 12 de Octubre de Madrid son solo ejemplos de un día a día que empieza a cansar. Según datos del sindicato MATS facilitados a EL BOLETÍN, solo en 2018 se registraron en este servicio del centro un total de 4.809 horas extras entre 164 trabajadores.
Esto, traducido a trabajo, supone un total de un año, diez meses y 22 días de horas extras. “El hospital no ha tomado medidas urgentes al respecto, ya que no consideran que sea excesivo”, denuncia a este medio José M. García, enfermero de la Urgencia General del Hospital 12 de Octubre y miembro del sindicato MATS.
Él mismo forma parte de estas 4.809 horas extras: a 31 de diciembre de 2018 se le debían 80 horas. Cifra que ha ido empeorando en lo que va de año. En la actualidad, con casi un mes para cerrar el 2019, ya se le adeudan 86 horas. Y todo “sin trabajar más días que los trabajados por planilla”.
El sindicato focaliza esta problemática en la ausencia de personal. Algo que se viene denunciando con mucha asiduidad en la sanidad madrileña y que no solo trae escenas de pacientes en pasillos, largas listas de espera, sino que también deja una mochila de horas extras sobre los profesionales.
“Las plantillas están por debajo de las necesidades reales. En muchas ocasiones se llama al personal de la propia plantilla para cubrir incidencia y son turnos de más realizados que van sumando horas y horas”, resumen desde MATS. Es la rueda que gira en los hospitales y que ahora se quiere visibilizar.
A través de una campaña iniciada en el Hospital 12 de Octubre, uno de los emblemas de la sanidad pública en Madrid, la organización sindical busca que “no se normalice el exceso de horas”. Así, llaman a los trabajadores a que den un paso al frente para que “despierten, soliciten y reclamen su cómputo anual de horas”.
La reflexión va más allá de este centro madrileño; de hecho, una pregunta surge por el camino: si a solo un puñado de trabajadores le deben 4.809 horas en un año, ¿cuánto será en todo el Servicio Madrileño de Salud? “Puede ser una locura y muy escandaloso”, advierte José M. García.
Esto mismo sirve para explicar la falta de transparencia que hay en los altos mandos de los hospitales: “Se niegan a dar un cómputo general y público de horas”. Además, a este escenario hay que sumarle los movimientos de una unidad a otra o de hospital a hospital.
“Si te llaman para otro centro, esas horas las pierdes a favor del hospital”, recuerda este enfermero de la Urgencia General del Hospital 12 de Octubre y miembro del sindicato MATS. En cambio, si estas en una unidad como Medicina Interna por una baja y te deben 70 horas, al terminar el contrato y volver a Urgencias la mochila de horas extras sigue sumando.
Es decir, la pelota pasa de un tejado a otro, de un servicio a otro, sin que nadie dé respuesta: “No pueden darte días libres porque no hay personal suficiente”. En el opuesto contrario, si el profesional es el que debe horas, la reacción del centro sí es rápida, tal y como matiza José M. García: “Directamente te quitan del sueldo la parte proporcional”.
Por ello, la campaña empezada en el Hospital 12 de Octubre persigue dar cuerpo a ese elefante que está en la habitación y que nadie ve. El primero de los pasos iría por pedir a la Gerencia estos datos individuales; luego pasarlos por registros; y, por último, alzar la voz.
“A ver si así se hace presión cuando empiecen a recibir cientos de peticiones. Hay que aumentar las plantillas orgánicas e incluso hacer pactos de contratación durante un periodo de tiempo hasta reducir este exceso de horas trabajadas. Los trabajadores están hartos y cansados de que ocurra año tras año”, concluye José M. García.