Tras los cinco incidentes de agosto, en septiembre y noviembre otros tres profesionales han sido agredidos. La plantilla y el sindicato MATS denuncian la nula reacción de la Dirección.
El Boletín
Marco González
“Muy protegidos no estamos”. Este mensaje que sale de la plantilla de Psiquiatría del Hospital Clínico San Carlos de Madrid vuelve a reflotar ante las nuevas agresiones. Tras los cinco incidentes de agosto, en las últimas semanas se han registrado otros tres más. Esto ha levantado, de nuevo, las dudas hacia la gestión del centro público.
En esta ocasión, según ha podido conocer EL BOLETÍN, septiembre arrancó con un celador agredido y el 3 de noviembre vivieron la misma situación una celadora y una auxiliar de enfermería en el turno de noche. “Siguen sin tomar medidas contundentes por parte de la Dirección”, lamentan desde el sindicato MATS.
Los sucesos de agosto llevaron al Clínico San Carlos a poner en marcha algunas medidas. Sin embargo, tal y como relata la organización sindical, la mayoría de ellas ya se han eliminado “sin ninguna justificación”. Esto mismo lo confirman desde dentro de la plantilla: “El hospital no ha hecho nada. Todo sigue igual”.
El 5 de septiembre se procedió a destinar un celador más en el turno de mañana y otro en el de tarde, a la vez que la Unidad de Seguridad colocó un vigilante de seguridad en la puerta de Hospitalización de Psiquiatría. Y han sido estos movimientos del hospital, según MATS, los que ya se han desvanecido.
Mientras, la noche del 3 de noviembre, una celadora y una auxiliar de enfermería se sumaron a la lista de agresiones en el servicio. El informe médico en el segundo de los casos habla de “una fuerte contusión en la cara” a causa de un puñetazo por un paciente que se negó a recibir su medicación.
“Aproximadamente a las once de la noche, mientras daba medicación a un paciente que se encontraba bajo sujeción mecánica, procede a retirar la sujeción por orden de enfermería, levantándose el paciente de forma agitada y golpeándola en la parte superior de la hemicara izquierda presentando dolor de fuerte intensidad”, se puede leer en el escrito.
Por su parte, la celadora agredida sufrió lo mismo: un puñetazo con su correspondiente “dolor en rama mandibular izquierda y leve cefalea” y una “herida con restos de sangrado en mucosa yugal, sin datos de sangrado activo, en probable relación con mordida”. Antes de estas agresiones, el tira y afloja entre el sindicato MATS y la Dirección fue constante.
El 21 de octubre ya se registraron otros dos escritos para conocer la formación que han recibido los trabajadores de Psiquiatría para reaccionar ante estos escenarios. Además, se pidió un aumento de personal y que se cambie la puerta de acceso por otra “que reúne las condiciones de seguridad a la mayor brevedad posible”.
El hospital, cuando este digital preguntó por los incidentes de agosto y el plan antiagresiones del SERMAS, manifestó que los trabajadores cuentan con “un plan de formación continuada con formación específica en determinadas áreas, como ocurre en Psiquiatría”. Algo que no terminan de ver dentro de la plantilla.
“No te dan ni las normas de la planta. Nunca voy a echar la culpa de las agresiones a pacientes psiquiátricos, me gusta Psiquiatría, pero los pacientes son responsabilidad del centro. Y la única respuesta que encuentras es que todo se reduce a que estás en Psiquiatría porque quieres”, concluye una fuente de la plantilla que prefiere guardar su anonimato.