Después de denunciar públicamente la falta de material en la residencia y de reconocer que escondían pañales, toallas y esponjas para poder atender a los ancianos, la empresa ha comenzado a despedir a las trabajadoras
En el Centro Alzheimer Fundación Reina Sofía hoy funciona todo a la perfección. Han habilitado las puertas de emergencia que permanecían clausuradas y han instalado alarmas por si algún residente intenta salir a través de ellas. Tampoco hay falta de material: “Hay pañales de noche y de día, hay ropa de cama, toallas de cambio, sábanas, esponjas, bragas de incontinencia y empapadores. Por fin podemos atender a los abuelos con dignidad, asegura una de las trabajadoras, aunque no sabemos cuánto va a durar esta bonanza”.
La denuncia de las trabajadoras en la SER ha tenido un precio muy alto para algunas de ellas. El sábado por la mañana cuando acabó su turno, una auxiliar recibió la carta de despido porque, tras la apertura de taquillas por parte de la empresa hace dos semanas, encontraron “tres pañales verdes, tres amarillos y una braga de incontinencia”. Este lunes la secuencia se ha vuelto a repetir con otras dos trabajadoras: una tenía dos pañales guardados, según el expediente de CLECE (empresa de Florentino Pérez), que las acusa de apropiación indebida de material y daño a la imagen de la empresa. A los papeles del despido de la tercera empleada no hemos tenido acceso.
Además de despedir a tres empleadas, CLECE ha sancionado a una limpiadora con una semana de empleo y sueldo por tener en su taquilla dos pares de guantes de goma. «Estamos muertas de miedo», asegura una de las denunciantes, «porque todavía quedan expedientes sin resolución que nos irán llegando en los proximos días. Nos parece muy injusto que por querer defender la dignidad y el trato de nuestros abuelos nos estén despidiendo».