PARTE DE LAS ENFERMERAS AL JUZGADO DE GUARDIA
Las enfermeras de urgencias de el Hospital La Paz están sufriendo una odisea desde la implantación del nuevo sistema informático HCIS. Denuncian que están trabajando con una absoluta inseguridad jurídica. Tal es su temor a cometer algún tipo de error que se han visto obligadas a dar parte al juzgado de lo que está ocurriendo por si algún paciente denuncia mala praxis.
El HCIS es el sistema informático que se está implantando en los hospitales madrileños. Va a servir para que, con el tiempo, todos los servicios sanitarios de la región puedan compartir las historias clínicas de los pacientes. Su implantación en las urgencias de La Paz está siendo un infierno para las enfermeras.
Desde que el pasado mes de octubre la gerencia de La Paz instaló en el servicio de urgencias este programa, las enfermeras aseguran que trabajan con total inseguridad jurídica. Nos reunimos con un grupo de ellas: «Tememos estar duplicando medicaciones a los pacientes, con lo que eso puede implicar, porque el sistema a veces borra nuestra firma y no consta que el enfermo haya tomado el fármaco en cuestión. Cuando cambia el turno y llega otra compañera, al ver que la dosis del enfermo no está firmada, se la da de nuevo.»
También tienen pacientes de centros que dependen del Hospital, que no existen para el sistema: «todos los de Canto Blanco y Carlos III, son pacientes nuestros pero no aparecen en el gestor. Son pacientes invisibles. Los tenemos aquí pero, informáticamente ni tienen tratamiento, ni tienen dietas, ni tienen cuidados. Si a esto sumamos, lo hacinados que tenemos de por sí a los pacientes, los pocos ordenadores que tenemos y la cantidad de veces al día que se cuelgan, imagínate la situación de ansiedad.»
Otro aspecto que las tiene preocupadas son las transfusiones de sangre. «Cuando tú tienes que poner sangre a un enfermo, una bolsa, dos bolsas o tres de concentrados, lo haces con un intervalo de tiempo. Un concentrado cada dos horas, por ejemplo. Pero es que ahora, en el nuevo sistema informático, la indicación de transfusión no está ubicada en el espacio habilitado para ‘tratamientos’, aparece en una nota del médico: ‘Transfundir tres concentrados de hematíes’. El problema es que el programa solo me da la opción de firmar como si hubiera puesto al paciente toda la sangre a la vez. Yo estoy firmando algo que no es verdad. Pero no me deja hacerlo de otra forma. No me deja especificar las horas a las que yo pongo la sangre. ¿Y si pasa algo a ese paciente? ¿Y si la familia me lleva ante un juez? Lo que constaría es que yo le puse tres bolsas de sangre seguidas y yo no podré demostrar lo contrario.»
Otro problema del HCIS es que adjudica a cada sala un máximo de veinte pacientes, «si hay treinta -que es lo más normal- a los diez últimos no los puedes meter en el sistema. Están, pero informáticamente son invisibles.» Las enfermeras no saben cómo actuar. Sólo les dieron un curso para trabajar en HCIS el pasado mes de agosto. Ahí ya detectaron y avisaron a los docentes de las deficiencias del gestor pero no les hicieron caso. «En el curso no nos enseñaron cosas fundamentales que necesitamos cada día, aprendemos a base de trabajo y ayudándonos las unas a las otras. Ni siquiera tenemos un técnico al que poder preguntar dudas sobre el sistema.»
Prefieren volver al papel hasta que funcione. No entienden cómo se ha implantado en urgencias sabiendo que es el servicio más problemático del centro. Se sienten ‘vendidas’ y ya han dado parte al juzgado de lo que está ocurriendo por si algún paciente denuncia mala praxis.
Desde la consejería de Sanidad, aseguran que este mismo sistema está implantado en el Gregorio Marañón, en el Ramón y Cajal, en el Niños Jesús, en el Santa Cristina y en el Hospital de la Cruz Roja y no está dando problemas. Que lo que se ha producido, últimamente en La Paz, ha sido problemas de red y de comunicación nos vinculados al HCIS.
El HCIS, recuerda la consejería, es el programa de historia clínica electrónica que, con el tiempo, va a servir para que todos los servicios sanitarios y todos los hospitales de la región puedan compartir las historias clínicas de los pacientes.