Carta abierta de Jorge Aranda

«Es extraño y me cuesta describir con palabras una sensación así. Ser acusado de un delito, saber que eres inocente, saber que lo que has hecho no tiene nada que ver con lo que te acusan. Tener que demostrar que no has hecho una cosa, poder acabar en la cárcel por algo que nada tiene que ver lo que realmente pasó. ¡Qué impotencia y que sensación más amarga!
Cada día, cosas de trabajar en la sanidad pública, veo a gente que se esfuerza, que pone lo mejor de sí misma para que otras personas estén mejor. Y no me entra en la cabeza que haya gente, también empleados públicos, que inventen acusaciones falsas para hacer daño a las personas o para cogerse unos días de baja o para cobrar un seguro de responsabilidad civil… no me entra en la cabeza pero sucede. Lo cierto es que el próximo día 11 de junio me juzgan. No debería de extrañarme: como mucha gente me indigna ver las noticias, el constante recorte de derechos democráticos y la deriva autoritaria que está llevándose a cabo en este país. La justicia, permisiva y dócil con los cuñados del rey y con quienes forman parte de la estructura de poder, es dura con quien no forma parte de esa minoría. No es algo puntual, es un fenómeno político: el recorte en derechos fundamentales como el de libertad de expresión y manifestación. Igualmente ya son varias personas, varios amigos y amigas quienes se han sentado en el banquillo acusad@s de auténticas majaderías solo por tratar de evitar pacíficamente que desahucien a una familia: Ricardo, Manu, Isa, Jorge Jiménez, Daniel, Angelines, Elisa, Alex… La verdad es que acabas perdiendo la cuenta. Y todos y todas tienen en común ser personas maravillosas, personas con distintas sensibilidades pero que no escatiman en nada por volcarse en proteger y cuidar a otras familias como cuidan de la suya cuidar a niños y a niñas como si fueran los suyos. Y creo firmemente que eso es lo importante. Tenemos que conseguir que las personas vivan sin miedo a ser desahuciadas. Tenemos que conseguir una sociedad mejor donde las personas sean lo primero.

Muchísimas gracias a todos y a todas por las constantes muestras de cariño que estoy recibiendo estos días. Es abrumador pero creo que hemos de volcar nuestra capacidad y atención en cuidar de nuestra gente, en ver cómo somos capaces de construir la sociedad justa y solidaria que tanto necesitamos».

Jorge Aranda Arana

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