Las trabajadoras de Servimil supieron que la empresa renunciaba al servicio por un mensaje de Carrefour a su plantilla en el que pedía voluntarios para turnos de limpieza por el quiebre de la subcontrata.
María Ángeles Zamora lleva 13 años trabajando en el servicio de limpieza para Carrefour. Los últimos nueve años los ha pasado en el establecimiento del centro comercial Plaza Nueva, de Leganés (Madrid). Hace apenas unas semanas, un rumor que iba de boca en boca se estrelló contra la realidad de ella y de sus compañeras. La empresa a la que pertenecen, Servimil, renunciaba a la contrata y devolvía el servicio ganado en concurso a Carrefour. “Después de 13 años, dos años con esta empresa, nadie nos ha informado de nada y nos vamos todas a la calle”, dice Zamora, que es la encargada de un equipo que cuenta con 10 trabajadoras en plantilla”.
El 26 de febrero la empresa Servimil pasaba un comunicado a Carrefour informando de la situación y pidiendo que, tal y como indica el artículo 24 del convenido colectivo de Servicios de Limpieza de Edificios y Locales de la Comunidad de Madrid, las trabajadoras debían ser subrogadas por la nueva contrata que asumiera el servicio. “Carrefour quiere internalizar este servicio. El pasado 14 de marzo pidió por WhatsApp a toda la plantilla que se necesitaban voluntarios para cubrir la limpieza, ofreciendo un aumento de horas o contratos indefinidos a la gente que está eventual”, cuenta Natacha Sánchez, integrante del comité de empresa, quien también se queja de que nadie la avisó de esta situación, pese a ser representante sindical.
“Un día después de este mensaje la empresa contacto conmigo y el viernes me convocaron a una reunión. En esa reunión se nos trae un acta ya hecha por parte de la empresa donde nos dicen que este servicio se internalizará a partir del 1 de abril. El director me dijo que no iba a coger a las compañeras que ya trabajan en este servicio. Si no conseguía cubrirlo con voluntarios entre los trabajadores, contrataría gente de fuera. Yo firmé no conforme y le avisé de posibles protestas. Acto seguido, les dije a mis compañeras que debíamos de actuar”.
El lunes 19 de marzo las trabajadoras de la limpieza se concentraban a las puertas del centro por primera vez. Con una gran pancarta avisaban de que comenzaban la lucha. Y así llevan desde entonces, con una protesta por la mañana y otra por la tarde. “Luego nos paseamos por el centro mostrando nuestras camisetas diseñadas para la ocasión. Queremos que se nos vea, vamos a luchar; no nos van a echar sin más”, avisa Zamora.
Esta lucha desembocará en paros totales. De momento han conseguido un poco de aire y hasta el 15 de abril podrán seguir trabajando. En este tiempo han convocado cuatro días de huelga. Los próximos 1, 2, 7 y 8 de abril no habrá limpieza en el centro. “Iremos a la huelga estos días, de momento. Pero podemos parar más días si no llegamos a un acuerdo”, advierte Sánchez.
Mientras tanto, siguen en este impasse en el que probablemente no se les comunique ni su despido. “Servil dice que ellos no han despedido a nadie, que piden que Carrefour adjudique el servicio a otra empresa para que subroguen a las trabajadoras. Han pasado por aquí ya dos empresas para hacerse con este servicio pero Carrefour no quiere. Hay que señalar que el contrato acababa dentro de dos años, no ahora”, señala la representante sindical. “Carrefour no contesta a Servimil y el día 16 no les dejarán entrar. Creemos que no van a recibir ni la carta de despido y si esto es así tendremos que demandar a las dos empresas. No quedará otra”, sentencia.
Esta situación afecta a otros siete centros de Carrefour en todo el Estado, que son los que gestiona Servimil. Sin embargo, solo las trabajadoras madrileñas han decidido plantarle cara. “Lo que no podemos hacer es callarnos, porque entonces estamos vendidos. Si ellas no luchan por su puesto de trabajo, nosotras sí lo vamos a hacer”, concluye Zamora.