El próximo 8 de Marzo todas las organizaciones feministas apoyadas por sindicatos y partidos han convocado una huelga laboral, estudiantil, de cuidados y de consumo. Por qué esta huelga? Entre otros muchos temas porque queremos acabar con la brecha salarial entre hombres y mujeres y con la feminización de la pobreza. Porque las mujeres “seguimos realizando el trabajo doméstico y de cuidados para cubrir las necesidades básicas de la vida. Un trabajo que se invisibiliza y no se reconoce, y que realizamos en contextos de precariedad creciente. Porque los recortes en sanidad, servicios sociales, educación, y dependencia se hacen a costa del trabajo y el tiempo de las mujeres. La falta de aplicación de la “ley de dependencia”, desatiende el cuidado imprescindible de personas que estén en situación de necesitar cuidados específicos o que requieren cuidados para actividades básicas de la vida diaria, y lleva a que las mujeres tengamos que suplir a los servicios públicos. Esto está forzando a que muchas mujeres tengamos que renunciar a nuestros proyectos y deseos. Porque no hay corresponsabilidad ni de los hombres ni del Estado, en las tareas domésticas y de cuidados; incluso cuando hay cierto reparto, las mujeres seguimos siendo las responsables de los cuidados lo que nos lleva a tener dobles y triples jornadas de trabajo, destruye nuestros tiempos personales, nuestra vida y nuestra salud.” Estas además de las continuas violencias que sufrimos las mujeres nos llevan a secundar la huelga feminista del 8M.
El sindicato SATSE ante este anuncio de huelga ha decidido no sumarse. Muchas enfermeras queremos manifestar nuestro más rotundo desacuerdo con esta posición.
Su argumento principal es que no quieren perjudicar a los pacientes. Está más que demostrado que en las huelgas que ha habido a lo largo de la historia de la sanidad publica española, no ha existido ni una sola demanda por falta de atención a los pacientes ¿Por qué ahora se iba a dejar de atenderlos? Todo nuestro colectivo sabe que cuando se ha convocado huelga en el SERMAS, los mínimos que marca la administración a veces superan las presencias habituales en los servicios.
Deberían de saber los representantes sindicales del sindicato SATSE (no representan ni mucho menos a toda la enfermería), que las enfermeras, al igual que las médicas, saben muy bien hasta donde pueden llegar a la hora de hacer una huelga y que, hoy por hoy, es la única forma de presión que tenemos las trabajadoras ante la patronal o, en nuestro lugar, ante la administración sanitaria. Razones las hay, como ya he mencionado al principio de este artículo, y no sólo laborales también sistémicas.
El sindicato SATSE, un sindicato corporativo, que con su objetivo de mejorar las condiciones laborales únicamente de las enfermeras, ha conseguido separarse del resto de los trabajadores de la sanidad publica y también de los usuarios. Ahora con su posición ante la huelga del 8 de marzo, también intenta separarnos de las reivindicaciones de las mujeres,
Y para ejemplo sirva un botón: en la enfermería española, como bien dice un articulo de Redacción Médica, somos el 85% mujeres, y sin embargo la asociación nacional de directivos de enfermería está compuesta de seis personas, cuatro de ellas hombres, el presidente del sindicato SATSE hombre, al igual que el presidente del colegio de enfermería. Eso es un solo ejemplo de la visibilidad y representación de las mujeres en nuestro colectivo. ¿No deberíamos exigir que se nos reconozca?
Además de la discriminación que sufrimos las mujeres como profesionales padecemos socialmente muchas otras discriminaciones ¿Como es posible que las enfermeras no seamos capaces de luchar y dar ejemplo de solidaridad con las mujeres que están sufriendo malos tratos, brechas salariales, acosos, abusos? ¿ No es esto importante para que Satse convoque una huelga? Si esto no es importante para las personas que profesionalmente nos dedicamos a los cuidados ¿Qué es lo importante?
Esta huelga está secundada por 300 colectivos y en 177 países, es la primera vez en la historia de las mujeres que tiene esta repercusión a nivel mundial ¿Cómo es posible que las enfermeras no estemos abanderando esta lucha?
Para concluir diría que las enfermeras tenemos el deber moral de manifestar nuestro más rotundo desacuerdo con esta sociedad patriarcal, y reclamar para las mujeres el poder que nos corresponde por derecho.
Movimiento Asambleario de Trabajadoras y Trabajadores de Sanidad (MATS)