Inspección de Trabajo abre expediente de sanción a Imbisa, la empresa que el Banco de España creó para privatizar la producción, por exceso de contratos temporales
La sociedad dependiente del Banco de España alega que empleó a 146 personas de forma excepcional para atender picos de pedidos del Banco Central Europeo
El acta de Trabajo apunta que la sociedad mercantil que se encarga de imprimir los billetes conocía ya desde 2016 los encargos del BCE y que estos no han cambiado
Los trabajadores que fabrican las monedas y billetes que el Banco Central Europeo encomendó a España fueron contratados en fraude de ley. Así lo ha dictaminado la Inspección de Trabajo en un informe sobre la política laboral de Imbisa (Imprenta de Billetes S.A.), la empresa pública creada por el Banco Banco de España en 2015 para subcontratarle la producción y arrrebatársela a la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre.
La conclusión del servicio de inspección del Ministerio de Trabajo es que la empresa mercantil que controla el Banco de España recurrió a contratos precarios y temporales en lugar de confeccionar una plantilla que pudiese responder a las tareas que tenía encomendadas por el Banco Central Europeo desde 2016 y que no han variado. El caso ha motivado la apertura de un expediente de sanción que se está tramitando contra la filial del Banco de España, tal y como figura en el documento fechado el pasado 16 de enero.
Según el informe que firma una inspectora de Trabajo y Seguridad Social de la demarcación territorial de Madrid y al que ha tenido acceso eldiario.es, Imbisa contrató entre abril de 2016 y enero de 2018 a 146 trabajadores en varias tandas para confeccionar los pedidos de billetes y monedas que establece para nuestro país el Banco Central Europeo. El tipo de relación laboral que eligió la dirección de Imbisa -la empresa constituida unos meses antes y que había heredado parte de la plantilla de la Real Fábrica de Moneda y Timbre, un ente, este sí, enteramente público- fue la contratación temporal (de entre cinco y seis meses) para todas las categorías: desde auxiliares de producción, pasando por oficiales que realizaban el corte y empaquetado e incluso controladores de producto.
Desde abril de 2016, la nueva empresa, de la que el Banco de España posee el 80%, fue llamando a trabajadores y ofreciéndoles empleos de medio año hasta completar el proceso de elaboración de la moneda. Todas las remesas de contratos las justificó Imbisa del mismo modo: «Eventuales por circunstancias de la producción».
«Plantilla insuficiente»
Los primeros 26 se iniciaron en los meses de abril y mayo de 2006, según anota la inspectora de trabajo, «por circunstancias de la producción debido a que la plantilla con que cuenta Imbisa (y que tiene su origen en la aportación a finales de 2015 de la rama de actividad de fabricación de billetes por parte de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre-Real Casa de la Moneda) resulta insuficiente para poder atender la necesidades de producción de billetes comprometidas con el banco de España para 2016».
Durante casi 18 meses, «hasta el momento en que se lleva a cabo la presente actuación» (que la inspectora fecha el 16 de enero de 2018), se fueron sucediendo ese tipo de contrataciones que la dirección de Imbisa intentó justificar alegando «circunstancias de producción». El comité de empresa y los sindicatos encabezados por Comisiones Obreras denunciaron que se estaba camuflando como necesidades especiales lo que en realidad era empleo estable.
Y ahora la Inspección de Trabajo da la razón a los sindicatos y subraya la desproporción entre la plantilla con la que nació Imbisa y el número de contrataciones temporales que se ha visto obligada a realizar para cubrir con las obligaciones que el Banco Central Europeo fijó en 2016 para España vinculadas a la emisión de monedas y billetes. Así figura en el documento que justifica la apertura del expediente sancionador: «Si el trabajo responde a unas necesidades permanentes, cosa que ha de entender así en la medida en que dichos contratos eventuales van dirigidos todos ellos al cumplimiento de un mismo compromiso que excede en el tiempo los límites establecidos en la normativa aplicable (seis meses en un período de referencia de doce), resulta evidente la improcedencia de celebrar contratos temporales para atender a aquellas».
«Abundando en la improcedencia de tales contratos temporales se ha de tener en cuenta que la doctrina jurisprudencial viene reiterando que la desproporción existente entre el trabajo que se ha de realizar y el personal de que se dispone, de forma tal que el volumen de aquel excede manifiestamente las capacidades y posibilidades de este no puede calificarse como el supuesto propio de la acumulación de tareas, debiendo ser cubiertas tales vacantes mediante contratos indefinidos». Inspección de Trabajo da por probado que existieron irregularidades en los contratos e inicia el expediente sancionador.
Contratos temporales
Fuentes de la dirección de Imbisa explican a eldiario.es que la empresa no ha sido formalmente sancionada de momento y que ahora se abre un plazo para realizar alegaciones. «La causa de esos contratos temporales estaba justificada por la producción de billetes ante una demanda adicional del BCE, se trató de una punta de demanda de fabricación. Los contratos eran de seis meses porque en su día se llegó a acuerdos con los sindicatos pero no fueron simultáneos, no los 146 a la vez, la cifra máxima fue significativamente menor. Todos los contratos se han extinguido y a día de hoy solo hay 8 temporales, que no tienen que ver con la fabricación de monedas», sostienen las mismas fuentes.
Los argumentos de la Inspección de Trabajo apuntan en otra dirección: «La causa que justifica la celebración de todos los contratos eventuales referidos, hasta un total de 146, aunque quiera revestirse de diferentes connotaciones particulares para cada uno de los grupos, es una sola y la misma desde abril de 2016 hasta agosto de 2017 y no es otra que la necesidad de contratar mayor número de trabajadores para hacer frente a los volúmenes de fabricación de billetes que se habían asumido por el Banco de España y que ya desde junio de 2016 eran conocidos por Imbisa.
«Pese a que la empresa haya querido recoger las cláusulas de los correspondientes contratos para dotarles de una apariencia de temporalidad, lo cierto es que la necesidad de contratar hasta un total de 146 trabajadores, en la mayoría de los casos por períodos de cinco a seis meses obedece a una necesidad permanente de contar con una plantilla mayor de la que se dispone y que se trata en estos casos de contratos temporales para cubrir necesidades estructurales».
La inspectora de Trabajo también subraya que los gestores de la empresa, pese a ser invitados a hacerlo en distintas reuniones, en ningún momento pudieron acreditar la existencia de esas necesidades especiales para justificar ese nivel de contratación eventual.
Comisiones Obreras exigió este lunes al Gobierno y al Banco de España «que se corrija el devenir del modelo de gestión impuesto en IMBISA, que está poniendo en riesgo su consolidación y permanencia a futuro como imprenta pública de billetes de euro en España».