La falta de enfermeros en un hospital privatizado de Madrid obliga a personal no cualificado a hacer su labor

Los técnicos de rayos del hospital público gestionado por Quirón Salud tienen que poner vías para suministrar contrastes aunque es labor de los enfermeros

El comité de empresa ha pedido a la gerencia tomar medidas para no obligar a enfermeros de otro servicio a moverse si los técnicos necesitan ayuda

«Tuvieron que hacer un taller con la plantilla para aprender a pinchar porque muchos no sabían y tenían miedo por si pasaba algo», dicen fuentes sanitarias

Los 28 técnicos y técnicas de rayos del hospital privatizado de Villalba, que atiende a 100.000 personas de la red pública, ponen vías y suministran contrastes para las pruebas aunque esa labor corresponde al personal de enfermería. Lo tienen que hacer porque el servicio de radiología no enfermeros y enfermeras adscritas, salvo en medicina nuclear y solo algunos días a la semana, según los trabajadores.

El comité de empresa lo ha puesto en conocimiento de la gerencia del centro, gestionado por Quirón Salud en régimen de concesión, según figura en un escrito al que ha tenido acceso eldiario.es que demanda que «tome las medidas pertinentes» para «corregir esta situación del todo irregular». Los trabajadores solicitan que la «canalización de vías periféricas y la administración de contrastes se cubran de forma debida y no sólo de forma puntual obligando al personal asignado a otro servicio a desplazarse dejando al descubierto su puesto».

Preguntada por eldiario.es sobre la situación, la Consejería de Sanidad –responsable de las concesión administrativa a Quirón Salud– remite a la gerencia del centro, que confirma que los técnicos y técnicas «realizan venopunción para la administración de contrastes». «Entra dentro de sus competencias ya que se realiza como preparación del paciente a técnicas radiológicas», justifica la gerencia, que asegura que «es frecuente» que esto ocurra «en hospitales y centros de la red sanitaria pública».

La orden de 14 de junio de 1984 sobre «competencias y funciones de Técnicos Especialistas de Laboratorio, Radiodiagnóstico, Anatomía Patológica, Medicina Nuclear y Radioterapia de Formación Profesional de Segundo Grado» aclara en su artículo cuatro que este personal puede «colaborar y preparar a los pacientes para la correcta realización de los procedimientos técnicos», pero siempre «bajo la dirección y supervisión facultativa». 

Un taller para pinchar naranjas

La situación se mantiene desde que el hospital empezó a funcionar en 2015. «Al principio la supervisora tuvo que hacer con la plantilla un taller para aprender a pinchar porque muchos no sabían. Lo hicimos con naranjas y luego entre nosotros», explican fuentes sanitarias consultadas por eldiario.es. El taller se puso en marcha porque, según las mismas fuentes, había trabajadores que «tenían miedo por si pasaba algo».

Dos años después sigue pasando. «Cuando llega un paciente complicado al que no es fácil poner una vía se llama a algún compañero o compañera de urgencias para que suba un momento a ayudar, de manera que tiene que dejar momentáneamente su servicio», denuncian fuentes de dentro del hospital.

La gerencia sí accedió a descargar a los técnicos de rayos del trabajo de sondar a los pacientes que lo requirieran para algunas pruebas. «Se solventó enseguida porque fueron conscientes de que un sondeo mal hecho puede ser muy peligroso», afirman las fuentes sanitarias consultadas.

El Colegio Oficial de Enfermería de Madrid ha recibido en los últimos años denuncias de varios hospitales de la red pública y también de la privada. «Hemos dado aviso a la inspección dela Comunidad de Madrid y al propio centro. Ha pasado en el hospital del Henares, en el hospital del Tajo, en el Infanta Cristina…», cuentan desde el colegio, que defiende que el hecho de que los técnicos asuman estas funciones es «intrusismo laboral».

Los trabajadores y trabajadoras del hospital de Villalba denuncian que la falta de personal no se nota solo en rayos, sino que es trasversal todo el centro. «Cuando te llega un caso gravísimo a urgencias se queda desatendido el resto del servicio. Si hay una parada, se concentran ahí todos los recursos. De manera que si pasa algo igualmente grave también, imagínate. Ya ha pasado, de hecho», relata. La UVI, continúa, «tiene 12 camas pero personal solo para nueve. ¿Qué ocurre cuando hay 10, 11 o 12 pacientes? Pues se hace doblar a los trabajadores o contratan a gente dos semanas y luego la despiden». Y en los turnos de noche «solo hay dos celadores para todo el hospital», denuncia la misma trabajadora. El centro tiene 140 camas y 24 boxes, además de neonatos, UVI y paritorios.

Todo el personal del centro está llamado a secundar  la huelga indefinida de trabajadores de la sanidad privada que arrancará el próximo 29 de noviembre  si antes no se llega a un acuerdo con la patronal. Porque, aunque trabajan en un hospital que atiende a pacientes de la red pública, tiene gestión privada y funciona con el convenio laboral de las clínicas privadas.

Fuente: El Diario

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