Si alguien nos dijera que cerrásemos los ojos y que imaginásemos una lucha por los derechos laborales y sindicales, lo más probable es que a nuestra cabeza acudiesen instantáneas de mineros, de manifestaciones del 1º de Mayo, incluso de repartidores del Burger King. Creo que sería una minoría la que imaginase a un grupo de mujeres reivindicando sus derechos. Y esto es lo que sucede con Las Kellys (laskellys.org), una asociación de camareras de piso de hotel, que están revolucionando con sus camisetas verdes la imagen de la acción y la lucha contra la precariedad.
No son las únicas, es cierto: tenemos a las Espartanas de Coca-Cola o, más cerca de nosotros, a las compañeras de la Lavandería de Mejorada, que externalizaron su servicio y que ahora ven peligrar sus puestos de trabajo. Pero ahora mismo son ellas, Las Kellys, las que nos están haciendo ver qué significa ser mujer con un salario bajo, sin derechos y un trabajo precario. Les agradecemos enormemente la paciencia que han tenido con quien ha hecho esta entrevista, su espíritu de lucha, sus ganas de vencer. Va por vosotras.
– Pregunta: Para empezar ¿quiénes sois Las Kellys?
– Respuesta: Las Kellys, las que limpian. Somos el departamento de pisos y limpiamos todas las estancias de los hoteles, desde los salones a los restaurantes pasando, claro está, por las habitaciones y los accesos. Somos el 30% de las plantillas de los hoteles, es el trabajo principal y estructural. Porque los hoteles se abren para hacer habitaciones, ellos venden habitaciones limpias. Y aun siendo el 30% de la plantilla, tras la Reforma Laboral, empezaron a externalizarnos. Despidieron por medio de ERES, que no había que demostrar, plantillas enteras de mujeres que llevaban diez o doce años en los hoteles trabajando y se vieron en un mercado laboral precario con 45 o 50 años.
Con la Reforma Laboral prevalecen los convenios de empresa, así que una empresa externa paga el 40% menos que el salario que establece el convenio sectorial de Madrid. Una camarera de piso contratada por el hotel cobra unos 1.200 euros en 14 pagas con 50 días de vacaciones porque trabajamos de lunes a domingo, incluidas las fiestas, trabajas por jornada, te corresponde un calendario laboral y los turnos son más o menos estables, puedes organizarte sindicalmente. Pues todo eso ha desaparecido con las empresas externas o multiservicios. Con una empresa externa trabajas por producción y hay que hacer unas 400 habitaciones al mes para cobrar 800 euros. Lo que dice la ministra de que nadie cobra por debajo del salario mínimo interprofesional es incierto si tienes en cuenta que a las camareras de piso les están haciendo contratos de 4 y 6 horas y les meten carga para 8 horas de trabajo, 10 e incluso 12 pero su cotización es lo que pone en el contrato, 4 o 6 horas. El resto se lo pagan en función de la producción. Esos dos euros que nosotras decimos. Pero esos dos euros no salen de multiplicar el número de habitaciones por 2 euros. Salen del salario base mínimo interprofesional, el prorrateo de las pagas, la productividad (que no es más que un destajo), aplicar los descuentos que marca la ley y el total de lo que ellas cobran lo dividen entre el número de habitaciones que han hecho en el mes. De ahí salen los dos euros. Y otra cosa: cuando a una camarera de pisos externalizada le dan vacaciones, o está de baja como no hace habitaciones cobra solo el salario base, es decir, la parte proporcional de las 4 o 6 horas por las que está contratada. Hay muchas que en vacaciones se buscan otro trabajo o van a su hotel renunciando a sus vacaciones.
Hay hoteles con el personal externalizado donde no hay cuadrantes reales, no es fácil conciliar. Hay un cuadrante en el corcho y luego el que vale es el que está en el ordenador de la responsable del equipo, de la coordinadora o la gobernanta. Y cuando van a entregar las llaves les dicen el turno del día siguiente, si tienen que ir de tarde o de mañana, o las tienen las 24 horas conectadas a uno grupo de WhatsApp y ahí la coordinadora va diciendo, públicamente, si hay quejas con alguna trabajadora o si sube la ocupación directamente que tienen que ir e incluso amenazar con las consecuencias de que no lo hagan. Si no pasan por lo que la empresa quiere de ellas, se van a la calle porque están totalmente indefensas, no hay posibilidad de organizarse sindicalmente porque para eso tienes que estar seis meses trabajando. Afortunadamente todavía hay hoteles que marcan la diferencia y mantienen sus plantillas y siguen el convenio, pero deberían desvincularse a sí mismos de todas estas prácticas por ética profesional y trabajo decente.
-P.: Hay que ver cómo somos
-R.: Es que no tenemos remedio. El otro día estuve en una conferencia de Turismo Sostenible y Trabajo Decente, muy interesante pero muy poco realista. Y hablaban de lo importante que es la formación. Sí, claro que es importante siempre y cuando puedas desarrollar tu aptitud en un trabajo de calidad. Porque ahora mismo tal y como está el panorama laboral el tener formación, el tener experiencia y ser una profesional desde hace años no supone una garantía para que puedas trabajar.
A mí la externalización me ha influido negativamente en mi trayectoria profesional. Yo estaba trabajando, cuando entró en vigor la reforma laboral, en un hotel de cuatrocientas y pico habitaciones y adiós. Iba a sustituir una jubilación, pero a esa persona le faltaban unos años y no le permitieron la jubilación anticipada. Así que me quedé fuera y a continuación externalizaron. Lo de la externalización es desastroso porque se trata de abaratar los costes con intermediarios precarizando el empleo y la calidad, los hoteles quieren estándares inalcanzables con un coste mínimo y las multiservicios se los ofertan y una vez que han firmado el contrato empieza el calvario porque la presión para nuestro departamento es enorme. Yo actualmente estoy eventual en función de la ocupación, pero me contrata directamente el hotel, mientras pueda evitar la externalización la evitaré, pero esta gestión se extiende muy rápido y son la explotación del siglo XXI.
-P.: ¿No crees que cada vez lo cubren más con personas con baja o nula cualificación?
-R.: Sí. Cuanta menos experiencia tienen más fácil resulta amoldarles a lo que ellos necesitan, la formación es muy atropellada y las plantillas son muy inestables.
-P.: Pero no solo amoldarles en la forma de trabajar, también anulan los derechos de las personas y abusan de autoridad para aprovecharse de su necesidad y vulnerabilidad.
-R.: Sí, todo va unido, además es un trabajo feminizado y muchas mujeres agrupan varios problemas sociales, miembros en paro, familias monoparentales, malos tratos, migrantes o mayores de 45 años.
-P.: Y como se supone, además, que es un sueldo auxiliar el de las mujeres…
-R.: Los trabajos de las mujeres hasta ahora han sido complementarios en la economía familiar, aunque en la actualidad en muchas ocasiones es el único que entra en casa. No sabes la problemática de muchas de nuestras compañeras: una mujer puede sufrir violencia laboral y esto no es casual, es un patrón que se ha ido perfeccionando con el paso de los años; pero tenemos compañeras a las que han desahuciado de sus casas o que no les conceden la beca para dejar a sus hijos e hijas en el comedor y poder trabajar. Hay muchas que luego tienen que completar ingresos con la economía sumergida porque les están haciendo contratos de cuatro o seis horas, les meten carga de trabajo para más tiempo y si no se quedan les dicen que no son productivas y a la calle, así que les hacen firmar un papel en el que se muestran de acuerdo con las horas complementarias que tienen que hacer además de su jornada. Además de esto, tienen que buscar algo más con lo que complementar el salario, porque ellas siguen teniendo un contrato parcial: buscan casas para irse a planchar o a limpiar oficinas porque no llega con lo que saca en su trabajo, que además es muy duro.
-P.: Como si trabajaseis poco…
-R.: Y así están, con graves daños en la salud, en el aparato musculo esquelético, artrosis… porque tampoco cumplen debidamente con la Ley de Prevención de Riesgos Laborales. Las mutuas no reconocen estos daños como enfermedades profesionales, las derivan al médico de cabecera y si tienen que arreglar la determinación de contingencia es otro calvario de papeleo y trámites. No se tiene en cuenta que hay trabajos que propician más este tipo de patologías.
– P.: La salud, los accidentes de trabajo, las enfermedades derivadas del trabajo tienen que estar llegando a cifras preocupantes
-R.: Han hecho estudios con resultados alarmantes, más del 90% de las camareras de pisos tienen daños en la espalda. Hay que tener en cuenta que este trabajo físico es muy duro. Hacer al cabo del día entre 18 y 25 habitaciones pasa factura porque son movimientos repetitivos, muchos pesos que hay que mover con el consiguiente movimiento en las manos y en el aparato locomotor.
Imagina que en plena jornada laboral, mientras está haciendo una habitación, la presión y el ritmo son muy estresantes y la automedicación es constante. Es muy corriente que, por la mañana, cuando coges el parte de trabajo y las llaves, te digan que a las 11 llega un grupo de 25 habitaciones que tienen que estar limpias. Así que toda la mañana corriendo porque a las 12 llega un grupo y recepción necesita habitaciones limpias, pero hasta las 12 o más tarde muchos clientes no salen y hay habitaciones que dan ganas de llorar del estado en que las dejan. No se están haciendo los estudios correspondientes para calcular las cargas de trabajo. Los hoteles dicen que esto es un problema de las empresas y estas calculan las ratios en función de la rentabilidad, del beneficio, que es lo que importa, olvidan que en hostelería somos personas que trabajamos con y para personas.
Los cursos de prevención de riesgos laborales se hacen de forma completamente burocrática, sin tener en cuenta aspectos psicosociales: les dan unos papeles para que se los lean con las posturas, los líquidos, los cables, los EPI no están garantizados.
No se tiene en cuenta si una de tus habitaciones tiene tres camas o si tienes que ir a buscar la ropa o el pedido porque tienden a prescindir de los valets (mozos de habitaciones) o las cunas y las camas supletorias… Eran funciones de los mozos de habitación que, como decimos, están desapareciendo en aras de un mayor beneficio. Con la externalización los hoteleros pretenden eludir responsabilidades, pero son tan responsables como las multiservicios. Los unos ahorran para ganar más o los otros ganan más ahorrando y aumentar el beneficio. Pero todo sale de las costillas de las camareras de pisos y del departamento de pisos.
Hay camareras que aparte de hacer su control de trabajo luego les dicen tienen que estar supervisando a sus compañeras. Les dicen que les van a dar 30 o 50 euros más y a cambio, además de sus funciones, tienen que hacer funciones de coordinación y gobernantas que gestionan varios establecimientos y media jornada de habitaciones.
Y sin posibilidad de negarte. Desde el momento en el que tú te niegas a algo ellos te dicen o que no has superado el período de prueba o que no eres productiva y si no pueden ninguna de las dos cosas te hacen la vida imposible de tal modo que te dan los peores trabajos, te cambian los días libres, etc. para que tú misma te vayas de baja voluntaria. Así te quitan de en medio, no te tienen que pagar la liquidación y se buscan a otra que lo haga. Ya nos dicen que es lo que hay y nos indican donde está la puerta, que hay 14 esperando detrás de ti.
– P.: Y es verdad, hay demasiada gente esperando por muy precario que sea el trabajo.
-R.: Sí, pero hablan mucho de la calidad, el servicio, la eficacia y la eficiencia, que los hoteles de España son una referencia y la realidad no es solo el trabajo precario es que no es lógico que los avances tecnológicos posibiliten al cliente abrir la puerta de su habitación desde el móvil y las profesionales de nuestro departamento estemos explicando estas atrocidades en materia laboral. Cuando yo entré a trabajar, en 1999, había unos sistemas de calidad que te marcaban cada cuánto tiempo se volteaban los colchones, cada cuánto se lavaban las almohadas, las mantas… Eso ahora o lo hacen las camareras dentro de su jornada, con lo cual volvemos a la sobrecarga de trabajo, o directamente no se hace porque hay personal en función de la ocupación.
La formación también ha empeorado de forma significativa. Cuando yo entré se hacían cursos reales de formación continua. Ahora hay Fundaciones financiadas con fondos europeos y supuestamente sin ánimo de lucro que se lucran dando cursos. Por lo menos así se definen ellos en su página web, luego te metes y te dicen que la página está en período de remodelación, es imposible dar con ellas. Pero esas fundaciones están recibiendo subvenciones concertadas. Hay cursos de tres años para camareras de pisos, de una determinada edad. Les tienen durante esos tres años con un contrato de formación y haciendo 14 o 16 habitaciones. Son contratos encubiertos.
Yo empecé aprendiendo de otra compañera. No te ponían control, tú ibas solo a aprender y la otra persona tenía sus habitaciones. Ahora te ponen a una persona nueva en formación y te ponen una parte las habitaciones de la persona veterana y por otras habitaciones de la persona que está aprendiendo. El grado de ansiedad que tiene esa camarera veterana, a la que se le duplica el trabajo hasta que la nueva aprenda, es tremendo.
Los contratos que nos pueden hacer estas expresas externas están los de obra y servicio, que es un tiempo determinado y para una actividad concreta, cosa que no tiene mucho sentido porque el core busines de un hotel son las habitaciones limpias, y no supone un trabajo determinado, sino que es estructural, esto por un lado es fraude de ley y por otro, aunque nos contrate una empresa externa el que nos marca el trabajo, la operativa y las pautas es el hotel, y eso es cesión ilegal.
Además de obra y servicios la legislación ampara hacer contratos de formación para sacar del paro a la gente más joven por unos salarios completamente precarios. Un contrato de formación de tres años para una camarera de piso tiene unas ventajas que la ley otorga a la empresa que contrata, subvencionándolas con dinero público. La empresa saca beneficios con la parte de formación que le paga el Estado más lo barato que sale una persona que está haciendo un trabajo real, pero con un contrato de formación en el hotel.
– P.: ¿La solución pasaría por que os volvieran a contratar los hoteles y se acabase con la externalización?
-R.: Sí. Eso es por lo que estamos peleando. Hace poco el PSOE ha anticipado un proyecto de ley para modificar el ET, el artículo 42.1, que dice que todo sea igualitario. Pero eso se limita únicamente a las tablas salariales. Es como externalizar “bonito”, pero el resto de las condiciones seguirán siendo pésimas. Porque la externalización no trae consigo solo que te paguen por debajo del salario mínimo. También perdemos derechos: antes trabajábamos por jornada, ibas 8 horas a trabajar y en ese tiempo hacías tu ratio de trabajo, comías en el hotel y si tenías que coger una baja te ibas a la mutua y tenías tus reconocimientos médicos; podías pertenecer al Comité de Empresa del Hotel; tenías 50 días de vacaciones, la Ley de prevención se tenía más en cuenta; las ratios no eran tan desorbitados, no había tanta sobrecarga de trabajo. Éramos plantilla del hotel. Ahora es completamente discriminatorio, somos trabajadoras de segunda o tercera en inferioridad de condiciones, hemos perdido el derecho de ser una persona más en el hotel.
Si no estás externalizada y tienes un problema puedes acudir al Comité de Empresa y ahora no, es un desamparo total porque sin embargo los hoteles nos exigen muchísimo porque han firmado un contrato con la empresa externa y nos presiona el hotel.
Esto es lo que es cesión ilegal. Muchas empresas externas tienen su personal que organiza el trabajo, pero realmente a ti quien te marca el ritmo es el hotelero. Es una cesión ilegal encubierta y muy difícil de demostrar tal y cómo está la legislación. Pero quien da las órdenes realmente es el hotel. Es el que decide cuánta gente trabaja al día siguiente, quién trabaja (si le gusta o no) y cuáles son las ratios que hay que cumplir.
– P.: Os ha tenido que costar un montón organizaros, porque además el sector hotelero está muy disperso.
-R.: Sí, ese es el problema que tenemos. Cuando empezaron a externalizar con la reforma laboral, sucedió como en el poema atribuido a Bertolt Bretch, que es de Martin Niemöller: “…Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,/no protesté,/porque yo no era sindicalista,/Cuando vinieron a llevarse a los judíos, /no protesté,/porque yo no era judío,/Cuando vinieron a buscarme,/no habiá nadie más que pudiera protestar”. Todos se lavaron las manos diciendo que pobrecitas, que qué injusticia… Pero ellos se quedaron en los hoteles y ahora se están empezando a externalizar el resto de departamentos. Con nosotras abrieron la puerta de la externalización.
Claro que es difícil organizarse. Mira, el otro día nos colamos en un hotel que no está externalizado, pero está siguiendo un método que es lo próximo que van a implementar para poder seguir explotándonos, y cuándo nos vieron las camareras de pisos con las camisetas aparecer por el pasillo, nos agarraron la mano y nos dijeron que, por favor, les ayudásemos porque no pueden hablar porque saben que en el momento en que lo hagan se van fuera. Es dificilísimo conseguir que las camareras vengan a las asambleas y se sumen a la lucha, aunque sea de manera clandestina. Muchas veces tenemos que hacer así, no tenemos más apoyo. Porque que me digan a mí qué sindicato (como han hecho los mayoritarios) son capaces de firmar la externalización y quedarse tan convencidos.
El método del futuro es más siniestro: el hotel contrata directamente a las camareras y vende la gestión del departamento de pisos a una empresa que viene con un currículum en el que explica que ahorra el 30% de coste con unos procedimientos y una operativa eficiente y eficaz y con unos productos adecuados, y que viene con un montón de aparatos para asegurar la limpieza, pero en realidad el ahorro estriba en que las camareras de pisos cuando estaban al mando del hotel estaban haciendo una media de 16 o 18 habitaciones y ahora las están subiendo a 20 y a 23. La explotación es la misma, pero así intentan callar a las trabajadoras porque es el hotel el que te contrata, aunque venda la gestión. Es una forma de gestión que se está extendiendo por grandes cadenas hoteleras de todo el mundo.
El método consiste en que el trabajo va por créditos según el trabajo que hagas (una habitación simple, una habitación triple..) y al cabo del día te cuentan los créditos. Y si tienes un cartel de “No molesten” las penalizan porque tienen que hacer la ratio que establece este método. Viene a ser lo mismo que la externalización del personal pero camuflado: externalizan la gestión. La empresa vende un procedimiento y un método a los hoteles.
El hotel contrata a la empresa, entre ellos se entienden y formalizarán el contrato correspondiente. Como la empresa ya viene diciendo que va a ahorrar el 33% y las camareras van a pasar de 16 o 18 camas a 20 o 22, ya sabemos de dónde vendrán los beneficios, de las costillas de las camareras.
– P.: El panorama actual es muy complejo entonces, ¿no?
-R.: Muy complejo. Y todo está arropado con el paraguas de la Reforma Laboral. Mientras la Reforma Laboral no se cambie y desaparezca la prevalencia de los convenios de empresa, van a poder seguir haciendo lo que les dé la gana.
– P.: En pocas frases ¿cuáles son vuestras reivindicaciones inmediatas?
-R.: Lo primero, no a la externalización del departamento estructural en los hoteles porque eso es cesión ilegal y tráfico de trabajadoras. La segunda, jubilación anticipada. Pero no como están proponiendo los sindicatos en las negociaciones con la patronal que dice que con 25 años de cotizaciones a la Seguridad Social se puedan jubilar anticipadamente. Una camarera de piso es imposible que llegue a los 25 años de cotización tal y como están establecidos los contratos actualmente, que están suspendidos y que no se hacen contratos indefinidos; que son contratos de semanas o de meses y que cuando esos contratos se acaban si no hay ocupación nos vamos al paro. Nosotras decimos que 25 años de cotización y que 15 sean de camareras de pisos y que el resto pueda ser desempeñando otras tareas porque si no no llegamos a la jubilación. Y como no vamos a llegar van a crear un panorama de pobreza tremendo porque ¿qué jubilación vamos a tener? ¿Qué coeficientes nos van a aplicar? Mínimos, vamos a estar buscando en los basureros.
Ten en cuenta que solo en Madrid hay alrededor de 7.000 camareras de pisos, es mucho. Es el 13% del PIB lo que proporciona el turismo. El año pasado hubo más de 70 millones de turistas, pero este año ya superamos los 80 millones. Y se han dejado de gasto medio diario el 10% más. Suben los beneficios, pero a nosotras no nos llega nada, solo más trabajo. Ni siquiera innovan en tecnología: no te ponen elevadores en las camas, por ejemplo, para unas camas de 2×2, esas mamparas interminables, las fundas nórdicas.
Otra de nuestras reivindicaciones básicas es el reconocimiento de las enfermedades laborales, porque no se tienen en cuenta.
También queremos que vinculen la categoría de los hoteles con el trabajo que se desarrolla. Ahora para que un hotel tenga una categoría de tres o cuatro estrellas miran que la habitación tenga unos metros cuadrados determinados, que tenga minibar o que tenga teléfono… Pero tenemos a camareras de hoteles de cinco estrellas con el departamento estructural externalizado y con unas condiciones laborales horribles, teniendo que mover jaulas de 200 kg. Que se vincule todo. Hemos pedido un estudio de calidad a los hoteles.
La patronal hotelera nos dice que no hay precariedad en los hoteles españoles, que lo que hay es temporalidad. Es tan sencillo como hacer un estudio de calidad para ver quién miente.
Nosotras tenemos claro que tenemos una relación subordinada en los hoteles, que tenemos gente que está por encima de nosotras. Pero una cosa es eso y otra que nos traten como si fuésemos nadie.
Estos son los motivos que nos han llevado a organizarnos. Los sindicatos mayoritarios tienen plenas facultades como representantes sociales y los encargados de una negociación no siempre tan colectivas analizando los convenios, se escudan en la legislación y en la baja participación sindical ante las críticas, pero nuestra situación no es nueva ni repentina y no debería haber llegado nunca a la gravedad y deterioro que venimos denunciando.
– P.: Choca el que vuestra organización sea bastante horizontal a pesar de lo complicado que es debido a la dispersión de los puestos de trabajo y sus localizaciones. La asamblea estatal que conseguisteis hacer…
-R.: Funcionamos por grupos territoriales. Tenemos los grupos de Lanzarote, Fuerteventura, Cádiz, Benidorm Marina Baixa, Mallorca, Barcelona, Madrid y Gran Canaria. Las portavocías de todos esos grupos territoriales fuimos las que nos organizamos en asamblea. Además, se traían unas hojas con las peticiones de las camareras de pisos que pertenecían a cada grupo territorial. La organización parte de la comunicación que tenemos interna de los grupos de trabajo y de las acciones que planificamos en cada zona. Es mucho, somos trabajadoras con jornadas muy amplias y sin estructura, no tenemos horas sindicales ni subvenciones y aun así estamos en todos los medios. El día 22 de noviembre nos vamos a Bruselas porque hicimos una petición basada en “Salud y Seguridad Laboral” y nos la han admitido. La presentamos en la página del Parlamento Europeo y nos ha echado una mano Marina Albiol y la vamos a presentar nosotras en Bruselas.
También hemos pensado en constituirnos en sindicato, empezando por el grupo territorial de Lanzarote, que se va a confederar con un sindicato, aún lo estamos hablando. Porque siendo asociación hay cosas que no podemos hacer en los hoteles mientras que siendo sindicato sí. Así que vamos a ver si nos federamos en sindicato porque esto no puede ser. No se puede seguir tolerando lo que está sucediendo en los hoteles con las mujeres, porque es un trabajo femeneizado. Yo dudo mucho que todo esto sucediera si el trabajo lo desempeñaran hombres.
El otro día hubo unas declaraciones del presidente de la patronal de la Costa de Alicante, el señor Toni Malló, que tiene hoteles en propiedad, diciendo que lo de las kellys son cositas, que nosotras nos quejamos por cositas, que los hoteleros ya están haciendo lo que pueden y que “están poniendo ruedas a las patitas de las camas”. Eso es todo lo que piensan hacer en función de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales. Y aparte dice que muchos hoteles están mutando a contratar hombres. Eso es discriminación. Y lo dice sin ningún sonrojo.
Yo llevo trabajando desde el año 1999 y he visto, en toda mi historia, 3 camareros de pisos. Y esos 3, en cuanto han encontrado trabajo en su especialidad, se han ido. Uno de ellos me dijo que se iba porque él no había nacido para limpiar. Debe ser que las mujeres sí, que tenemos un chip.
En los comités de empresa, compuestos por los sindicatos mayoritarios, sí hay gente que hace cosas pero el problema es que se han estancado, se han burocratizado. Pero son hombres, ellos no tienen que tirar de las camas ni de las mamparas que nos están poniendo.
– P.: Sigue imperando la idea de que esos trabajos son para mujeres no desde un punto de vista feminista sino “femenino”, limpiar sigue siendo para muchos una de las tareas que históricamente nos corresponden
-R.: El patriarcado nos sigue marcando. Y aparte es que nosotras muchas cosas las tenemos asumidas, porque volvemos a casa de trabajar y seguimos con el mismo rol que tenemos en los hoteles. Y no tenemos que pedir ayuda: en casa, las personas que conviven bajo un mismo techo, no tienen que ayudar, tenemos que repartirnos las tareas. No es mi labor, es una labor familiar. Ahora que las mujeres hemos empezado a asumir nuestra independencia de forma más mayoritaria y que la queremos, tenemos problemas derivados de esa asunción.
– P.: Vuestro conflicto, en cuanto a la precariedad, me recuerda mucho a la lucha llevada a cabo por el personal de la Lavandería de Mejorada, que era personal estatutario y pasó a estar privatizado, lo que ha traído consigo una precariedad tremenda
-R.: No nos vamos a estar quietas. El tema de la ONCE y de Ilunion es muy fuerte. Este grupo lleva una cadena de hoteles, “Ilunion”(antes eran hoteles Confortel) y tienen camareras de piso contratadas con hasta el 72% de minusvalía. Les sale gratis pagar personas con discapacidad y son capaces (esto es real) de contratar a una camarera de piso a la que le falte una pierna. Una camarera de piso recorre entre 16 y 20 kilómetros al día mientras realiza su trabajo. O camareras de piso con la primera falange cortada y las tienen haciendo habitaciones.
– P.: ¿Qué apoyos estáis teniendo por parte de otras organizaciones, otros sindicatos o partidos políticos?
-R.: Nosotras funcionamos de manera colectiva y de apoyo mutuo con otros colectivos, como las mujeres de los cuidados, Marea Blanca, Coca Cola, Indra… Somos diferentes colectivos que estamos unificando las luchas. Tenemos contacto también con sindicatos minoritarios, pero no estamos en ninguno porque peleamos mucho por nuestra independencia y nuestra autonomía.
En cuanto a partidos políticos estar no estamos con ninguno, pero nos podemos sentar a hablar con todos. Menos el PP y C´s, el resto nos apoya de diversas formas. El PP, por ejemplo, considera que ya existen herramientas para que se nos reconozcan enfermedades profesionales cuando no es así.
– P.: ¿Crees que es posible derogar la última reforma laboral?
-R.: Mientras sigan turnándose en el poder el PP y el PSOE es difícil, pero que no sea por no luchar por ello. Al PP le da mucho miedo cuando la gente sale a la calle exigiendo sus derechos. La prueba la tenemos con lo que sucede ahora en Catalunya, independientemente de lo que se piense al respecto, el gobierno está utilizando el nacionalismo español como una cortina de humo que tapa el resto de los problemas que sufrimos los ciudadanos y las ciudadanas.