El día 1 de agosto de 2017 el Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, hizo unas declaraciones en un diario digital afirmando que “había dado instrucciones a los 34 Hospitales de la Comunidad, ya fuesen de gestión pública o de gestión pública privada, para que no se puedan inhabilitar camas por vacaciones de personal, asegurando que solo se están inhabilitando camas por motivo de las obras de mejora a la que se están sometiendo algunos centros”.
Pues bien Señor Consejero, desde la Sección Sindical del M.A.T.S. del Hospital Clínico San Carlos tenemos que decir que o falta usted a la verdad (con lo cual tendría que dimitir) o está perdiendo autoridad frente a los máximos responsables de los centros (gerentes), al no tenerle informado de la realidad y si la conoce, al no poner freno a las actuaciones que van en la línea opuesta a sus declaraciones (con lo cual tendría usted que cesar al gerente).
En el Hospital Clínico, a fecha de hoy, hay inhabilitadas unas 300 camas de las 861 instaladas y no se está realizando ninguna obra que justifique dichas inhabilitaciones con lo cual, y según y sus declaraciones, no hay ningún motivo para el cierre. (Foto 1 de camas cerradas).
Además, las previsiones de cierre, como suele pasar casi todos los años, han tenido que ser modificadas sobre la marcha abriendo y cerrando camas de forma periódica. Y una de las causas fundamentales, como casi cada verano, es la saturación de Urgencias en muchos días, dónde los picos más altos de actividad, suponen que se absorban más pacientes de los que se pueden acoger, especialmente en la sala de Agudos. Como consecuencia de esto se han tenido que habilitar, en algunos momentos, una media de 50 camas más con respecto a las previsiones de cierre para las que no se ha contratado personal, subiendo entre los trabajadores en activo los ratios por paciente y aumentando las cargas de trabajo.
Cierre de camas que no se vuelven a abrir
Existe igualmente en este Hospital un matiz nada desdeñable, que lleva provocando desde hace
años un desmantelamiento silencioso del centro, sin que sus usuarios y la ciudadanía en su conjunto sea consciente de ello: aprovechan los veranos para cerrar camas que ya no vuelven a abrir. Esto ha sucedido, por ejemplo, en el Servicio de Oncología dónde 16 camas llevan cerradas hace más de 3 años y dónde ya ni siquiera aparece el número de las habitaciones, se entiende que porque no hay perspectivas de volverlas a abrir. (Foto 2). O el caso de la Cirugía Vascular, dónde han inhabilitado casi de forma permanente 3 habitaciones, a las que han convertido en almacén de colchones. (Foto 3).
En el Hospital permanecen cerradas 120 camas durante todo el año y más de 140 han desaparecido del total de las instaladas desde el 2012. Esta situación no es debido a obras de mejora sino a la implantación, desde hace años, de nuevos modelos de gestión que van en la línea de primar el ahorro por encima de la calidad asistencial, y una de las consecuencias de ello es el cierre de camas. Esto no es más ni menos que seguir insistiendo en la privatización,
por otro camino más silencioso que tenga menos eco entre la población y menos coste político.
Gastar poco y derivar a la privada
Nuestro Hospital va a la vanguardia de estos modelos y está siendo utilizado por la Consejería, como banco de pruebas, para consolidarlos y expandirlos a otros centros. 6 Institutos (entre ellos los de Oncología y Cardiovascular puestos antes como ejemplo) y 13 Unidades de Gestión Clínica, conviven ya en el Centro, con el resto de los Servicios. El objetivo, más que claro: gastar poco, derivar poco a la especializada (se deriva la privada) y mantener poco tiempo a los pacientes ingresados (como ocurre en nuestro Hospital por ejemplo, con los pacientes de Geriatría cuya práctica habitual, en mucho de los casos, es ingresar a un paciente el lunes, darle de alta el viernes y volverle a ingresar el lunes siguiente por la misma patología, para reducir la estadística de estancia Hospitalaria.)
Estos son, entre otros, los problemas que año tras año se repiten en nuestro Hospital con respecto al cierre de camas y servicios y el deterioro de la calidad asistencial y no consecuencias de obras de mejora, como así nos quiere hacer creer el señor Sánchez-Martos.
Responsabilidades
Probablemente, lejos de dar soluciones y asumir responsabilidades quien corresponda, la Consejería o cualquiera de sus portavoces institucionales, se limiten (como viene siendo la práctica habitual cada vez que hay un tipo de crítica hacia su gestión) a desmentir todo sin aportar ningún tipo de pruebas en sentido contrario. Nada debe poner en riesgo ni comprometer sus políticas privatizadoras. En todo caso, serán los usuarios y la opinión pública (conociendo los datos reales que se aportan perfectamente contrastados) los que valoren si les interesa un Hospital que vele por su salud en condiciones óptimas, o que el único interés sea el ahorro y la reducción de costes, a costa precisamente de su salud.
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