Se puede decir que la Sanidad Pública madrileña, ha sufrido desde 2004 el mayor ataque privatizador de la historia de la sanidad pública de este país.
En 2004, Esperanza Aguirre presenta el pimer Plan de Infraestructuras Sanitarias 2004-2007, anunciando la apertura de 8 hospitales privados. En 2008 el entonces Consejero de Sanidad Juan José Güemes presenta el II Plan de Infraestructuras Sanitarias 2007-2011 con 3 nuevos hospitales más: Torrejón, Rey Juan Carlos de Móstoles y Villalba, que junto al de Valdemoro(creado en la primera fase), tienen como modelo al hospital de Alzira, (año 2000) que fue el primer ensayo de privatización de hospitales públicos en el Estado español.
Esta fue la herramienta fundamental, la construcción física de estos 11 hospitales y su tipo de gestión.
Otro elemento importante para el apuntalamiento de la privatización en la Sanidad Pública de la Comunidad, fue la privatización del sistema de citaciones, creando el Call Center (Centro de atención personalizada) en el año 2010, un sistema informatizado, desde el que se llama a los pacientes para ofrecerles citas para consultas e intervenciones en hospitales privados, con muy poca tardanza en comparación a los hospitales públicos. Esto hace que el paciente empiece a tener dudas sobre donde debe ser atendido. Ya que se le atiende antes en los hospitales y clínicas privadas sin tener que pagar dinero contante y sonante. La realidad demuestra el error ya que con sus impuestos está pagando el doble de dinero que en la Sanidad Pública.
Una tercera herramienta y muy importante para la ciudadanía, sería el transporte público, es inaudito e inexplicable como desde el Consorcio de Transportes de la Comunidad de Madrid, un ente público, se favorece el transporte a los hospitales privados y se recorta en líneas de autobuses y trenes de cercanías y se reduce la frecuencia en las líneas ya establecidas. Por el contrario se han creado líneas directas y con mucha frecuencia a hospitales privados.
Un claro ejemplo lo tenemos en el Hospital Comarcal de El Escorial. Siendo el hospital de referencia de municipios como Galapagar, Valdemorillo o Colmenarejo, con una población significativa y que no tienen línea directa de autobuses, teniendo que hacer transbordo en la estación de autobuses de San Lorenzo del Escorial. Tampoco coincide la llegada de los trenes de la línea de Ávila con el autobús circular que llega al hospital y que usan muchos pacientes de pueblos pequeños de la comarca.
Las soluciones no serían muy costosas, se trataría de alargar las líneas de autobuses hasta el hospital y aumentar la frecuencia en las horas punta.
También hay que destacar la falta de autobuses con rampa para minusválidos, un handicap para estas personas, que si no tienen ese tipo de medios, tienen que ser trasladados en ambulancia.
Por el contrario, el Hospital de Villalba dispone de varias líneas de autobuses directas como la de Cercedilla-Guadarrama-Hospital de Villalba, linea 680. Muchas de estas líneas de autobuses, tienen una frecuencia de llegada de 10 minutos o un cuarto de hora.
Hay que añadir que las ambulancias de empresas privadas, como Ferrovial, tampoco ayudan en exceso al transporte de pacientes a hospitales públicos, ofertando el traslado, en nuestro caso, al Hospital de Villalba.
Esperemos que entre los profesionales de la salud, la complicidad de ciudadanas y ciudadanos y la denuncia pública de nuestros-as representantes políticos en las instituciones, se pueda eliminar estas herramientas, que llevan en volandas al CABALLO DE TROYA de la política privatizadora del gobierno actual de la Comunidad de Madrid.
Ángel Eduardo García Solla. Delegado del MATS del Hospital del Escorial
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