VI. TRABAJADORES DESHECHOS.

 Ante el maltrato constante al personal temporal en los Servicios de Salud, no es de extrañar que muchos de nuestros profesionales se hayan visto obligados a emigrar a otros países por falta de expectativas, en busca de un empleo decente.


Según el Consejo General de Enfermería, más de 6.500 enfermeras españolas han emigrado desde que empezó la crisis y en el personal médico el éxodo es todavía mayor, 10.300 médicos en los últimos 4 años, según la Organización Médica Colegial.

Para muchos de ellos, como en el caso de los M.I.R. (Residentes) la única salida es hacer guardias a discreción o engrosar las listas del paro si quieren permanecer en el país, para el resto, sin plaza fija, la solución es seguir concatenando contratos precarios. Teniendo en cuenta que formar a cada Especialista Médico cuesta unos 200.000 € de media, no se entiende que muchos trabajadores que se forman en España transfieran dicha inversión a otros Estados, generando una descapitalización de profesionales muy cualificados.En la pirámide de este éxodo se encuentra la Comunidad de Madrid, con un 25% de los Médicos que han pedido irse al extranjero, al ser esta la Comunidad en la que se trabaja con más precariedad.

Pero si hay algo que está causando verdaderos estragos entre el trabajador temporal es su alto índice de siniestralidad laboral. La eventualidad de los contratos y las jornadas claramente abusivas, hace que estos trabajadores sean más propensos a sufrir una baja laboral. Según la encuesta de Población Activa, en Madrid se concentra el 47,6 % de los accidentes de trabajo y esto es especialmente más significativo cuanto peor son las condiciones de trabajo.

Tener un trabajo precario, insatisfactorio, inseguro y de baja calidad, se encuentra asociado con una mayor exposición de riesgos laborales, a mayores problemas de salud y a una mayor desarticulación de la vida laboral y familiar. En el sector sanitario, uno de los sectores con mayor rotación de puestos y flexibilización de las condiciones de trabajo (trabajo a turnos, guardias médicas abusivas, aumento de peonadas, falta de descansos necesarios etc) estos riesgos aumentan de manera exponencial.

En la Comunidad de Madrid, la Consejería de Sanidad, lejos de remover obstáculos para paliar esta situación, se sigue fomentando la precarización, potenciando los nombramientos temporales ( ya no sólo a jornada completa, si no que cada vez son más los contratos a tiempo parcial) y las famosas peonadas a través de los Pactos de Gestión (autoconciertos con los Jefes de Servicio, normalmente en módulos de 4 horas, dónde estos jefes seleccionan al personal que va a realizar dicha actividad, a cambio de un canon por número de pacientes atendidos o intervenidos). En este último caso, aunque se suele utilizar personal propio para realizar estas actividades extras, cada vez se utilizan más trabajadores contratados a tiempo parcial, que reciben salarios más bajos y una exposición más alta a los riesgos laborales.

Todo esto, con una clara intención mercantilista, pues en los últimos autoconciertos firmados para reducir las listas de espera quirúrgicas, una de las condiciones era que por cada paciente operado en autoconcierto, se tenían que derivar dos pacientes a la Sanidad privada. Así, encontramos una vez más estrechamente asociación: precariedad laboral y privatización

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Movimiento Asambleario de Trabajadores-as de Sanidad

 

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