Tras provocar 68 accidentes en cinco años, la Inspección de Trabajo amenazó con llevar el tema a la Fiscalía. El hospital sustituirá 415 y reparará otras 500 antes de enero de 2017
El hospital Clínico San Carlos de Madrid, que atiende a 365.000 vecinos, tiene un problema con sus camas. La Inspección Provincial de Trabajo y Seguridad Social ha obligado a la dirección del centro a sustituir las 415 camas del ala norte y a reparar (y si no se puede, sustituir también) las 500 camas del ala sur. Los celadores, con apoyo del sindicato Movimiento Asambleario de Trabajadores de Sanidad (MATS), llevaban dos años denunciando lo poco operativas y peligrosas que eran las camas, que han provocado 70 accidentes. Un portavoz del Clínico señala que el objetivo es cambiar y arreglar todas las camas antes del 26 de enero de 2017, y que mientras esto se produce la dirección ha dado instrucciones para que sean dos celadores, y no uno, quienes trasladen a los pacientes para evitar nuevas incidencias.
El 7 de julio de 2016, la Inspección de Trabajo, dependiente de la Consejería de Economía, Empleo y Hacienda, obligaba en una diligencia a la dirección del Clínico a hacer cambios: «adquirir 415 camas para el ala norte» y realizar «un mantenimiento preventivo» de las 500 camas del ala sur, «mandándolas a fábrica» para que se produzcan las mejoras necesarias. Estas 915 camas son prácticamente la totalidad de las instaladas en el centro sanitario (hay 964, según la memoria del año 2015). Las 915 camas y sus componentes costaron 1,97 millones de euros (IVA incluido). El vendedor fue la empresa Industrias Hidráulicas Pardo, del Grupo Pikolin.
El hospital compró otras 500 camas en 2013 a pesar de que había un informe del servicio de prevención de que su manipulación era insegura
«Las primeras 415 se compraron en 2011. Y a pesar de que un informe del Servicio de Prevención del hospital ya decía que su manipulación era insegura, que sus elementos se desmontaban y desplomaban de manera imprevista, y que eran difíciles de manejar, la dirección decidió comprar 500 camas en el año 2013 sin contar con la opinión de los trabajadores ni de los delegados de prevención», señalan desde el MATS. La primera queja formal llegó el 27 de noviembre de 2013. Desde entonces, siete reuniones con la dirección y la Inspección de Trabajo. Pero ¿qué les pasa a las camas? Una denuncia a la Inspección resumía el problema: las ruedas se bloquean, «lo que provoca frenada en seco con el consiguiente impacto en el trabajador»; dificultad para dirigir la cama durante los trayectos dentro del hospital, «con riesgo de posturas forzadas para mantener enderezada la cama y no chocar contra paredes, equipos y transeúntes», y la quinta rueda se queda encajada «en la ranura del ascensor, lo que obliga a levantar a pulso la cama».
Sin olvidar los desprendimientos de barandillas, pieceros y cabeceros, «que generan situaciones de riesgo que desembocan en accidentes», y que muchas de las camas tienen «una longitud inadecuada», que obliga a realizar largos recorridos porque solo entran en pocos ascensores. La gota que colmó el vaso fue el accidente que sufrió una celadora que tenía que trasladar a un paciente a su habitación tras pasar por el quirófano número 40 de la tercera planta. Según el informe de la inspección, el accidente se produjo «por salirse el piecero de la cama, lo que provocó una rotación del brazo derecho». La trabajadora tuvo que pasar dos veces por quirófano, en julio y septiembre de 2014, teniendo que acudir a rehabilitación hasta junio de 2015. «Tiene una invalidez parcial pero permanente», señalan desde MATS. El sindicato asegura que las camas han provocado más de 70 accidentes. La plantilla de celadores es de 495 (a junio de 2015), de los que 127 tienen reconocidos la limitación de tareas «por patologías musculo-esqueléticas, que se agravan con el manejo de las camas», según la inspección.
Contusiones y fracturas
Un portavoz del hospital baja la cifra a 68 accidentes: cinco en 2011, 10 en 2012, 14 en 2013, 23 en 2014 y 16 en 2015, de los que 55 provocaron baja, muchos de ellos fracturas en dedos de los pies y manos, contusiones y artritis postraumáticas, a causa de los desplomes de los pieceros y cabeceros de las camas. Otros, en cambio, son accidentes producidos «durante el manejo de la cama, pero no provocados por la cama», según el portavoz del Clínico, que asegura que las camas cumplen la normativa exigida por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, «es decir, están homologadas. Este modelo de cama se utiliza en unos 40 hospitales españoles».
El Clínico tira de matemáticas: «Ha habido 68 accidentes en cinco años. Hay una media de 250 movimientos de pacientes en cama cada día de lunes a viernes, sin contar los fines de semana. Si hay unos 300 días laborables al año, estamos hablando de 67.500 desplazamientos de pacientes. Si los multiplicamos por los cinco años, salen 337.500 desplazamientos en el Clínico. Estos 68 accidentes solo suponen el 0,02% de los movimientos con cama», señala un portavoz del hospital, que no obstante asegura que se van a cambiar y reparar todas para evitar nuevos incidentes. «Desde marzo, las camas se mueven con dos celadores».
El hospital Clínico San Carlos de Madrid, que atiende a 365.000 vecinos, tiene un problema con sus camas. La Inspección Provincial de Trabajo y Seguridad Social ha obligado a la dirección del centro a sustituir las 415 camas del ala norte y a reparar (y si no se puede, sustituir también) las 500 camas del ala sur. Los celadores, con apoyo del sindicato Movimiento Asambleario de Trabajadores de Sanidad (MATS), llevaban dos años denunciando lo poco operativas y peligrosas que eran las camas, que han provocado 70 accidentes. Un portavoz del Clínico señala que el objetivo es cambiar y arreglar todas las camas antes del 26 de enero de 2017, y que mientras esto se produce la dirección ha dado instrucciones para que sean dos celadores, y no uno, quienes trasladen a los pacientes para evitar nuevas incidencias.
El 7 de julio de 2016, la Inspección de Trabajo, dependiente de la Consejería de Economía, Empleo y Hacienda, obligaba en una diligencia a la dirección del Clínico a hacer cambios: «adquirir 415 camas para el ala norte» y realizar «un mantenimiento preventivo» de las 500 camas del ala sur, «mandándolas a fábrica» para que se produzcan las mejoras necesarias. Estas 915 camas son prácticamente la totalidad de las instaladas en el centro sanitario (hay 964, según la memoria del año 2015). Las 915 camas y sus componentes costaron 1,97 millones de euros (IVA incluido). El vendedor fue la empresa Industrias Hidráulicas Pardo, del Grupo Pikolin.
El hospital compró otras 500 camas en 2013 a pesar de que había un informe del servicio de prevención de que su manipulación era insegura
«Las primeras 415 se compraron en 2011. Y a pesar de que un informe del Servicio de Prevención del hospital ya decía que su manipulación era insegura, que sus elementos se desmontaban y desplomaban de manera imprevista, y que eran difíciles de manejar, la dirección decidió comprar 500 camas en el año 2013 sin contar con la opinión de los trabajadores ni de los delegados de prevención», señalan desde el MATS. La primera queja formal llegó el 27 de noviembre de 2013. Desde entonces, siete reuniones con la dirección y la Inspección de Trabajo. Pero ¿qué les pasa a las camas? Una denuncia a la Inspección resumía el problema: las ruedas se bloquean, «lo que provoca frenada en seco con el consiguiente impacto en el trabajador»; dificultad para dirigir la cama durante los trayectos dentro del hospital, «con riesgo de posturas forzadas para mantener enderezada la cama y no chocar contra paredes, equipos y transeúntes», y la quinta rueda se queda encajada «en la ranura del ascensor, lo que obliga a levantar a pulso la cama».
Sin olvidar los desprendimientos de barandillas, pieceros y cabeceros, «que generan situaciones de riesgo que desembocan en accidentes», y que muchas de las camas tienen «una longitud inadecuada», que obliga a realizar largos recorridos porque solo entran en pocos ascensores. La gota que colmó el vaso fue el accidente que sufrió una celadora que tenía que trasladar a un paciente a su habitación tras pasar por el quirófano número 40 de la tercera planta. Según el informe de la inspección, el accidente se produjo «por salirse el piecero de la cama, lo que provocó una rotación del brazo derecho». La trabajadora tuvo que pasar dos veces por quirófano, en julio y septiembre de 2014, teniendo que acudir a rehabilitación hasta junio de 2015. «Tiene una invalidez parcial pero permanente», señalan desde MATS. El sindicato asegura que las camas han provocado más de 70 accidentes. La plantilla de celadores es de 495 (a junio de 2015), de los que 127 tienen reconocidos la limitación de tareas «por patologías musculo-esqueléticas, que se agravan con el manejo de las camas», según la inspección.
Contusiones y fracturas
Un portavoz del hospital baja la cifra a 68 accidentes: cinco en 2011, 10 en 2012, 14 en 2013, 23 en 2014 y 16 en 2015, de los que 55 provocaron baja, muchos de ellos fracturas en dedos de los pies y manos, contusiones y artritis postraumáticas, a causa de los desplomes de los pieceros y cabeceros de las camas. Otros, en cambio, son accidentes producidos «durante el manejo de la cama, pero no provocados por la cama», según el portavoz del Clínico, que asegura que las camas cumplen la normativa exigida por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, «es decir, están homologadas. Este modelo de cama se utiliza en unos 40 hospitales españoles».
El Clínico tira de matemáticas: «Ha habido 68 accidentes en cinco años. Hay una media de 250 movimientos de pacientes en cama cada día de lunes a viernes, sin contar los fines de semana. Si hay unos 300 días laborables al año, estamos hablando de 67.500 desplazamientos de pacientes. Si los multiplicamos por los cinco años, salen 337.500 desplazamientos en el Clínico. Estos 68 accidentes solo suponen el 0,02% de los movimientos con cama», señala un portavoz del hospital, que no obstante asegura que se van a cambiar y reparar todas para evitar nuevos incidentes. «Desde marzo, las camas se mueven con dos celadores».
La Inspección de Trabajo obligó al Clínico a realizar un chequeo de todas las camas del hospital y a realizar un «plan de medidas urgentes» en octubre de 2015. En un informe fechado días antes, el 25 de septiembre de 2015, la inspección consideraba «que a pesar del trabajo realizado, los problemas de las camas continúan, y siguen produciéndose accidentes, situación esta que va a devenir en enfermedades profesionales de los celadores. Por lo tanto, procedía una medida operativa efectiva e inminente, tendente al cambio de elementos o renovación paulatina de las camas». La inspección amenazó con acudir a la Fiscalía si no se adoptaban medidas, «ya que pudiera existir un delito contra la seguridad de los trabajadores, derivado del manejo de las camas». El informe concluía que «no se habían adoptado medidas preventivas efectivas y materiales concretas».
MATS asegura que a pesar del informe de la inspección, el hospital ha estado retrasando las posibles soluciones durante meses, «ya que podría haber habido una resolución definitiva al problema en octubre. Sin embargo, el hospital no llevó su propuesta a la Inspección de Trabajo hasta febrero de 2016, cuando se pusieron a prueba 10 camas con las modificaciones acordadas por la dirección y los sindicatos, solución que tampoco dio resultado, pues se siguieron produciendo accidentes entre los trabajadores y se puso en grave riesgo la salud de los pacientes». El sindicato también denuncia que los celadores se «ven obligados a levantar y acostar a los pacientes encamados de forma manual, sin poder utilizar las grúas disponibles en el hospital para realizar dichas movilizaciones por la inexistencia de arneses, aumentando el riesgo ergonómico para trabajadores y pacientes».
Fuente: El Confidencial
Pingback: El Clínico cambiará 915 camas que costaron 1,9 millones porque lesionan a sus celadores | Plataforma en Defensa del Hospital Clínico San Carlos