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En la madrugada del día 20 de julio, alrededor de las dos de la mañana, se produce una avería de grandes dimensiones en la segunda sur del Hospital Clínico San Carlos: la rotura de una tubería, provoca una inundación tanto en la segunda como en la primera planta y se ven afectados directamente servicios tan importantes como UCI, banco de sangre o urgencias. Todos somos conscientes de que una avería es algo fortuito que escapa de nuestro control pero si hacemos un análisis más profundo de este tipo de situaciones, que por otro lado no son casos tan aislados como sería de desear, debemos recordar que este ala sufrió una reforma integral hace solo 15 años ¿qué calidad tiene los materiales que se utilizaron? Viendo como ha quedado todo (techos, baños, azulejos etc…) no mucha.
Por otro lado, y no menos importante, está el mantenimiento que requieren edificios como este, tanto por su morfología como por su uso. Si hacemos un poco de memoria, a finales del 2012 se despidió a más del 50% de la plantilla de mantenimiento apoyándose en el real decreto que el Partido Popular aprobó ese mismo año para la extinción de las 26 categorías (gran parte de ellas de mantenimiento) y que a pesar de su paralización en 2015 no se ha revertido la situación, dejando los servicio de mantenimiento sin personal suficiente o en manos de empresas privadas.
Las consecuencias de todo esto van más allá de las incomodidades propias de este tipo de situaciones. Dos días después todavía no están resueltos los problemas que esta avería ha causado entre otros, y uno de los más preocupantes, es que no hay acceso a internet (intranet) en gran parte del ala sur del hospital y esto impide el acceso a los historiales de los pacientes, pruebas diagnósticas, tratamiento, clínica….etc.
Y otra vez mas y gracias a la política privatizadora del PP el gran perjudicado es el PACIENTE.