La Asociación de Facultativos de Madrid denuncia que existen “trampas para cumplir objetivos” con las listas de espera quirúrgicas.
Pese a aprobar el paso dado por el Gobierno de Cristina Cifuentes de ‘desmaquillar’ las listas de espera quirúrgicas (LEQ) de Esperanza Aguirre e Ignacio González, no es oro todo lo que reluce de la nueva gestión de este asunto. “No nos fiamos 100% de las estadísticas de la Consejería de Sanidad. En algunos casos hacen trampas para cumplir objetivos”, aseguran a ElBoletín.com desde la Asociación de Facultativos de Madrid (AFEM).
Las sospechas que salen desde AFEM tienen que ver con la entrada y salida de pacientes de estas LEQ con el fin de “camuflar la estancia de más de 360 días” de espera y así “cumplir objetivos”. Unas situaciones que los profesionales han denunciado al consejero de Sanidad Jesús Sánchez Martos a su propia cuenta de Twitter: pacientes que son incluidos en la lista de espera y que al año siguiente se les cierra el procedimiento para que, justo al día de ese cierre, se le vuelva a registrar en la LEQ y el contador empiece ‘de cero’; todo sin la correspondiente intervención quirúrgica.
Unas prácticas que AFEM asevera que es “algo que viene siendo bastante habitual”, pese a que el propio consejero ha preferido hablar de “algún error”, pero “jamás” de “trampas”. Un ‘trampeo’ que la asociación certifica que “es difícil descubrir a no ser que se percate el médico responsable y nos lo comunique”. No obstante, desde la Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (AMYTS) prefieren ir con pies de plomo sobre estas prácticas, según afirman a este diario: “No tenemos constancia. Se está mejorando en transparencia. No veo a la Consejería obsesionada trampear con las LEQ. Antes sí que se era tramposo (durante la gestión de Aguirre y González)”.
Por su parte, el Movimiento Asambleario de Trabajadores-as de Sanidad (MATS) tampoco ha podido confirmar a este medio si tienen constancia de que “saquen y metan pacientes de la LEQ”. Aun así, sí existen sospechas sobre los datos oficiales que facilita la Consejería de Sanidad sobre las LEQ: “Los datos tienen problemas ‘conceptuales’. Por ejemplo, las derivaciones a centros privados pertenecientes a la red de utilización pública (Hospital de Torrejón, Mostoles, Valdemoro, Villalba y Fundación Jiménez Díaz) creemos que no las cuentan como derivaciones, cuando en realidad sí que lo son”, sentencian desde MATS.
Otra de las cuestiones que chirrían a AFEM tiene que ver con esas derivaciones. Según la organización, “en épocas apretadas” la Comunidad de Madrid “trata de derivar a todos los pacientes aunque sea en contra de criterio médico”. Un ‘truco’ que ve su resultado en el momento en el que “enfermos complejos que rechazan las privadas o que éstas no tienen pedidos de solución pasan a esperar 360 días” y de esta manera se logra “aliviar la LEQ estructural”, que es sobre la que la Consejería presta más atención.
El “castigo” a aquellos que rechazan una derivación
La libre elección de centro a la hora de operarse es uno de los principios que más defiende el personal sanitario y que, según ha precisado en varias ocasiones la Comunidad de Madrid, es también prioridad del equipo de Cifuentes. No obstante, la igualdad de trato no es el mismo, aunque Sánchez Martos insiste en Twitter que “en Madrid no se sanciona a nadie”. Una opinión de la que difieren ampliamente los profesionales.
“Es obvio que si esperan hasta 360 días o más frente a los de LEQ estructural, que esperan 180 días, se les está castigando descaradamente a nivel estatal”, censura AFEM. “Está claro que existe el castigo: si se rechaza el tiempo, la “Demora media rechazo Derivación” (como aparece en los datos oficiales de la Consjería), se multiplica aproximadamente por cuatro, tiempo que además ha ido subiendo. A pesar de que el consejero no lo quiera llamar castigo, en nuestra opinión es una penalización en toda regla”, replican desde MATS.
Una cifra de espera donde existe tierra de por medio entre la LEQ estructural (aquellos pacientes que han de ser operados antes de 180 días y aquellos que han aceptado una derivación a un centro privado) y la LEQ de los usuarios madrileños que han rechazado la derivación. De hecho, los datos oficiales hablan de que la media de espera en la LEQ estructural es de 47,40 días. En cambio, los que rechazan dicha derivación ofrecida tienen que esperar de media unos 168 días.
Desde AFEM afirman que la justificación que sale desde la Consejería de Sanidad para explicar esa distancia de cerca de 120 días entre listas se debe a que a los pacientes “ya se les ofreció una derivación y los pacientes rechazaron la solución”. “Nuestro argumento es que el paciente rechaza o no, haciendo uso de su libre elección de especialista y centro, por lo que el sistema es responsable de dar la adecuada respuesta sin hacerles esperar más que al resto”, declara la asociación. Desde el departamento de la Comunidad de Madrid no han podido ofrecer una respuesta inmediata a la explicación que ha reclamado este medio, no obstante, se espera que en los próximos días la Consejería aclare el asunto.
Mientras tanto, AFEM no duda: “La Consejería debe poner los medios suficientes para que los pacientes se operen en el mismo tiempo en una privada que en la pública”.