Conocemos ahora el procesamiento de tres nuevos oficiales del ejército por presuntos sobornos en el desempeño de sus funciones. En concreto, se trata de un Coronel, un Teniente Coronel y un Teniente de la inspección de la sanidad militar que tenían como misión controlar el Hospital Gómez Ulla y que, al parecer, habían estado haciendo adjudicaciones a dedo y cobrando por ello de contratos destinados a este Hospital.
Al parecer, y según el auto judicial, los imputados forman una trama delictiva con el fin de enriquecerse, lo cual dice mucho de los sujetos y de la retórica de valores que dicen defender.
Este es un caso más, uno más entre un cúmulo insoportable, de corrupción militar. La corrupción militar no es simplemente una cosa de garbanzos negros, sino algo tan frecuente y diversificado que debemos considerarla como un mal sistémico connatural al militarismo. En este blog ya son varias las entradas publicadas sobre corrupión militar.
Fuente: Utopía contagiosa