Según consta en un reciente informe publicado por BBVA, Fedea y la Universidad de Valencia
Redacción. Madrid
Recortar el gasto público, a través de un mayor uso de copagos en sanidad entre otros mecanismos, permitiría a España reducir su déficit, o al menos así lo cree un reciente informe impulsado por BBVA, la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) y la Universidad de Valencia.
Bajo el título ‘Notas para una política fiscal en la salida de la crisis’, el documento apuesta, en concreto, por subir el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) en algunos productos, ensanchar la base imponible del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y el de Sociedades, así como recortar el gasto público –donde se incluye sanidad- casi un 3 por ciento adicional.
“Las partidas presupuestarias han crecido por motivos variados sin que éstas redunden necesariamente en mejores servicios o prestaciones para el grueso de la población”, indica la banca en el informe. Y para demostrarlo, adjunta una gráfica donde se evidencia la evolución del gasto corriente por usuario en sanidad y educación del conjunto de Administraciones Públicas. En sanidad, este gasto ha experimentado un fuerte incremento de 34 puntos entre 2003 a 2009, para luego caer 18 puntos en 2013, fecha hasta data este informe.
“Con estas previsiones –continúa el proyecto de la banca-existe un margen apreciable para recortar ciertas partidas de gasto” si se quiere mantener el nivel actual de ingresos tributarios de los españoles. “Esta conclusión se refuerza, además, cuando miramos hacia adelante y tenemos en cuenta la considerable presión al alza sobre el gasto público en sanidad, dependencia y pensiones, que cabe esperar durante las próximas décadas como resultado del rápido envejecimiento de nuestra población y el previsible aumento de la renta per cápita”, índice.
Según los autores de este estudio, estas ‘recetas’ permitirían al país tener una subida de la recaudación por Sociedades equivalente al 0,93 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB), así como una mejora de los ingresos ligados a la fiscalidad sobre la vivienda equivalente al 0,35 por ciento. Si a todo ello se suma un recorte del gasto público del 2,97 por ciento del PIB, España podría restar 4,24 puntos porcentuales al déficit público.
Para conseguirlo, la banca explica que solo bastaría con dedicar la mitad del margen fiscal conseguido por esta vía para alcanzar una situación de superávit estructural que permitiese reducir la deuda pública de forma paulatina pero sostenida, hasta situarla por debajo del 60 por ciento del PIB. La otra mitad de la ganancia podría decirse tanto a hacer frente al incremento del gasto público (para pensiones, sanidad pública y otras políticas sociales), como para conseguir una estructura fiscal más eficiente y la disminución de algunos tipos impositivos en España.
Fuente: Diario Médico