La Comisión Europea advierte de que la recuperación llega tarde a los más desfavorecidos
La recuperación llega con retraso al empleo. Y con más retraso aún a los más desfavorecidos: el borrador del informe España 2016,que la Comisión Europea presentará el 24 de febrero, alerta del deterioro de los indicadores de pobreza y exclusión social en España, uno de los países con peores números de la Unión. Casi un tercio está en riesgo de pobreza o exclusión social (con ingresos inferiores al 60% de la mediana de los hogares de 663 euros al mes). Durante la crisis, esa cicatriz ha crecido considerablemente, en 1,3 millones de personas en España, según datos que recoge Bruselas del INE. “La reciente recuperación del mercado laboral no se ha trasladado a una mejora de los índices de pobreza y exclusión social, que continúan creciendo y se sitúan entre los más altos de la UE”, reza el informe.
Los problemas son múltiples. España ya presentaba uno de los índices de desigualdad más altos de Europa antes de la crisis; con la Gran Recesión eso no ha hecho sino aumentar “por el desempleo y las crecientes diferencias de ingresos entre los que más ganan y las familias de menor renta”.
Bruselas aplaude la moderación salarial, pero cuando llega el capítulo social se echa las manos a la cabeza por el efecto de los bajos salarios sobre los niveles de pobreza. Hay todo tipo de signos, según la Comisión, que muestran que ese deterioro social “tardará en darse la vuelta”, a pesar de que la economía creció al 3,2% el año pasado. “Hay más pobreza en todos los niveles, incluida la pobreza severa, por el elevado paro de larga duración y por el rápido crecimiento del trabajo a tiempo parcial, que se sitúa entre los más elevados de la UE”, dice.
El trabajo a tiempo parcial ha ascendido en los 10 últimos años del 12% al 15,7%. El 70% de los hombres y el 60% de las mujeres que tienen esos trabajos preferirían un contrato a tiempo completo. Bruselas apunta que el riesgo de pobreza en esos trabajadores ha pasado del 18,7% en 2013 al 22,9% en 2014. Esa tendencia es general: Bruselas aplaude las dos últimas reformas laborales de 2012 y 2014, que permiten crear empleo con menores tasas de crecimiento. Sin ellas, dice la Comisión, se hubieran perdido 400.000 empleos adicionales y la recuperación del mercado laboral hubiera empezado más tarde.
Efectos devastadores
Pero sus efectos son devastadores desde el punto de vista social: una de cada ocho personas con empleo es pobre en España. Desde la última reforma laboral del PP, los trabajadores por debajo del umbral de pobreza crecen rápido, del 10,6% al 12,6%.
El capítulo social del informe es demoledor. Bruselas apunta que los niños están directamente afectados por el deterioro de los indicadores sociales en España: en 2014 había tres millones de niños en riesgo de pobreza y exclusión social. Entre los grupos que sufren más esa situación están también los inmigrantes no europeos y los gitanos.
Bruselas critica la desconexión entre los esquemas de ingresos mínimos, que presentan grandes disparidades entre comunidades autónomas y cuya coordinación no ha mejorado pese a los repetidos avisos de la UE. El informe subraya que el impacto social de los desahucios (que se señalan siempre como una fuente de inestabilidad para la banca si se endurece la regulación) “continúa siendo amplio y significativo”, a pesar de las medidas adoptadas por el Gobierno, que aun así ha recibido numerosos varapalos europeos por parte del Tribunal de Justicia de la UE.