Madrid y Cataluña registran un aumento de la tasa en el periodo completo 2005-2012
Javier Barbado / Imagen: Cristina Cebrián. Madrid
La crisis económica ha dejado algunos rastros siniestros. O eso al menos se deduce de un estudio de largo recorrido recién publicado por el que fue director general del extinto Instituto Nacional de la Salud (Insalud), Juan José Bestard, en el que revela que, entre 2010 y 2012, la mortalidad infantil en España empeoró de forma notable en once comunidades más las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.
Entre 2010 y 2012 –siempre según Bestard– la mortalidad en niños sube en Murcia, Melilla, Asturias, Cataluña, Baleares, La Rioja, Castilla y León, País Vasco, Galicia, Canarias y Aragón. Y entre 2011 y 2012, la tasa repunta en Ceuta, Murcia, Melilla, Madrid, Cataluña, Castilla-La Mancha, Galicia, Cantabria y Navarra.
El autor del trabajo solo expone los datos, pero de ellos constata que, en ese intervalo de tiempo, coinciden una menor renta per cápita entre la población y un gasto sanitario público más bajo con una mayor mortalidad global tanto en España como en otros países comunitarios, caso de Grecia o de Portugal, según ha respondido el estudioso a la pregunta explícita de este periódico, al tiempo que se ha remitido a su obra, editada por Díaz de Santos y titulada La Asistencia Sanitaria Pública. Seguro de salud o servicio público. Derecho a la protección de la salud.
Desde su punto de vista, existe una relación directa intuitiva entre los datos y la situación de esas variables (gasto sanitario público y renta per cápita) en esos años en los que culmina la crisis económica, toda vez que, en el caso español, los mismos resultados de 2013, no incluidos en su libro, reflejan una mejoría de la tasa de mortalidad (menos muertes por cada 1.000 nacidos vivos).
En su investigación –ha subrayado– también llama la atención que dos comunidades autónomas con elevada renta per cápita como Madrid y Cataluña vean empeorada su tasa de mortalidad infantil en el periodo completo 2005-2012, de lo que no ha dado interpretaciones personales aunque ha apuntado a una posible relación, defendida por otros autores (no por él), entre la inmigración y ese aumento de la variable.
En todo caso, el ex director del Insalud ha advertido de que, en contra de sus conclusiones, el profesor español José A. Tapia Granados, de la Universidad de Michigan (Estados Unidos), defiende la idea de que, en realidad, las crisis económicas no influyen en los parámetros de salud.
Por su parte, el consultor sanitario José Luis Puerta, ha precisado que es en 2013 donde se produce, en realidad, una bajada del gasto sanitario público, unos 61.000 millones de euros (algo más del seis por ciento del producto interior bruto –PIB–), y, aunque coincide con Bestard en que en 2011 y 2012 ya se detecta una disminución de la variable, asegura que “no es tan acusada, aunque haya una tendencia a la baja, porque todavía en el año 2010 sigue habiendo crecimiento del gasto sanitario consolidado”.
Respecto a este último punto, ha resaltado que “una cosa es lo presupuestado por las comunidades autónomas para sanidad, y otra distinta el gasto consolidado” como lo demuestra el hecho de que, en los últimos quince años, la diferencia media anual entre ambas variables en las autonomías es “nada menos que del 25 por ciento”. En su opinión, se trata de una desviación intolerable, “una verdadera tomadura de pelo”.
Presentación de Enrique Costas
Ha presentado el estudio de Bestard, en el Colegio de Médicos de Madrid (Icomem), el economista Enrique Costas Lombardía, quien fue vicepresidente de la Comisión del Informe Abril Martorell en 1991: “Este libro estudia con imparcialidad y a fondo el Sistema Nacional de Salud, tanto aspectos económicos como sociales, y evidencia la grave dualidad de la sanidad pública”, ha dicho en alusión a la mezcla del modelo alemán de Seguridad Social y del británico de servicio nacional propios de la fórmula española.
Bestard, en su intervención, ha desterrado dos ideas preconcebidas entre los políticos de la salud: la de que el gasto sanitario no se correlaciona con la renta per cápita y la de que la crisis económica no influye en la mortalidad infantil en España. De la primera ha descubierto, en su investigación, que, a menos capital por ciudadano, mayor inversión pública en sanidad; y, de la segunda, que la mortalidad de los niños aumenta cuando se invierte menos dinero en la salud.
Respecto al derecho a la salud, Bestard ha denunciado que no existe tal derecho en España como tal: “Lo que tenemos es derecho a la asistencia sanitaria”, ha matizado. “La protección social se hace en España a partir del sistema y aseguramiento públicos”.
Un modelo único de aseguramiento
El autor ha discriminado entre la doctrina de servicio público y privado como premisa para comprender la sanidad española: “Se habla de uno o de otro en función de la titularidad, la asignación (estatal o por el mercado) y financiación”, ha precisado. Acto seguido, ha reivindicado una ley que asigne un modelo único de aseguramiento sanitario en España en lugar del “confuso” sistema actual basado en dos modelos.
Bestard (Palma de Mallorca, 1959) ha desempeñado diferentes cargos en la administración pública española, como el citado, la Viceconsejería de la Comunidad de Madrid o la Dirección General del Ibsalut, y ostenta en la actualidad la Presidencia de la Comisión de Médicos con Doble Titulación del Icomem, ya que es médico y abogado. Entre otros méritos, fue seleccionado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en 2004.