Su apertura supone la reordenación del área con el cierre de la torre del Xeral y O Rebullón, entre otros – La polémica gestión motivó una manifestación histórica y el cese de la conselleira
Tras más de una década aguardando por él, el 29 de junio, la sanidad pública viguesa estrenó el hospital llamado a resolver sus deficiencias estructurales y organizativas y, con ello, las listas de espera más largas de Galicia. El nuevo buque insignia del Chuvi, envuelto en polémica desde su gestación, se puso en marcha de forma progresiva durante tres meses y, en la actualidad, afronta una «fase de ajustes» que podría prolongarse hasta junio, según el Sergas.
Mucho más que la apertura de un edificio, el Álvaro Cunqueiro supone la reordenación de todo el Chuvi. Así, cierra la torre del Xeral, el policlínico Cíes y los centros de especialidades. El Meixoeiro concentrará la hospitalización de crónicos y las cirugías menores. El Nicolás Peña recibirá a los pacientes de O Rebullón, que también se clausurará.
Con 280.000 metros cuadrados –113.000 de uso sanitario–, El Álvaro Cunqueiro se levantó en tres años, con un presupuesto de 375 millones. El Sergas lo adjudicó en 1.208 millones mediante una concesión que incluye la gestión de los servicios no sanitarios durante 20 años –484 millones–. Este modelo público-privado ha sido señalado por colectivos profesionales, la oposición y los sindicatos como el origen de la mayoría de los problemas del hospital. La Comisión Europea está investigando ahora el contrato, tras la denuncia de la Asociación en Defensa da Sanidade Pública por «irregularidades».
La primera crisis llegó a dos meses de su apertura, con el relevo del gerente que el Sergas había fichado para pilotar el traslado, Mario González. Al poco de que Félix Rubial tomara el testigo, comenzaron a aflorar los problemas con las compras de los nuevos equipos. El más sonado fue la anulación del concurso de 20 millones para equipar el laboratorio central. La decisión de ubicarlo en el Meixoeiro es otra de las grandes polémicas. Un centenar de trabajadores la han recurrido al Supremo.
La mudanza comenzó el 29 de junio por consultas externas y el 24 de agosto ingresó el primer paciente. «Alteraciones» en la calidad del aire obligaron a paralizarla durante tres semanas. Concluyó el 24 de septiembre con la fusión de las urgencias del área y el traslado del área materno-infantil. Entremedias, el 3 de septiembre, más de cien mil personas salieron a la calle contra esta gestión. Un mes después, Feijóo cesó a la conselleira de Sanidade, Rocío Mosquera. Una de las grandes quejas eran las tarifas del parking, que su sustituto, Jesús Vázquez Almuiña, bajó. El Concello inició la construcción de 500 plazas gratuitas. Los problemas no cesaron y los jefes de servicio del Chuvi protagonizaron una rebelión insólita contra el equipo directivo, que culminó con su profunda remodelación.