- La sanidad pública cedió por contrato, entre otras cosas, seis unidades móviles para la extracción itinerante por las que había abonado no menos de 220.000 euros cada una
- La organización ha sido incapaz de cumplir con el volumen de unidades pactadas en el documento que les trasvasó las llamadas «autohemotecas»
Raúl Rejón 04/10/2015 – 19:32h
La Comunidad de Madrid le ha cedido a la Cruz Roja casi dos millones de euros en material al adjudicarle el servicio de donaciones de sangre. El convenio por el que la sanidad pública madrileña externalizó estas campañas establece que la Consejería pague 67 euros por cada bolsa que la organización les remita. El documento incluye además entre las obligaciones del Gobierno regional que, en varias fases, les cediera las unidades móviles (equipadas) y las furgonetas necesarias para captar la sangre. Seis autobuses, a más de 200.000 euros cada una mas dos furgonetas suman esas cantidades. Cruz Roja no ha conseguido cumplir con su parte del contrato: sequeda sistemáticamente corta en la obtención de sangre.
«Cada unidad vale unos 300.000 euros», han contado a eldiario.es trabajadores del Centro de Transfusiones de la Comunidad de Madrid (CTCM). Su cálculo se acerca a las cifras oficiales que abonó el centro público cuando estaba al cargo del servicio. Según las licitaciones de suministro que fueron publicándose a lo largo de los años por el Servicio Madrileño de Salud, estos autobuses preparados para que los ciudadanos donen sangre en calles, plazas o centros de trabajo han tenido un precio nunca por debajo de los 220.000 euros.
El contrato más antiguo que ha podido cotejar este medio –de 1999– presupuestó 226.000 euros (expresados en pesetas: 37,6 millones). Para 2001 las «autohemotecas» se cotizaban a 231.000 euros. Dos años después, la convocatoria del concurso cifraba el gasto en 248.000 euros. En 2004, la adjudicación de una «unidad móvil de extracción de sangre» fue a parar a la empresa Servicios de Carrocería S.L. por 242.000 euros. El convenio recoge literalmente que el CTCM asume la obligación de «proporcionar a la Cruz Roja los equipos móviles y vehículos que se acuerden utilizados para la colecta y extracción de sangre».
El acuerdo por el que la sanidad madrileña delegó en la Cruz Roja las campañas de donaciones externas se firmó en 2013 y comenzó a funcionar en marzo de 2014. 2015 está siendo el primer curso de funcionamiento normal. En 17 de los 19 meses que lleva en vigor, no se han alcanzado las unidades comprometidas. En este septiembre también han pinchado. En términos totales, este año va con un retraso del 17%. Debieron llegar al banco de sangre 104.600 bolsas donadas por los madrileños. Han faltado 17.620.
Este trasvase, a cambio de una remuneración, suscitó protestas por lo que suponía de delegación de funciones públicas por parte del Servicio Madrileño de Salud. El convenio se explicó como una «racionalización» ya que la ONG tenía su propio circuito de donaciones de sangre –para centros privados–.
Flexibilidad laboral
Sin embargo, el porcentaje de donaciones que gestionaba Cruz Roja era mucho menor al que se trabajaba desde el Centro de Transfusiones, según han contado tanto los trabajadores del centro como de la organización. De ahí que los medios materiales tuvieran que provenir de Sanidad. La ONG siempre ha mantenido que el dinero que recibe por esta labor (67 euros por donación) es «para cubrir gastos».
La cuestión es que una vez rubricado el convenio y trasvasados las unidades móviles, furgonetas y resto de recursos, Cruz Roja ha sido la responsable de conseguir la sangre fuera de los hospitales. «La dinámica de personal es mucho más flexible al estar externalizado este servicio», han contado a eldiario.es operarios de la ONG. A modo de ejemplo, al terminar el verano se extinguieron algunas decenas de contratos eventuales que se firmaron «para cubrir vacaciones». «Las necesidades del servicio no dan para que esos contratos se prolongaran», han explicado fuentes sindicales.