Hace relativamente poco la Dirección del Hospital, de forma atropellada, y sin información previa -no debemos extrañarnos pues es su modus operandi habitual – ha decidido facilitar la permanencia de un familiar, autorizado por el paciente, a permanecer con el mismo durante su estancia en el Servicio de Urgencias. Medida ésta que celebramos ya que, como no puede ser de otra manera, debemos respetar los derechos de los pacientes. Pero, claro, todos sus derechos y no sólo aquellos que pueda, por unos u otros motivos, interesarnos como institución. ¿Dónde queda el derecho a la intimidad y a la confidencialidad?
Todos sabemos, incluso la Defensora del Pueblo, que nuestras urgencias están sobresaturadas. Los pacientes están hacinados, en los pasillos, en los mostradores,… hemos dado nombre (pasillo 1, mostrador 2,..) a espacios no adecuados para la atención a los pacientes y lo peor es que lo hemos aceptado como si fuera algo normal, nos estamos deshumanizando a pasos agigantados.
Los pacientes cada vez son menos personas y más números y localizaciones. Es “inconcebible”, como decía el personaje de Vizzini en la Princesa Prometida, que aceptemos esta situación. Y que nuestros padres , madres y demás familiares, potenciales usuarios de éstas nuestras urgencias, se vean despojados de su intimidad, de su dignidad como personas teniendo que estar, perdón por la expresión, cara con culo con el paciente de al lado. Y además teniendo que esquivar miradas indiscretas o descaradas de personas desconocidas.
No seremos nosotros los que digamos que los pacientes no tengan a su lado el calor de sus familiares pero si de que las cosas bien hechas bien parecen, como decía mi abuela. Hagamos de nuestras Urgencias un lugar dónde realmente se atienda a personas, respetemos los espacios, la intimidad y sobre todo la confidencialidad. Si queremos que los pacientes tengan a su familiar y/o amigo a su lado sin atropellar los derechos de intimidad y confidencialidad, los pasillos deben desaparecer de una vez por todas. Y así, si que seremos ejemplo de hospital con clase y calidad puesto que el paciente, verdaderamente, será nuestra prioridad y no un mero mecanismo de ganar dinero.
Hospital 12 Octubre
Como autor del texto os debo decir que hay una errata en el nombre del personaje de la Princesa Prometida; no es Abisini sino Vizzini. Ya envie el correjido. Por favor, modificarlos. Los amantes del cine os lo agradeceran. Muchas gracias.
Muchas gracias. Pasamos a corregirlo.