Nuestra solidaridad con Grecia
El histórico rechazo que ha tenido lugar en Grecia a los planes de austeridad y recortes por parte de la Troika (61,30%), es un buen reflejo de lo que está empezando a suceder en algunos países de Europa.
Los trabajadores y una gran parte de las sociedades europeas estamos ya hartos de soportar todo el peso de la crisis: La situación por la que está pasando Grecia es un claro ejemplo: “Han sufrido una reducción del 26% del PIB, una disminución del 75% del volumen de negocios, una pérdida del 40% del nivel adquisitivo, un desempleo del 27,5%. En dos años los salarios bajaron un 32%; un tercio de los empleados del sector privado cobran una media de 300 euros al mes, 350.000 hogares tuvieron que subsistir sin suministro eléctrico; un 47% de los griegos carece de cobertura médica; y los hospitales se negaban a entregar a los niños recién nacidos a sus madres si no pagaban el coste de la asistencia al parto” (Pascual Serrano en Syriza el anuncio de algo nuevo).
Para que se entienda. Grecia, país integrado en la UE, se encuentra en los parámetros laborales de Guatemala, Arabia Saudí, Bangladesh, Nigeria o Qatar. Y todo esto se ha hecho a costa del pueblo trabajador. Mientras se han salvado bancos y entidades financieras (que después actúan como acreedores de la deuda pública de Grecia), ha sido la población la que ha sufrido desempleo, recortes, miserias y un aumento exponencial de la desigualdad social. La UE que se vanagloria de ser los salvadores de los griegos, ha invertido 3,4 billones de euros en salvar el sistema financiero y ha prestado 300 mil millones a Grecia a unos intereses entre el 6 y 7% anual. El empobrecimiento hace que la deuda sea impagable y con ello, los bancos, tienen arrodillados a países enteros a los que tratan como auténticas colonias.
Pero el pueblo griego ha dado una gran lección de democracia y rebeldía frente al autoritarismo de las instituciones europeas y sus planes de austeridad. Los trabajadores del Estado español tenemos que entender que ni los griegos ni nosotros hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, que no somos pueblos perezosos o vagos sino que unas élites económicas están haciendo su agosto a costa de la crisis; o que la configuración de la arquitectura de la UE favorece a los Estados del norte frente a los del sur.
Por ese motivo nos parece demagógico lo que hacen los gobiernos europeos y los medios de comunicación que intentan culpar de la situación al nuevo gobierno de Syriza. Por el contrario, éste solo está intentando aplicar su programa en una situación de extrema gravedad.
La situación de la sanidad en Grecia atraviesa por una situación alarmante. Como decíamos antes, casi la mitad de la población ha perdido la cobertura médica, los hospitales están desabastecidos hasta tal punto que ya intervienen Organizaciones no gubernamentales. En ocasiones, los propios profesionales y usuarios han tomado n sus manos el control del centro pero sin ayudas ni solidaridad efectiva no pueden aguantar. En este sentido lo que está sucediendo con el “corralito” no es culpa de Syriza sino del Banco Central Europeo. Han sido ellos los que han cortado el crédito para afixiar a la economía griega y humillarla. Tanto el BCE como el FMI y la Comisión europea son unos auténticos cínicos pues se atreven a decir que los perezosos griegos no quieren pagar las deudas. Falso. Grecia está siendo saqueada por las multinacionales hasta el punto que los anteriores gobiernos venden hasta las islas. Según la Comisión de la Deuda aproximadamente entre el 80 y 90% de esa deuda no es legítima porque se ha engordado con deudas privadas (bancos) que se traspasaron al Estado mediante los rescates y memorandos.
Nos alegramos que ganara el NO pues con ello Grecia ha podido ejercer un derecho soberano pero además, podrá renegociar con los acreedores en circunstancias un poco mejores. Nosotros no somos quien para decir lo que está bien o mal para Grecia, solo deseamos lo mejor para el pueblo trabajador y para la sanidad pública griega. Ahora bien, lo que se ha demostrado en los últimos ocho años es que las políticas llevadas a cabo por el Banco Central Europeo (BCE), dictadas desde los gobiernos de Merkel u Hollande no solo han sido nefastas sino un rotundo fracaso.
Los griegos tienen derecho a salir de la crisis como ellos mismos decidan y lo más eficaz que podemos hacer los trabajadores y profesionales de la sanidad del Estado español, es solidarizarnos activamente con ellos. De la misma manera que los Mercados Financieros no tienen fronteras, los trabajadores tenemos que intentar saltar por encima de ellas. Unir nuestros movimientos y fundir nuestros intereses en un proyecto común que comience por resistir a la Troika.
MOVIMIENTO ASAMBLEARIO DE TRABAJADORES-AS DE LA SANIDAD