Más de un millar de personas de toda Cataluña se concentran en protesta contra el consorcio sanitario que unificará la sanidad en la provincia
La plataforma Marea Blanca, que lleva nueve meses de movilizaciones y ha recogido más de 38.000 firmas contra el consorcio
Acompañaba la lluvia hasta debajo de las piedras ayer en Cataluña. Pero ni el aguacero desalentó al más de un millar de personas que se citaron ayer en la ciudad de Lleida desde todas partes de la comunidad —hasta seis autobuses salieron de Barcelona, Tarragona y Girona— para manifestarse contra la creación del nuevo consorcio que unificará toda la sanidad pública de la provincia. Bajo una nube de paraguas, una marea de batas blancas y paraguas clamaba ya entrada la tarde en defensa de la sanidad pública y exigía a la Generalitat que frene el nuevo consorcio, formado por el Servicio Catalán de la Salud (Catsalut), el Instituto Catalán de la Salud (ICS), el Instituto de Recerca Biomédica y la Universidad de Lleida, y cuya puesta en marcha se prevé para principios de 2015.
Pese a que el tiempo jugaba en contra, medio centenar de personas se subieron ayer a mediodía en Barcelona al autobús que fletó la Plataforma por el Derecho a la Salud (PDS). En el bus, miembros de CC OO, la PDS y la plataforma SAP Muntanya compartían la idea que el consorcio es “la prueba piloto” de la Generalitat para cambiar el modelo sanitario. “Este es el primer experimento para privatizar y mercantilizar toda la sanidad”, apuntaba Joan Carles Gallego, secretario general de CC OO. “Han cogido el territorio más débil y lo están probando”, concluía Pep Martí, portavoz de la PDS.
A su llegada a Lleida, centenares de personas los recibieron a las puertas del Arnau de Vilanova para iniciar la marcha hasta el centro de la ciudad. Desde ahí, los manifestantes caminaron por las calles al grito de “No al consorcio”. A su paso por la sede de ERC, la comitiva chilló gritos de “culpables” y prosiguió hacia la sede de CiU, donde finalizaba la marcha. Allí, los manifestantes colgaron un cartel del consejero de Salud, Boi Ruiz, y lo acusaron de querer desmantelar los servicios públicos.
Cuarenta y ocho horas antes de la manifestación, el delegado de la Generalitat en Lleida, Ramon Farré, anunció una modificación en los estatutos definitivos del futuro consorcio sanitario para impedir que en el futuro puedan entrar entidades privadas sin ánimo de lucro, posibilidad que sí contempla el redactado actual.
La plataforma Marea Blanca, que lleva nueve meses de movilizaciones y ha recogido más de 38.000 firmas contra el consorcio, considera el cambio anunciado una mera operación de cosmética que no rectifica el carácter privatizador del nuevo ente. En este mismo sentido se pronunció ayer el secretario general de la UGT de Cataluña, Josep Maria Àlvarez, para quien la movilización popular será clave obligar a la Generalitat a retirar el proyecto de consorcio. La plataforma Marea Blanca tenía la esperanza de que la Universitat de Lleida ralentizara la creación del futuro consorcio, pero hace tres días su consejo de gobierno aprobó por 27 votos a favor y 12 en contra, integrarse en el ente sanitario.
Los manifestantes, entre los que había políticos como Joan Herrera y Marta Ribas, de ICV), denunciaron que el nuevo ente abrirá la puerta a la privatización y alertaron de que, pese a que se trata de un consorcio público porque todos los centros que lo conforman son de la Generalitat —entre ellos, el hospital Arnau de Vilanova, perteneciente al ICS—, la nueva figura jurídica estará sujeta a menos controles públicos.